El escritor B.
Traven abordó el tema del desarrollo sustentable. Narra la cosmogonía de un
tipo de mexicanos en el cuidado de los recursos naturales. Aborda el tema relacionado
de la actividad económica, social y del medio ambiente, explica de forma
literaria, lo plasma en cuentos cortos y los entiende quien debe de entenderlos.
Pudieran parecer anécdotas pintorescas, sin embargo rescato un pasaje para
relacionarlo con el agua en Baja California, es importante destacar el contexto y los instrumentos de gestión. Así,
en el Programa estratégico de desarrollo sustentable en la
frontera norte con visión al 2025 y también en el Plan indicativo para el
desarrollo competitivo y sustentable de la región transfronteriza
México-Estados Unidos, al otro lado de la frontera
consideran la opinión de los pueblos indígenas para la planeación y para las
decisiones de gobierno, en ambos programas la opinión
indígena es fundamental para los planes y programas. En contraste, en el caso
de México, es del dominio popular una anécdota peyorativa o mal interpretada,
pero es conocido el tema de un señor indígena, vendiendo sus montoncitos de
naranjas en plaza pública y a un precio por debajo del mercado, y el comprador,
ajeno a la comunidad indígena, pregunta cuánto por todo. Y al decir del
conocimiento popular, la respuesta es de “no puedo venderle todo porque si no
mañana qué vendo”. La anécdota es contada de forma peyorativa, sin embargo
apliquemos la obra de B. Traven al tema del agua en Baja California. En Canasta de cuentos mexicanos aparece la
historia llamada “Canastitas en serie”, es un artesano que vende canastitas de
puerta en puerta, frente a su jacal y también en la plaza de un pueblo
oaxaqueño, y ahí frente a él, ahí llegó Mr. L. E. Winthrop, quien le compró una
o unas canastitas en ochenta centavos de peso y además acordaron bajar el
precio a setenta y cinco centavos, en caso de que fueran cien. Luego, cuando Winthrop
regresó a New York, se le ocurrió venderlas a un negocio de chocolates, con
precio pactado de un dólar con setenta y cinco centavos por cada canastita, al
tipo de cambio qué quiera. Su primera venta pactada, y la única, fueron doce
mil canastitas. El negocio le obligó regresar a Oaxaca y renegociar el precio
por las doce mil canastitas, mil veces la docena que el artesano podía cargar
de forma cotidiana, así como el agua que se consume en Baja California, una
carga más allá de lo que podemos soportar.
—Sin rodeos, amigo. ¿Cuánto? ¿Cuál ser el precio? —preguntó
Mr. Winthrop nerviosamente.
—El precio, bien calculado y sin equivocaciones de mi parte,
es el siguiente: Si tengo que hacer mil canastitas, cada una costará cuatro
pesos; si tengo que hacer cinco mil, cada una costará nueve pesos, y si tengo
que hacer diez mil, entonces no podrán valer menos de quince pesos cada una. Y
repito que no me he equivocado.[1]
¿Qué tiene que ver un cuento
pintoresco con una tesis del agua y su relación con el crecimiento urbano en
Baja California? ¿Cómo explicar que ya no tenemos agua y que de ella depende la
vida? ¿Qué medidas gubernamentales se deben proponer en las conclusiones para
lograr la gestión hídrica eficaz? ¿Cómo relacionar la productividad económica
con lo sustentable y que además se entienda? La primera respuesta implica
ponderar la visión indígena en la protección del medio ambiente, unir su
relación humana con el desarrollo sustentable. Bruno Traven sigue narrando y
dice que el indígena no puede tener más de 36 canastitas, pintadas, coloreadas
con elementos naturales provenientes de los insectos. No puede tener más de esa
cantidad porque traducido a los planes y programas en la frontera se atentaría
contra el equilibrio ecológico. Otra de las respuestas, menos pintoresca pero
en grado de tragedia, es que las instituciones encargadas de dotar agua en Baja
California, tanto la Comisión Estatal del Agua (CEA) y las Comisiones estatales
en cada municipio, CESPT en Tijuana y Rosarito; CESPTE en Tecate, CESPE
en Ensenada; y CESPM en Mexicali, lo que han hecho ha sido una administración desde
la visión gerencial, y como si fueran Mr.
