miércoles, 2 de marzo de 2016

4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES PARA UNA GESTIÓN HÍDRICA EFICAZ DESDE LOS GOBIERNOS LOCALES

El escritor B. Traven abordó el tema del desarrollo sustentable. Narra la cosmogonía de un tipo de mexicanos en el cuidado de los recursos naturales. Aborda el tema relacionado de la actividad económica, social y del medio ambiente, explica de forma literaria, lo plasma en cuentos cortos y los entiende quien debe de entenderlos. Pudieran parecer anécdotas pintorescas, sin embargo rescato un pasaje para relacionarlo con el agua en Baja California, es importante destacar el contexto y los instrumentos de gestión. Así, en el Programa estratégico de desarrollo sustentable en la frontera norte con visión al 2025 y también en el Plan indicativo para el desarrollo competitivo y sustentable de la región transfronteriza México-Estados Unidos, al otro lado de la frontera consideran la opinión de los pueblos indígenas para la planeación y para las decisiones de gobierno, en ambos programas la opinión indígena es fundamental para los planes y programas. En contraste, en el caso de México, es del dominio popular una anécdota peyorativa o mal interpretada, pero es conocido el tema de un señor indígena, vendiendo sus montoncitos de naranjas en plaza pública y a un precio por debajo del mercado, y el comprador, ajeno a la comunidad indígena, pregunta cuánto por todo. Y al decir del conocimiento popular, la respuesta es de “no puedo venderle todo porque si no mañana qué vendo”. La anécdota es contada de forma peyorativa, sin embargo apliquemos la obra de B. Traven al tema del agua en Baja California. En Canasta de cuentos mexicanos aparece la historia llamada “Canastitas en serie”, es un artesano que vende canastitas de puerta en puerta, frente a su jacal y también en la plaza de un pueblo oaxaqueño, y ahí frente a él, ahí llegó Mr. L. E. Winthrop, quien le compró una o unas canastitas en ochenta centavos de peso y además acordaron bajar el precio a setenta y cinco centavos, en caso de que fueran cien. Luego, cuando Winthrop regresó a New York, se le ocurrió venderlas a un negocio de chocolates, con precio pactado de un dólar con setenta y cinco centavos por cada canastita, al tipo de cambio qué quiera. Su primera venta pactada, y la única, fueron doce mil canastitas. El negocio le obligó regresar a Oaxaca y renegociar el precio por las doce mil canastitas, mil veces la docena que el artesano podía cargar de forma cotidiana, así como el agua que se consume en Baja California, una carga más allá de lo que podemos soportar.
—Sin rodeos, amigo. ¿Cuánto? ¿Cuál ser el precio? —preguntó Mr. Winthrop nerviosamente.
—El precio, bien calculado y sin equivocaciones de mi parte, es el siguiente: Si tengo que hacer mil canastitas, cada una costará cuatro pesos; si tengo que hacer cinco mil, cada una costará nueve pesos, y si tengo que hacer diez mil, entonces no podrán valer menos de quince pesos cada una. Y repito que no me he equivocado.[1]

          ¿Qué tiene que ver un cuento pintoresco con una tesis del agua y su relación con el crecimiento urbano en Baja California? ¿Cómo explicar que ya no tenemos agua y que de ella depende la vida? ¿Qué medidas gubernamentales se deben proponer en las conclusiones para lograr la gestión hídrica eficaz? ¿Cómo relacionar la productividad económica con lo sustentable y que además se entienda? La primera respuesta implica ponderar la visión indígena en la protección del medio ambiente, unir su relación humana con el desarrollo sustentable. Bruno Traven sigue narrando y dice que el indígena no puede tener más de 36 canastitas, pintadas, coloreadas con elementos naturales provenientes de los insectos. No puede tener más de esa cantidad porque traducido a los planes y programas en la frontera se atentaría contra el equilibrio ecológico. Otra de las respuestas, menos pintoresca pero en grado de tragedia, es que las instituciones encargadas de dotar agua en Baja California, tanto la Comisión Estatal del Agua (CEA) y las Comisiones estatales en cada municipio, CESPT en Tijuana y Rosarito; CESPTE en Tecate, CESPE en Ensenada; y CESPM en Mexicali, lo que han hecho ha sido una administración desde la visión gerencial, y como si fueran Mr. Winthrop han dado toda el agua que demanda la industria, solamente han pensado en vender y sin responder por los daños a la naturaleza. Para ellos es un negocio que atiende una demanda y su tarea es vender tantas naranjas como les pidan, su misión es hacer tantas canastas como les exijan. Sin embargo, el tema de esta tesis es poner límites al abasto sin freno y reducir la brecha hídrica. Se trata de optimizar el uso racional del agua, de darle su carácter estratégico para la existencia del ser humano y para la industria. Bien lo plantea el indígena sin nombre; una canasta vale ochenta centavos, mil piezas cuatro pesos y entre más se tengan que hacer más caro resulta. Así hay que cambiarles el nombre a las canastitas y ponerle litros de agua. Entre más consuman más deben pagar por que es necesario generar recursos para cuidarla, para reciclarla, para optimizar el valor de su uso en los procesos productivos, en la vida cotidiana, en el mismo medio ambiente, incluso para educar en su adecuada utilización, para crear infraestructura municipal que permita a los gobiernos locales participar en acciones transversales.
Una de las pocas dependencias del gobierno estatal que han tenido un cambio en la NGP, son las oficinas encargadas de administrar el agua. Son oficinas recaudatorias, manejan un presupuesto por cada municipio y que en otros estudios pudiera compararse con el presupuesto de cada Ayuntamiento, tienen un personal relativamente capacitado; pero sobre todo han entendido que el abasto de agua es una demanda de mercado y en la relación ciudadano-cliente es como han brindado sus servicios, en respuesta a una demanda. No se puede dar toda el agua que nos pidan porque si nos la acabamos luego que vendemos, luego de qué vivimos. Así es la visión indígena y de lo sustentable.