Winthrop han dado toda el agua que demanda la industria, solamente han
pensado en vender y sin responder por los daños a la naturaleza. Para ellos es
un negocio que atiende una demanda y su tarea es vender tantas naranjas como
les pidan, su misión es hacer tantas canastas como les exijan. Sin embargo, el
tema de esta tesis es poner límites al abasto sin freno y reducir la brecha
hídrica. Se trata de optimizar el uso racional del agua, de darle su carácter
estratégico para la existencia del ser humano y para la industria. Bien lo
plantea el indígena sin nombre; una canasta vale ochenta centavos, mil piezas cuatro pesos y entre
más se tengan que hacer más caro resulta. Así hay que cambiarles el nombre a
las canastitas y ponerle litros de agua. Entre más consuman más deben pagar por
que es necesario generar recursos para cuidarla, para reciclarla, para
optimizar el valor de su uso en los procesos productivos, en la vida cotidiana,
en el mismo medio ambiente, incluso para educar en su adecuada utilización,
para crear infraestructura municipal que permita a los gobiernos locales
participar en acciones transversales.
Una de las pocas
dependencias del gobierno estatal que han tenido un cambio en la NGP, son las
oficinas encargadas de administrar el agua. Son oficinas recaudatorias, manejan
un presupuesto por cada municipio y que en otros estudios pudiera compararse
con el presupuesto de cada Ayuntamiento, tienen un personal relativamente
capacitado; pero sobre todo han entendido que el abasto de agua es una demanda
de mercado y en la relación ciudadano-cliente es como han brindado sus
servicios, en respuesta a una demanda. No se puede dar toda el agua que nos
pidan porque si nos la acabamos luego que vendemos, luego de qué vivimos. Así es
la visión indígena y de lo sustentable.
4.1 Retos para la acción de gobierno en la perspectiva de la Gestión Estratégica
Es necesario hacer esquemas para
ponderar logros de gobierno o para cuestionar los programas. Es necesario
aportar al marco conceptual de las relaciones de cooperación binacional, a la
planeación sustentable de todo el mundo. El Informe Bruntland de las Naciones
Unidas tiene una imagen para describir el equilibrio del Desarrollo Sostenible,
maneja tres esferas: lo social, lo económico y lo ecológico.
Luego, en una interpretación de la teoría de conjuntos se
refiere a las interacciones que permiten una esfera con otra, pero falta una
interpretación ¿Qué resulta de la conjugación de los resultados? ¿Lo Soportable
con lo Equitativo qué nos da? ¿Lo Soportable con lo Viable qué produce? ¿Y de
lo Equitativo con lo Viable? La gestión hídrica eficaz está obligada a lograr
estos productos, como resultantes de sus propios instrumentos de planeación y
de su acción de gobierno.
Nos falta lograr lo deseable entre lo social y lo económico;
lo justo entre lo ecológico y lo económico; y con la misma importancia alcanzar
la calidad de vida, como un producto de lo ecológico con lo social. Son tres
esferas de la actividad humana y todos los días buscan su equilibrio en las
zonas habitadas por personas. El desarrollo sostenible no puede reducirse a las
esferas de lo ecológico, social y económico; es cierto que son la base, pero lo
sostenible solamente es posible cuando es el resultado de lo soportable, lo
viable y lo equitativo, más la suma de lo deseable, la calidad de vida y lo
justo.
Para lograrlo es necesario recurrir a una agenda con temas
locales, de esta zona de México y de cualquier lugar en el planeta, una agenda
estratégica de los recursos y áreas de interés humano en la frontera. José
María Ramos García enfatiza en la necesidad de lograr una «gestión
intergubernamental de los municipios fronterizos para promover asociaciones
estratégicas con actores locales, estatales, federales y transfronterizos, bajo
la identificación de prioridades de prioridades comunes en materia de
competitividad y bienestar».[2]
De ahí la necesidad de aplicar acciones transversales e intergubernamentales,
con el fin de lograr el equilibrio en el desarrollo sostenible. Aquí reside
toda la acción de gobierno y el valor de la participación social. Nos falta
meter la participación de los gobiernos locales con recursos materiales y
humanos, e integrar acciones locales en todos los planes de desarrollo.