4.1 Retos para la acción de gobierno en la perspectiva de la Gestión Estratégica

Es necesario hacer esquemas para ponderar logros de gobierno o para cuestionar los programas. Es necesario aportar al marco conceptual de las relaciones de cooperación binacional, a la planeación sustentable de todo el mundo. El Informe Bruntland de las Naciones Unidas tiene una imagen para describir el equilibrio del Desarrollo Sostenible, maneja tres esferas: lo social, lo económico y lo ecológico.

Luego, en una interpretación de la teoría de conjuntos se refiere a las interacciones que permiten una esfera con otra, pero falta una interpretación ¿Qué resulta de la conjugación de los resultados? ¿Lo Soportable con lo Equitativo qué nos da? ¿Lo Soportable con lo Viable qué produce? ¿Y de lo Equitativo con lo Viable? La gestión hídrica eficaz está obligada a lograr estos productos, como resultantes de sus propios instrumentos de planeación y de su acción de gobierno.
Nos falta lograr lo deseable entre lo social y lo económico; lo justo entre lo ecológico y lo económico; y con la misma importancia alcanzar la calidad de vida, como un producto de lo ecológico con lo social. Son tres esferas de la actividad humana y todos los días buscan su equilibrio en las zonas habitadas por personas. El desarrollo sostenible no puede reducirse a las esferas de lo ecológico, social y económico; es cierto que son la base, pero lo sostenible solamente es posible cuando es el resultado de lo soportable, lo viable y lo equitativo, más la suma de lo deseable, la calidad de vida y lo justo.
Para lograrlo es necesario recurrir a una agenda con temas locales, de esta zona de México y de cualquier lugar en el planeta, una agenda estratégica de los recursos y áreas de interés humano en la frontera. José María Ramos García enfatiza en la necesidad de lograr una «gestión intergubernamental de los municipios fronterizos para promover asociaciones estratégicas con actores locales, estatales, federales y transfronterizos, bajo la identificación de prioridades de prioridades comunes en materia de competitividad y bienestar».[2] De ahí la necesidad de aplicar acciones transversales e intergubernamentales, con el fin de lograr el equilibrio en el desarrollo sostenible. Aquí reside toda la acción de gobierno y el valor de la participación social. Nos falta meter la participación de los gobiernos locales con recursos materiales y humanos, e integrar acciones locales en todos los planes de desarrollo.

4.2 Prevención de los posibles riesgos de agotar las fuentes disponibles de agua o que las existentes resulten insuficientes

Se agotaron las capacidades hídricas para el abasto, a pesar de todos los instrumentos de gestión. Además, las fuentes todavía existentes son completamente insuficientes para cubrir la demanda de agua, aunado a una población que constantemente demanda más y más agua. El gobierno estatal calificó esta situación de compleja, hizo un análisis de los riesgos, entre ellos la caída del potencial económico y en consecuencia de la calidad de vida. Esta incertidumbre provocada por la falta de fuentes de agua, requiere «una visión integrada y sustentable en el manejo del recurso, sobre todo por la gran dependencia hacia el río Colorado, cuyo volumen representa 85% del total asignado por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) para el estado».[3] En este contexto binacional, los estados del país vecino viven las mismas situaciones en materia de demanda de agua, lo que complica nuestra dependencia con respecto al abasto de agua desde el Río Colorado. Entre los riesgos de agotar las fuentes disponibles de agua en Baja California y/o que las existentes sean insuficientes, desde nuestra reflexión podemos mencionar las siguientes:
  • Caída en la competitividad económica regional.
  • Baja California dejaría de ser atractiva para la inversión y para la migración humana que ha tenido en los últimos años.
  • Al caer su potencial económico se pudiera tener una caída en la calidad de vida que frenaría su crecimiento poblacional y de asentamientos humanos.
  • De caer la vitalidad que tiene la ZM-TRT, en Baja California se crearía una debilidad en materia de seguridad nacional para toda la península.
  • En lo macro, de mantener la dependencia del Río Colorado, la población de Baja California estaría en un grave problema porque su desarrollo no puede depender de factores externos y para México es un problema de seguridad nacional.
  • La escasez propiciaría nuevas propuestas, una de ellas sería la privatización del servicio pero sólo agravaría el problema, y más si la empresa fuera extranjera.


4.3 Retos y perspectivas para el abasto y la administración estratégica del agua

El principal reto estriba en la visión del Estado Mexicano y no en la visión del gobierno estatal, ni del federal ni de los municipios, sino del mismo Estado. Es necesario adoptar el enfoque de Foucault para garantizar la seguridad de una población y de un territorio determinado. Es cierto que nos referimos a un objeto de estudio delimitado, a la población y al territorio de la Zona Metropolitana Tijuana, Rosarito, Tecate, sin embargo se trata que el análisis sea utilizable para situaciones similares, en lugares con un crecimiento parecido en sus asentamientos humanos y en su población. Si logramos que los decisores tomen en cuenta la importancia de implementar la Gestión Estratégica para el diseño urbano, en la infraestructura y en la funcionalidad, entonces nos acercamos a la visión del Estado para anteponer los intereses superiores a los intereses más particulares.

4.3.1 La importancia de alentar el desarrollo local en la Agenda del Agua 2030

El desarrollo de los gobiernos locales está ausente en la Agenda del Agua 2030, sin embargo debería de ser parte prioritaria de una política pública para lograr la gestión hídrica eficaz. Es el documento rector a nivel nacional, es cierto que ya contempla «cambios estratégicos en tópicos como organización institucional, planeación, legislación, reglamentación, financiamiento, educación, capacitación y otros de similar naturaleza [que son] abordados».[4] Para lograr la sustentabilidad del agua está obligada a revisar las tareas que desempeñan los municipios en la materia, sobre todo porque la Agenda es «parte del sistema nacional de planeación hídrica»[5] y para lograr la gestión hídrica eficaz se requieren acciones transversales e interinstitucionales, con la presencia y la acción de los más diversos actores. No se refiere en específico al desarrollo de los gobiernos locales, a pesar que pueden convertirse en entidades operadoras del esfuerzo local en materia hídrica.
En esta tesis ya nos hemos referido a la Soberanía y gobierno, el mandato Constitucional para los Ayuntamientos de brindar el servicio de agua en México, hemos explicado las facultades municipales para prestar el servicio de agua. La agenda es complementaria y es el instrumento «para la realización de ajustes de carácter estructural en el sistema nacional de gestión del agua»[6] que se brinda con la participación de una o más entidades, de los tres niveles de gobierno. La Agenda del Agua 2030 reconoce que Baja California es uno de varios estados de la república con mayores retos en la materia, pero la estrategia nacional entiende que los municipios son los encargados de operar el servicio de agua, acorde al 115 Constitucional. En las estrategias se pretende que los gobiernos estatales tengan mayor participación en la administración de agua potable y saneamiento, y a partir de este concepción teórica se contemplan «cambios institucionales en rubros tales como la asignación de responsabilidades, el desarrollo de capacidades, el establecimiento de incentivos y el incremento y focalización de inversiones».[7] Afirma que «de no hacerlo así podríamos llegar a situaciones catastróficas».[8] Es una visión federalista la que se plantea, pero es completamente diferente a la realidad que se vive en esta parte del país. En Baja California son necesarios los cambios estratégicos en la organización de los municipios, pero a diferencia de otros lugares, aquí es necesario rehabilitar a los Ayuntamientos para que participen en acciones transversales, para que cuenten con su propia estructura y personal capacitado en agua; incluso para que asuman su mandato.
En Baja California no es necesario reasignar atribuciones legales para fortalecer a los organismos operadores porque ya cuentan con su marco legal que les permite operar. La Constitución Política del Estado de Baja California se refiere a las atribuciones municipales en materia de agua, y a manera de conclusión podemos decir que nada más se requiere una cirugía mayor en materia de gestión estratégica, para implementar en los municipios la dependencia encargada del agua y así puedan participar de forma efectiva en las nuevas tareas para lograr la gestión hídrica eficaz. Además, es necesario propiciar el desarrollo de los gobiernos locales, con «capacidades e instrumentación de incentivos para [contribuir a] fortalecer el sistema nacional de gestión del agua en sus ámbitos general, y regional».[9]
El diseño de la AA2030 está orientado para enfrentar los principales desafíos en materia hídrica. En estas conclusiones podemos decir que el principal reto está en garantizar el abasto y el desarrollo sustentable. En los puntos considerados como prioritarios están los referentes a: satisfacer las necesidades básicas, preservar las fuentes naturales y los ecosistemas; ser eficientes con equidad y justicia; el riesgo por cambios hidrometeorológicos o climáticos, sequías e inundaciones; reducir la brecha hídrica; lograr el valor agregado para evitar el despilfarro; el financiamiento para la infraestructura hidráulica; evitar conflictos por el agua; diseños de gobierno para garantizar la gobernanza en materia hídrica; temas transversales e incluyentes con los tres niveles de gobierno y entidades privadas, grandes usuarios directos, sociedad civil y la participación de todos en «los procesos de gestión de los recursos hídricos y en la administración de servicios asociados».[10] Además, acciones para «incorporar efectivamente la sustentabilidad hídrica a la cultura nacional».[11] Para lograr la gestión hídrica eficaz en Baja California, enunciamos una serie de temas dirigidos a los gobiernos locales, son parte de los principales desafíos:
    1. Prepararse para la escasez de agua, ya por cambio climático, por agotamiento o insuficiencia de las fuentes para cubrir la demanda presente y futura.
    2. El agua es el tema prioritario en la agenda del desarrollo sustentable en la frontera, exige una coordinación transfronteriza en la planeación de los recursos hídricos y para garantizar el medio ambiente sustentable. 
    3. Propiciar una Gestión Estratégica con acciones transversales e interinstitucionales desde lo local, para lograr con los Ayuntamientos la gestión hídrica eficaz.
    4. Restituir facultades a los Ayuntamientos para que cuenten con organismos operadores y puedan coadyuvar de forma efectiva con el Estado y la Federación. 
    5. Compartir con California su modelo exitoso para la preservación del agua, considerándola un bien escaso para las poblaciones en ambos lados de la frontera.
    6. Garantizar el vital líquido para las futuras generaciones, con estrategia y con infraestructura, no sólo para los próximos veinte años sino de mayor alcance.
    7. Reducir el grado de presión del recurso hídrico, al mismo tiempo que se garantiza la cantidad necesaria para consumo humano.
    8. Considerar los daños ecológicos como un problema de seguridad integral.
    9. Considerar el enfoque de la seguridad humana y los escenarios que puedan garantizar la existencia de la población, aun en grado de escasez o de crisis por la poca disponibilidad del agua.
    10. Promover una cultura que cuide del agua y del medio ambiente.

A las conclusiones sobre la importancia de alentar el desarrollo de los gobiernos locales para lograr la gestión estratégica del agua, es necesario decir que se ha hecho gestión hídrica sin los municipios, y agregar el argumento de José María Ramos cuando se refiere a la capacidad, visión estratégica y desarrollo, como respuesta a «la ausencia de un enfoque estratégico de los gobiernos locales».[12]
Solamente nos queda enfatizar que ante la escasez de agua en Baja California por el eminente e imparable crecimiento poblacional, la primera acción de gobierno fue estratégica, fue considerada un tema estratégico para el Estado Mexicano. De ahí que los gobiernos estatales se encargaran de administrar la escasez, lo que no tenemos, sin embargo con la misma visión es necesario que ahora los municipios participen en plenitud de capacidades, para administrar estratégicamente y para promover el uso racional del agua. Además de promover la inversión en obras hidráulicas de carácter también estratégico.[13]