4.2 Prevención de los posibles riesgos de agotar las fuentes disponibles de agua o que las existentes resulten insuficientes
Se agotaron las capacidades
hídricas para el abasto, a pesar de todos los instrumentos de gestión. Además,
las fuentes todavía existentes son completamente insuficientes para cubrir la
demanda de agua, aunado a una población que constantemente demanda más y más
agua. El gobierno estatal calificó esta situación de compleja, hizo un análisis
de los riesgos, entre ellos la caída del potencial económico y en consecuencia
de la calidad de vida. Esta incertidumbre provocada por la falta de fuentes de
agua, requiere «una visión integrada y sustentable en el manejo del recurso,
sobre todo por la gran dependencia hacia el río Colorado, cuyo volumen
representa 85% del total asignado por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA)
para el estado».[3] En
este contexto binacional, los estados del país vecino viven las mismas
situaciones en materia de demanda de agua, lo que complica nuestra dependencia
con respecto al abasto de agua desde el Río Colorado. Entre los riesgos de
agotar las fuentes disponibles de agua en Baja California y/o que las
existentes sean insuficientes, desde nuestra reflexión podemos mencionar las
siguientes:
- Caída en la competitividad económica regional.
- Baja California dejaría de ser atractiva para la inversión y para la migración humana que ha tenido en los últimos años.
- Al caer su potencial económico se pudiera tener una caída en la calidad de vida que frenaría su crecimiento poblacional y de asentamientos humanos.
- De caer la vitalidad que tiene la ZM-TRT, en Baja California se crearía una debilidad en materia de seguridad nacional para toda la península.
- En lo macro, de mantener la dependencia del Río Colorado, la población de Baja California estaría en un grave problema porque su desarrollo no puede depender de factores externos y para México es un problema de seguridad nacional.
- La escasez propiciaría nuevas propuestas, una de ellas sería la privatización del servicio pero sólo agravaría el problema, y más si la empresa fuera extranjera.
4.3 Retos y perspectivas para el abasto y la administración estratégica del agua
El principal reto estriba en la visión del Estado Mexicano y no en la
visión del gobierno estatal, ni del federal ni de los municipios, sino del mismo
Estado. Es necesario adoptar el enfoque de Foucault para garantizar la
seguridad de una población y de un territorio determinado. Es cierto que nos
referimos a un objeto de estudio delimitado, a la población y al territorio de
la Zona Metropolitana Tijuana, Rosarito, Tecate, sin embargo se trata que el
análisis sea utilizable para situaciones similares, en lugares con un
crecimiento parecido en sus asentamientos humanos y en su población. Si
logramos que los decisores tomen en cuenta la importancia de implementar la
Gestión Estratégica para el diseño urbano, en la infraestructura y en la
funcionalidad, entonces nos acercamos a la visión del Estado para anteponer los
intereses superiores a los intereses más particulares.
4.3.1 La importancia de alentar el desarrollo local en la Agenda del Agua 2030
El desarrollo de los gobiernos locales está ausente en la Agenda del Agua
2030, sin embargo debería de ser parte prioritaria de una política pública para
lograr la gestión hídrica eficaz. Es el documento rector a nivel nacional, es
cierto que ya contempla «cambios
estratégicos en tópicos como organización institucional, planeación,
legislación, reglamentación, financiamiento, educación, capacitación y otros de
similar naturaleza [que son] abordados».[4] Para lograr
la sustentabilidad del agua está obligada a revisar las tareas que desempeñan
los municipios en la materia, sobre todo porque la Agenda es «parte del sistema
nacional de planeación hídrica»[5]
y para lograr la gestión hídrica eficaz se requieren acciones transversales e
interinstitucionales, con la presencia y la acción de los más diversos actores.
No se refiere en específico al desarrollo de los gobiernos locales, a pesar que
pueden convertirse en entidades operadoras del esfuerzo local en materia
hídrica.
En esta tesis ya nos hemos referido a la Soberanía y gobierno, el
mandato Constitucional para los Ayuntamientos de brindar el servicio de agua en
México, hemos explicado las facultades municipales para prestar el servicio
de agua. La agenda es complementaria y es el instrumento «para la realización de
ajustes de carácter estructural en el sistema nacional de gestión del agua»[6] que
se brinda con la participación de una o más entidades, de los tres niveles de
gobierno. La Agenda del Agua 2030 reconoce que Baja California es uno de varios
estados de la república con mayores retos en la materia, pero la estrategia
nacional entiende que los municipios son los encargados de operar el servicio
de agua, acorde al 115 Constitucional. En las estrategias se pretende que los
gobiernos estatales tengan mayor participación en la administración de agua
potable y saneamiento, y a partir de este concepción teórica se contemplan «cambios institucionales
en rubros tales como la asignación de responsabilidades, el desarrollo de
capacidades, el establecimiento de incentivos y el incremento y focalización de
inversiones».[7] Afirma
que «de no hacerlo
así podríamos llegar a situaciones catastróficas».[8] Es
una visión federalista la que se plantea, pero es completamente diferente a la realidad
que se vive en esta parte del país. En Baja California son necesarios los
cambios estratégicos en la organización de los municipios, pero a diferencia de
otros lugares, aquí es necesario rehabilitar a los Ayuntamientos para que
participen en acciones transversales, para que cuenten con su propia estructura
y personal capacitado en agua; incluso para que asuman su mandato.
En Baja California no es necesario reasignar atribuciones legales para
fortalecer a los organismos operadores porque ya cuentan con su marco legal que
les permite operar. La Constitución Política del Estado de Baja California se
refiere a las atribuciones municipales en materia de agua, y a manera de
conclusión podemos decir que nada más se requiere una cirugía mayor en materia
de gestión estratégica, para implementar en los municipios la dependencia
encargada del agua y así puedan participar de forma efectiva en las nuevas
tareas para lograr la gestión hídrica eficaz. Además, es necesario propiciar el
desarrollo de los gobiernos locales, con «capacidades e
instrumentación de incentivos para [contribuir
a] fortalecer el sistema nacional de gestión
del agua en sus ámbitos general, y regional».[9]
El diseño de la AA2030 está orientado para enfrentar los principales desafíos en materia hídrica.
En estas conclusiones podemos decir que el principal reto está en garantizar el
abasto y el desarrollo sustentable. En los puntos considerados como
prioritarios están los referentes a: satisfacer las necesidades básicas,
preservar las fuentes naturales y los ecosistemas; ser eficientes con equidad y
justicia; el riesgo por cambios hidrometeorológicos o climáticos, sequías e
inundaciones; reducir la brecha hídrica; lograr el valor agregado para evitar
el despilfarro; el financiamiento para la infraestructura hidráulica; evitar
conflictos por el agua; diseños de gobierno para garantizar la gobernanza en
materia hídrica; temas transversales e incluyentes con los tres niveles de
gobierno y entidades privadas, grandes usuarios directos, sociedad civil y la
participación de todos en «los
procesos de gestión de los recursos hídricos y en la administración de
servicios asociados».[10] Además,
acciones para «incorporar
efectivamente la sustentabilidad hídrica a la cultura nacional».[11]
Para lograr la gestión hídrica eficaz en Baja California, enunciamos una
serie de temas dirigidos a los gobiernos locales, son parte de los principales desafíos:
- Prepararse para la escasez de agua, ya por cambio climático, por agotamiento o insuficiencia de las fuentes para cubrir la demanda presente y futura.
- El agua es el tema prioritario en la agenda del desarrollo sustentable en la frontera, exige una coordinación transfronteriza en la planeación de los recursos hídricos y para garantizar el medio ambiente sustentable.
- Propiciar una Gestión Estratégica con acciones transversales e interinstitucionales desde lo local, para lograr con los Ayuntamientos la gestión hídrica eficaz.
- Restituir facultades a los Ayuntamientos para que cuenten con organismos operadores y puedan coadyuvar de forma efectiva con el Estado y la Federación.
- Compartir con California su modelo exitoso para la preservación del agua, considerándola un bien escaso para las poblaciones en ambos lados de la frontera.
- Garantizar el vital líquido para las futuras generaciones, con estrategia y con infraestructura, no sólo para los próximos veinte años sino de mayor alcance.
- Reducir el grado de presión del recurso hídrico, al mismo tiempo que se garantiza la cantidad necesaria para consumo humano.
- Considerar los daños ecológicos como un problema de seguridad integral.
- Considerar el enfoque de la seguridad humana y los escenarios que puedan garantizar la existencia de la población, aun en grado de escasez o de crisis por la poca disponibilidad del agua.
- Promover una cultura que cuide del agua y del medio ambiente.