4.3.2 Algunas medidas adicionales ante la escasez del agua y el cambio climático

Los orígenes administrativos de organismos operadores de agua se remontan al nacimiento del mismo estado. Sin embargo, la escasez del agua en Baja California y el modelo sustentable de gestión son parte del presente y del futuro. Hemos explicado los problemas por la poca disponibilidad del vital líquido y hemos planteado una serie de preguntas, la principal de ellas es ¿De dónde y cómo podemos abastecernos de agua? La respuesta está pendiente, de ella depende la seguridad para la ZM-TRT, porque la amenaza pone en riesgo a la sociedad mexicana que sirve de contención en la Frontera Norte.
En esta parte de las conclusiones ya no importa a quién le corresponde administrar el vital líquido. Para resolver el problema de la escasez se requieren acciones interinstitucionales con los tres niveles de gobierno y si a los municipios les corresponde la administración del agua, en esta circunstancia es lo de menos. Lo grave es que no cuenta con una agenda en temas hídricos, no tiene políticas públicas para contribuir a la gestión hídrica eficaz, ni personal ni infraestructura. Lo grave ya no es que le han arrancado sus facultades constitucionales, lo grave es que no puede participar en la solución de un problema que crece de forma proporcional a la población. Para resolver un problema de esta magnitud no basta con la AA2030 ni con el PHR-2030, también hace falta la concurrencia de la población civil en temas que rebasan al gobierno, en temas de cooperación internacional, seguridad ciudadana y desarrollo sustentable. La agenda del agua establece la participación de estos actores, pero además exige la participación de «los Congresos nacional y locales, los grandes usuarios de agua, las empresas proveedoras de servicios de agua y drenaje, las organizaciones de la sociedad civil, el sistema educativo nacional y los medios de comunicación social».[14] En el caso de Baja California, es fundamental que el Congreso local cuente con una Comisión de Asuntos Hidráulicos, e independientemente del perfil político de quien la presida, es necesario que la Secretaría Técnica esté representada con un perfil altamente especializado en agua, en gobiernos locales y en gestión estratégica para habilitar a los Municipios, para que dejen de estar imposibilitados y aporten a la gestión hídrica eficaz. La participación del Congreso Local es fundamental para contribuir a la contingencia por escasez de agua y cambio climático. Desde el Congreso, los diputados están obligados en alentar los recursos humanos y financieros que sean necesarios para los municipios, a efectos que cuenten con infraestructura y participen en las acciones transversales, con capacidades de gestión en la coordinación con el estado, la federación, organismos sociales y en temas binacionales en la frontera, sin perder la dimensión de un problema urbano con características metropolitanas que requiere coordinación entre los mismos municipios.
Con respecto a las posibles controversias entre estado y municipios, está claramente establecido que es facultad de los Ayuntamientos la administración del agua, sin embargo parte de las medidas adicionales es alentar la gestión estratégica de los gobiernos locales y que sean capaces de plantear políticas públicas en temas del agua. En la creación de la Comisión Estatal del Agua (CEA), el entonces gobernador reconoció que el gobierno estatal se ha encargado de atender los distintos organismos, pero dejó de manifiesto que en el marco del “Nuevo federalismos” era necesario establecer una estrategia para transferir está responsabilidad a los municipios, de forma clara y precisa, a las «Comisiones Estatales de Servicios Públicos».[15] Es decir, que la CESPT (Tijuana-Rosarito); CESPTE (Tecate); CESPE (Ensenada) y CESPM (Mexicali) pasen a ser parte del gobierno municipal, incluyendo en este momento la creación de una entidad similar para Playas de Rosarito.
Enfatizamos, se trata de dotar a los municipios de Baja California de capacidades operativas para enfrentar el crecimiento poblacional, la escasez del agua y el eminente cambio climático que en mucho repercutirá en la vida cotidiana. Sin embargo, para lograr el desarrollo local y la gestión estratégica del agua es necesario que en las medidas adicionales se contemple el cambio de modelo político-administrativo, dejando de lado la administración tradicional que responde a la demanda de agua con un daño al medio ambiente, y que representa una alternativa no sustentable. Es necesario el cambio a una gestión estratégica para administrar la escasez y enfrentar el cambio climático.

4.3.3 La gestión hídrica eficaz con ordenación territorial y ciudades sustentables

Para CONAGUA, la falta de planeación urbana es un grave problema para el uso óptimo del agua. No es problema único de Baja California, es un problema de todo el país. Para poder avanzar con una gestión hídrica eficiente, es necesario «Crear el Instituto Nacional de Planeación del Desarrollo», como una dependencia del ejecutivo federal.[16] En la Iniciativa 24 de la Agenda se explica su utilidad, es con el fin de asegurar y armonizar «las diversas políticas de desarrollo sectoriales y territoriales del país».[17] Es para garantizar el ordenamiento territorial, acorde a los instrumentos nacionales de vivienda y desarrollo urbano, promoviendo ciudades con mayor densidad, pero también para controlar lo existente y orientar el futuro crecimiento a ciudades más seguras y sustentables.
Esta agenda nacional requiere de la concurrencia de los estados y municipios para actuar de forma interinstitucional en temas que son comunes, para privilegiar en todo momento el desarrollo regional, sobre todo en esta zona metropolitana objeto de nuestro estudio. A manera de conclusión es necesario enfatizar que la mejor ordenación territorial puede lograr ciudades sustentables y es posible desde los gobiernos locales. En el desarrollo institucional de los Ayuntamientos, José María Ramos García se refiere al marco legal de la gestión ambiental, afirma que es necesario fortalecer «al municipio como promotor del desarrollo, lo cual también exige una reforma en su modelo organizativo».[18]
Es necesario recordar que licencias y permisos para nuevos fraccionamientos y construcción son competencia municipal, y en ese contexto Ramos García enfatiza que los gobiernos locales tienen más atribuciones y mayores responsabilidades, sin embargo se requiere una forma distinta de entender la gestión política-administrativa. Ramos también se refiere a la gestión del agua en los Programas ambientales y la gestión local ambiental; afirma que «los gobiernos locales han dejado de lado la posibilidad de desarrollar una política ambiental en temas estratégicos para el desarrollo sustentable local».[19]
Coincido, lo primero que es necesario ordenar es el crecimiento urbano, e implica políticas públicas y sobrados esfuerzos por la ordenación del territorio. Luego es necesario lograr la sustentabilidad de las ciudades, aunque justo es decir que la sustentabilidad no se reduce al tema del agua y es necesario abordar temas relacionados con los residuos sólidos, aire, ruido, transporte y múltiples factores ambientales. En el objeto de nuestro estudio, el crecimiento urbano va relacionado con el crecimiento de la población y el aumento de la población que nos demanda más y más agua, modernización en las tecnologías y actualización constante en los organismos operadores del agua, pero por ninguna razón podemos perder de vista que nuestro problema reside en la escasez del agua y de ahí la importancia por darle una máxima rentabilidad a cada litro, por reciclarla a su máximo uso. Nuestra realidad es distinta a otros lugares del país y así debemos entenderlo.


4.3.4 Temas indispensables de la Agenda Hídrica Fronteriza en el desarrollo sustentable de la región metropolitana
Para los efectos de nuestro estudio es importante resaltar la diferencia que significa la escasez y el déficit del agua. La Agenda del Agua hace un comparativo, ambas situaciones problemáticas para su manejo. Por un lado, la falta de agua en Baja California se debe a las también escasas precipitaciones, o casi nulas, «de apenas 176 milímetros anuales, mientras que Tabasco recibe más de 2,100 milímetros». Esto significa que por lluvias, en un metro cuadrado de extensión territorial, en Baja California sólo tenemos 17.6 centímetros de agua. En contraste, por cada metro cuadrado de terreno en Tabasco, por lluvias tienen más de dos metros cúbicos de agua disponible. Desde estos comparativos, toda nuestra gestión estratégica del agua no debe ir orientada sólo a la administración de un bien escaso, sino que además si es poca o mucha agua, en el caso de Baja California nos hemos acabado la que está disponible y estamos en números rojos. En las estrategias nacionales ya se plantean diversas iniciativas, a los temas de desarrollo urbano, sustentabilidad y desarrollo regional, se consideran las iniciativas denominadas de carácter transversal, en las que se además se incluyen los temas de planeación, cultura para cuidar el agua, y la relativa al gobierno y gobernanza.[20] A la AA2030 le «genera notable inquietud el abatimiento y la degradación de cuerpos de agua superficiales y subterráneos como consecuencia de la sobreexplotación crónica a que son sometidos», como sucede en esta parte del país donde lo poco que tenemos lo hemos derrochado, y las soluciones que a la fecha se han implementado no han sido sustentables. En consecuencia de la escasez y del déficit, acordes con los objetivos de la Política Clorhídrica Regional, para contribuir en la política hídrica de sustentabilidad a 2030. Los retos y soluciones,[21] desde la gestión local debemos redoblar diversos esfuerzos, menciono sólo algunos:

  • A nivel federal es necesario replantear el Artículo 115 Constitucional para darle un trato especial y separado al tema del agua y la seguridad.
  • En lo local, es necesario reducir el grado de presión para cerrar, en lo posible, la brecha hídrica.
  • Contribuir a restaurar el déficit en materia de agua.
  • Reducir el porcentaje de la grave dependencia hídrica desde el Río Colorado.
  • Operar estrategias por una gestión hídrica eficaz con una coordinación metropolitana y aplicada al ámbito local por los Ayuntamientos.
  • Participación de los municipios con personal técnico, calificado en las políticas hídricas transversales, integrales y multisectoriales.
  • Planeación urbana con el uso adecuado de pluviales y mayor uso del agua.
  • Planeación metropolitana orientada a lograr un mayor desarrollo regional.
  • Coordinarse en una mesa binacional con SANDAG en temas de planeación metropolitana y transfronteriza, prioritariamente en agua y desarrollo urbano.
  • Rescatar la propuesta de la Sustantividad ambiental que se plantea en la Gestión Territorial de la Zona Metropolitana Tijuana-Tecate-Rosarito, orientada a la sustentabilidad del agua, de calidad del aire, de sustentabilidad territorial y de preservación y conservación ambiental.[22]
  • Diseñar los planes hídricos estatales en el marco del desarrollo sustentable y con perspectiva de género para garantizar una mayor calidad de vida.
  • Contribución de los municipios en el ordenamiento territorial con la visión de nuevos asentamientos humanos de mayor densidad, incluso en los ya existentes.
  • Incluir indicadores en la gestión hídrica eficaz, donde el porcentaje al PIB por litros de agua sea uno de los referentes para el uso óptimo del agua.

Finalmente, a la AA2030 le «preocupa un posible crecimiento de la conflictividad social por efecto de la decreciente disponibilidad de agua».[23] En casos donde se conjuga escasez y el déficit, es necesario un modelo de Gestión Integral del Agua (GIA).

4.3.5 Coordinación binacional en el desarrollo regional y la gestión hídrica eficaz

En las acciones transversales para enfrentar los retos y aplicar las soluciones  propuestas del Programa Hídrico Regional Visión 2030, se reconoce que en el futuro la «regulación del agua adquiere cada vez mayor importancia en el ámbito internacional y nacional».[24] Se refiere a distintos lugares en el mundo, donde también el agua se convierte en un bien estratégico para el propio desarrollo regional. La CONAGUA tiene claro el diagnóstico a futuro en esta parte de Baja California, los escenarios posibles que nos afectan localmente; por lo que alienta una justa distribución del agua en ambos lados de la frontera, con la participación de los tres niveles de gobierno para lograr la gestión hídrica eficaz, sin embargo dicha gestión exige coordinación binacional orientada al desarrollo regional, como una sola entidad de interés, tal como lo plantea Luís Fernando Abitia Cuevas cuando se refiere a la Metrópoli transfronteriza integrada. La dependencia federal enfatiza la importancia de promover los principios de coordinación, para prevenir «conflictos entre regiones y cuencas»,[25] tanto en lo internacional, regional y local, tres temas coincidentes con nuestro objeto de estudio.
En ese sentido, el PHR-2030 enfatiza «en el reconocimiento y fortalecimiento de los derechos y obligaciones que existen entre los usuarios y la gestión de los recursos hídricos compartidos».[26] Tal como sucede en esta región mexicana de Baja California y Sonora con respecto al agua derivada del Río Colorado. A manera de conclusión, en la zona objeto de nuestro estudio es necesario mantener el vigor de nuestra actividad cotidiana y alentar una mayor integración al desarrollo regional, en los aspectos económico y social, pero no es posible seguir manteniendo nuestro potencial sin una coordinación binacional que nos permita una gestión hídrica eficaz, la cooperación internacional no es el eje principal, pero es un elemento indispensable por las características que compartimos en este asentamiento.
Es importante enfatizar nuestra realidad, se trata de un fenómeno humano asentado en dos países y no podemos tomar decisiones unilaterales, en ninguno de los dos lados de la frontera. Por sus mutuas interacciones e interdependencias, es necesario lograr la sustentabilidad del medio ambiente, con el agua como elemento principal de todo el ecosistema compartido. Así lo entiende la AA2030 al establecer las «reglas y principios legales [que] están orientadas a prevenir conflictos y a promover la cooperación»,[27] sin embargo las estrategias hay que llevarlas al campo de la planeación en materia de agua y lograr en conjunto la gestión hídrica eficaz, sobre todo porque si una parte resuelve su problema, la parte no resuelta de la región fronteriza se convierte en parte del problema para la propia gestión hídrica. De ahí la importancia para la cooperación y el desarrollo.
En el caso de Baja California, la AA2030 establece estrategias de carácter regional. En esta parte del país debemos entenderlas como temas de la agenda binacional de la Zona Metropolitana y/o de los gobiernos locales. Para la gestión estratégica del agua, nos falta:
  • Fortalecer el proceso de formulación, seguimiento y evaluación de los programas hídricos de largo plazo por cada región hidrológica y orientados a la sustentabilidad hídrica;
  • Desarrollar sistemas regionales de información para reforzar la óptima gestión del agua por cuenca y acuífero.
Además, es necesario integrar parte de una realidad local a los objetivos de la AA2030. Es necesario integrar los temas donde:
  • El cambio climático no respeta fronteras y es necesario atender situaciones que pudieran afectar el desarrollo sustentable, por mayores sequías y déficit hídrico.
  • La seguridad humana ha rebasado a la seguridad nacional, en ambos lados de la frontera. Es necesario atender la seguridad del ser humano cuidando todas las fuentes de agua necesarias para la frontera, y la garantía de abasto y distribución.
  • Habilitar a los municipios para que participen en los programas locales de prevención, orientados a la seguridad, desarrollo y derechos humanos.
  • Capacitar personal de los municipios para que los gobiernos locales asuman el riesgo social ante la escasez del agua en la frontera y su prevención de crisis social.
  • Propiciar una mayor colaboración internacional con un alto sentido humano, incentivando a las organizaciones civiles en temas del cuidado del agua.
  • Propiciar infraestructura para el mejor aprovechamiento de aguas residuales, y operada municipalmente para el abasto de los sectores productivos.

Aunado a los puntos descritos, es necesario que los planes de desarrollo municipal, estatal y sectorial, estén alineando con la estrategia nacional e integren en su contenido lo referente al agua y la coordinación binacional. En esas mesas de trabajo puede prevalecer el sentido del mercado, de su oferta y demanda en bienes, servicios, consumo y fuerza laboral; sin embargo en Baja California estamos obligados al análisis de las ventajas comparativas de la aportación al PIB por porcentaje en consumo de agua. El sector agrícola es el que más inversión requiere en tecnología para lograr el desarrollo sustentable, un financiamiento que puede lograrse con la participación del sector público y privado. El Estado está obligado a garantizar que el sector agrícola reduzca su consumo de agua y mantenga el mismo porcentaje del PIB, o con el mismo porcentaje de consumo aumente su porcentaje del PIB,[28] también en términos comparativos. Otro de los temas es el alto costo del agua en la industria, es imperante implementar tecnología para optimizar el uso del agua, en su caso reducir los costos por agua de segundo uso y aumentar la productividad. En todos los casos, es necesario aplicar el criterio que a mayor consumo mayor costo en agua de primer uso.
Finalmente, subrayamos la necesidad de trabajar institucionalmente en el valor agregado que hemos identificado en el Plan indicativo para el desarrollo competitivo y sustentable de la región transfronteriza México-Estados Unidos. A manera conclusión enfatizamos la necesidad de una gestión local que utilice el contenido del Programa Ambiental México-Estados Unidos: Frontera 2020, pero que también recurra a otros instrumentos e instituciones internacionales, a efectos de lograr incorporar nuevas tecnologías en las aguas subterráneas y lograr la gestión hídrica eficaz.

4.3.6 Retos y soluciones en la gestión hídrica eficaz al año ≥ 2030

Jaime Sobrino ha concedido cifras con respecto a los porcentajes de población que ya vive en el campo y la ciudad. De acuerdo a datos que concede, con respecto al año 2010 el 62.5% de la población ya vivía en zonas urbanas, a nivel nacional; contra un 37.5% asentado en zonas rurales. Por cada persona viviendo en zonas rurales, aproximadamente hay dos personas en las zonas urbanas, independientemente del grado de urbanización que tengan los asentamientos humanos. Podemos decir que de acuerdo a esta tendencia, si hoy estamos en cifras parecidas de 2 a 1, en futuros próximos se pudiera tener una relación de 4 persona en zonas urbanas contra 1 asentada en zonas rurales.
En muchos de los casos, la dimensión urbana ya pasa a metropolitana, como lo afirma Jaime Sobrino cuando se refiere al territorio. En estos escenarios, se agrava el abasto de agua para las ciudades, como lo hemos citado acaban con los mantos freáticos del lugar donde se asientan. En relación al futuro crecimiento de esta población, la proporción de agua por persona al ser distribuida, siempre va a disminuir en la cantidad que le toca. El reto es mantener por lo menos la cantidad disponible que hoy tenemos, pero con un número mayor de personas, con una gestión hídrica eficaz que sea capaz de lograr políticas públicas que incrementen el volumen de agua disponible, sin tener que recurrir con total dependencia al agua del Río Colorado. La máxima utilización, racionar, es una alternativa.
Todos los planes con respecto al agua y al desarrollo sustentable tienen un alcance el año 2030, sin embargo la fecha ya está encima. ¿Qué sigue después del 2030 en términos de gestión estratégica? Para esa fecha se pronostican 5 millones de habitantes en esta parte del país y el PNDU 2014-2018 ya trazó 3 estrategias transversales. Para darles mayor alcance es necesario habilitar a los municipios en temas de agua, orientados a lograr:
  • Democratizar la Productividad; Todos los productores requieren agua.
  • Gobierno Cercano y Moderno: El municipio debe estar cerca de la gente
  • Perspectiva de Género: Se le debe dar prioridad al desarrollo de mujeres.
Parte de los retos y soluciones implica alcanzar el Índice de Competitividad Social (ICS) a que se refiere el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Hemos plasmado la importancia para que las nuevas sociedades de esta zona geográfica sean capaces de alcanzar tres elementos que le dan vigor al desarrollo regional y que se compone por tres dimensiones: salud, educación e ingreso y condiciones laborales. Para lograrlo requerimos agua, para seguir siendo competitivos, para tener calidad de vida. Es necesario una mejor gestión municipal que no sea asistencialista ni ocurrente, sino que sea parte de su prioridad lograr la sustentabilidad y no sólo para el 2030, además de propiciar la participación social de los individuos en el desarrollo institucional de la zona metropolitana. Estoy convencido, para lograr una gestión hídrica eficaz más allá del año 2030 es necesario cuidar un recurso fundamental para nuestra futura existencia. Así mismo, el PNDU 2014-2018 contiene un elemento indispensable en el desarrollo institucional de los gobiernos locales para lograr la gestión hídrica eficaz. Para la SEDATU es necesario que los programas y planes de desarrollo reconozcan el ciclo integral del agua y lo metan como política pública dentro de su propia gestión de gobierno.
José L. Trava y Jesús Román Calleros se han referido a la dependencia que tiene esta zona metropolitana al agua superficial, en Conclusiones del documento sobre aguas subterráneas abordan la coordinación binacional en materia hídrica, pero sobre todo en el ciclo hidrológico en la región fronteriza.[29] ¿Por qué es necesario el ciclo integral del agua para la planeación y la gestión hídrica eficiente más allá del año 2030? Cuando nos referimos al ciclo integral del agua nos referimos a Facua, es una organización social española, de corte progresista y democrática, interesada en los asuntos públicos, para esta organización «No puede hablarse de una gestión eficiente y eficaz del recurso si no se aborda dicha gestión de forma unitaria e integral en todas sus fases, desde la captación hasta la depuración».[30] Esto significa desde el momento en que se extrae agua de los acuíferos o se toma del punto de entrega del Río Colorado, se utiliza y se regresa al mar el agua negra una vez que ha sido tratada (o no). En Baja California no estamos siendo eficientes en el tratamiento del agua residual, y aunque su tratamiento es tema de otras investigaciones, sí podemos afirmar que existen deficiencias en la forma de tratarla, que la poca agua tratada se tira al mar sin haberla recuperado por completo y en muchos de los casos, contaminando. Aquí es donde son necesarias las obras de infraestructura en los municipios, con la más alta tecnología para aumentar la oferta sustentable de forma técnica y factible. Sobre todo si recordamos que de acuerdo al PHR-2030 en Tijuana y Tecate será necesario aumentar más del 50% de esta oferta sustentable en los próximos 15 años, sólo para atender la demanda del volumen recomendados de entre los 1 000 a 2 000 m3 de agua por cada persona al año. Sin olvidar que de acuerdo con la CESPT, al 2007 ya se daban 200 litros al día por habitante (l/d/h), por debajo de los 220 l/d/h que establecen sus normas técnicas para las zonas urbanas de Tijuana y Rosarito. Y que en el caso de Tecate, de los 291 l/d/h solamente podían tener 253. En ambos casos ya se presentaba una baja considerable y creciente. En Baja California se tiene una disponibilidad anual promedio de 989.82 m³/hab., significa que al año 2013 ya no alcanzábamos lo recomendado por la ONU.

Cuando Marco Antonio Samaniego López escribió lo referente a El control del Río Colorado como factor histórico. La necesidad de estudiar la relación tierra/agua,[31] sentó las bases para abordar otros campos con su perspectiva. la misma relación tierra-agua, es la que tiene nuestra zona de estudio, tanto en lo geográfico como en la parte conceptual de las políticas públicas en la gestión local que permitan una gestión estratégica del agua, una serie de acciones y programas necesarios para cuidar del vital líquido, para darle su máxima rentabilidad y para reciclar la más agua que sea posible, siempre acordes con los Ecosistemas del Milenio. Es necesario aumentar el reciclaje del agua, de continuar con nuestro mismo ritmo, para el 2030 solamente tendríamos la capacidad de renovar el agua en niveles promedio de 2.74 m³/hab/año. Cifra catalogada en condición de escasez grave.[32]
A manera de conclusión, es necesario sacar prospectivas y escenarios, la resiliencia es una forma natural de restaurar un entorno ecológico, me refiero al límite que tiene la cantidad total del agua para abastecer a un grupo social determinado, he decidido llamarlo el Índice Saldaña, para definir que el volumen total del agua disponible siempre debe ser mayor a los 100 l/d por persona. Sujetos a lo que afirmen los especialistas, podemos decir que es el mínimo disponible para evitar el colapso de las esferas ecológica, económica y social, porque de romper el equilibrio se perdería el atractivo y comenzaría a despoblarse está zona metropolitana, o por efectos de la resiliencia social regresar a un punto de equilibrio, debido a la relación tierra-agua, y la gran dependencia que han provocado con respecto al agua proveniente del Río Colorado.  
Al comparar la gráfica de Marisol Vázquez Medina, referente a la proyección de la oferta-demanda del agua, a partir del 2019 entramos en crisis. Desde su interpretación juega con las variables: Acueducto Río Colorado-Tijuana (ARCT); Pozos Tijuana; Pozos La Misión; Conexión de Emergencia; Incremento del ARCT; y la Demanda. Sin embargo, es necesario meterle otras variables, como otras fuentes de abasto, el reúso con infraestructura municipal, el menor consumo de agua en la agricultura, la educación de los niños en temas de su futuro. Otro gran porcentaje de soluciones residen en las concepciones teóricas de los especialistas que hemos citado, ya en tema específicamente hídrico, en la gestión local a través del desempeño institucional de los gobiernos municipales, en la gobernanza, en la gestión estratégica, en el antecedente histórico, en las acciones transversales, interinstitucionales, coordinadas en indicadores y modelos de gestión, en la visión, en la cooperación internacional, en la planeación binacional. En suma, todos estos temas hacen posible la gestión hídrica eficaz en la frontera y juntos pueden generar una menor dependencia con respecto al agua del Río Colorado.
A manera de conclusión final, planear hasta el 2030 ya no es visión estratégica y desde la gobernanza es necesario lograr la gestión de calidad. Es indispensable contar con especialistas en la dirección de los organismos encargados de la administración del agua y no con políticos en el cargo. La característica es técnica y especializada, es la indispensable para la estrategia, la administración, gestión y e instrumentaciones de planeación y programas binacionales con un alcance de por lo menos al año 2100, donde lo sustentable sea el eje rector para garantizar la actividad económica y calidad de vida de la población en esta zona del país. La visión estratégica y la gobernanza democrática son dos elementos que al conjugarlos propician un desarrollo institucional de los Ayuntamientos, y al habilitarlos con personal técnico e infraestructura son excelentes para la gestión hídrica eficiente en esta parte del país. La gestión hídrica eficaz es como la literatura de B. Traven; no podemos gastarnos toda el agua porque sino después del 2030 ya no tendremos nada que gastar.[33]




[1] Cfr. Bruno Traven, Canasta de cuentos mexicanos, Selector, 2ª Edición, 2003, p. 9.
[2] José María Ramos García, Gobiernos locales en México: hacia una agenda de gestión estratégica de desarrollo, LX Legislatura de la Cámara de Diputados, Fundación Instituto Universitario de Investigación José Ortega y Gasset, COLEF, Miguel Ángel Porrúa, 2007, p. 82.
[3] Ibíd. 94.
[4] Agenda del Agua 2030, Op. Cit., p. 12.
[5] Ibíd, p. 13.
[6] Idem.
[7] Ibíd, p. 14.
[8] Idem.
[9] Ibíd, p. 8.
[10] Idem.
[11] Idem.
[12] José María Ramos García, Gobiernos locales en México: hacia una agenda de gestión estratégica de desarrollo, Op. Cit., p. 89.
[13] Agenda del Agua 2030, Op. Cit., p. 49.
[14] Op. Cit., p. 14.
[15] Véase: Periódico Oficial del Gobierno de Baja California, Decreto del Gobernador Constitucional del Estado de Baja California, Alejandro González Alcocer, por medio del cual se “Crea la Comisión Estatal del Agua (CEA)”, aprobada a los 02 días del mes de Marzo de 1999, Número 10, Tomo CVI del 3 de Marzo de 1999, Mexicali, pp. 2-10.
[16] Agenda del Agua 2030, Op. Cit., p. 7.
[17] Op. Cit. p. 55.
[18] José María Ramos García, Gobiernos locales en México: hacia una agenda de gestión estratégica de desarrollo, Op. Cit., p. 168.
[19] Op. Cit., p. 183.
[20] Agenda del Agua 2030, Op. Cit., p. 55.
[21] Programa Hídrico Regional Visión 2030, Op. Cit., pp. 31-36.
[22] Véase: Gestión Territorial de la Zona Metropolitana Tijuana-Tecate-Rosarito, Op. Cit., p. 7.
[23] Agenda del Agua 2030, Op. Cit., p. 14.
[24] Véase: Programa Hídrico Regional Visión 2030, Op. Cit., p. 103.
[25] Op. Cit., p. 104.
[26] Ibíd., p. 103.
[27] Idem.
[28] Nota del autor. Argumento y comparativo sustentado de acuerdo y cifras y daros del PHR-2030 al 2008.
[29] José Luis Trava Mancilla, et. al., (Compiladores), Manejo ambientalmente adecuado del agua, la frontera México-Estados Unidos, El Colegio de la Frontera Norte, primera edición, Tijuana, 1991, p. 140.
[30] Véase: El ciclo integral del agua, Facua-Sevilla, Consumidores en acción, EMASESA-Metropolitana, S. F.
[31] Cfr. Marco Antonio Samaniego López, El control del Río Colorado como factor histórico. La necesidad de estudiar la relación tierra/agua, Frontera Norte, Vol. 20, Número 40, Julio-Diciembre, 2008.
[32] Plan Estratégico Metropolitano 2012-2034, Op. Cit., p. 32.
[33] Véase: Roberto M. Constantino Toto (coordinador), Agua, Seguridad Nacional e Instituciones; Conflictos y riesgo para el diseño de las políticas públicas, Senado de la República, LIX Legislatura, Instituto de Investigaciones Legislativas, Universidad Autónoma Metropolitana, 1ª Edición, 2006.

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