A las conclusiones sobre la importancia de alentar el desarrollo de los
gobiernos locales para lograr la gestión estratégica del agua, es necesario decir
que se ha hecho gestión hídrica sin los municipios, y agregar el argumento de
José María Ramos cuando se refiere a la capacidad,
visión estratégica y desarrollo, como respuesta a «la ausencia de un enfoque estratégico de los
gobiernos locales».[12]
Solamente nos queda enfatizar que ante la escasez de agua en Baja
California por el eminente e imparable crecimiento poblacional, la primera
acción de gobierno fue estratégica, fue considerada un tema estratégico para el
Estado Mexicano. De ahí que los gobiernos estatales se encargaran de administrar
la escasez, lo que no tenemos, sin embargo con la misma visión es necesario que
ahora los municipios participen en plenitud de capacidades, para administrar
estratégicamente y para promover el uso racional del agua. Además de promover
la inversión en obras hidráulicas de carácter también estratégico.[13]
4.3.2 Algunas medidas adicionales ante la escasez del agua y el cambio climático
Los orígenes administrativos de organismos operadores de agua se remontan
al nacimiento del mismo estado. Sin embargo,
la escasez del agua en Baja California y el modelo sustentable de gestión son
parte del presente y del futuro. Hemos
explicado los problemas por la poca disponibilidad del vital líquido y hemos
planteado una serie de preguntas, la principal de ellas es ¿De dónde y cómo podemos
abastecernos de agua? La respuesta está pendiente, de ella depende la seguridad
para la ZM-TRT, porque la amenaza pone en riesgo a la sociedad mexicana que
sirve de contención en la Frontera Norte.
En esta parte de las
conclusiones ya no importa a quién le corresponde administrar el vital líquido.
Para resolver el problema de la escasez se requieren acciones
interinstitucionales con los tres niveles de gobierno y si a los municipios les
corresponde la administración del agua, en esta circunstancia es lo de menos. Lo
grave es que no cuenta con una agenda en temas hídricos, no tiene políticas
públicas para contribuir a la gestión hídrica eficaz, ni personal ni infraestructura.
Lo grave ya no es que le han arrancado sus facultades constitucionales, lo
grave es que no puede participar en la solución de un problema que crece de
forma proporcional a la población. Para resolver un problema de esta magnitud
no basta con la AA2030 ni con el PHR-2030, también hace falta la concurrencia
de la población civil en temas que rebasan al gobierno, en temas de cooperación
internacional, seguridad ciudadana y desarrollo sustentable. La agenda del agua
establece la participación de estos actores, pero además exige la participación
de «los Congresos nacional y locales, los grandes usuarios de agua, las
empresas proveedoras de servicios de agua y drenaje, las organizaciones de la
sociedad civil, el sistema educativo nacional y los medios de comunicación
social».[14] En
el caso de Baja California, es fundamental que el Congreso local cuente con una
Comisión de Asuntos Hidráulicos, e independientemente del perfil político de
quien la presida, es necesario que la Secretaría Técnica esté representada con
un perfil altamente especializado en agua, en gobiernos locales y en gestión
estratégica para habilitar a
los Municipios, para que dejen de estar imposibilitados y aporten a la gestión
hídrica eficaz. La participación del Congreso Local es fundamental para
contribuir a la contingencia por escasez de agua y cambio climático. Desde el
Congreso, los diputados están obligados en alentar los recursos humanos y
financieros que sean necesarios para los municipios, a efectos que cuenten con
infraestructura y participen en las acciones transversales, con capacidades de
gestión en la coordinación con el estado, la federación, organismos sociales y
en temas binacionales en la frontera, sin perder la dimensión de un problema
urbano con características metropolitanas que requiere coordinación entre los
mismos municipios.
Con respecto a las posibles controversias entre estado y municipios, está
claramente establecido que es facultad de los Ayuntamientos la administración
del agua, sin embargo parte de las medidas adicionales es alentar la gestión
estratégica de los gobiernos locales y que sean capaces de plantear políticas
públicas en temas del agua. En la creación de la Comisión Estatal del Agua
(CEA), el entonces gobernador reconoció que el gobierno estatal se ha encargado
de atender los distintos organismos, pero dejó de manifiesto que en el marco
del “Nuevo federalismos” era necesario establecer una estrategia para
transferir está responsabilidad a los municipios, de forma clara y precisa, a
las «Comisiones
Estatales de Servicios Públicos».[15]
Es decir, que la CESPT (Tijuana-Rosarito); CESPTE (Tecate); CESPE (Ensenada) y
CESPM (Mexicali) pasen a ser parte del gobierno municipal, incluyendo en este
momento la creación de una entidad similar para Playas de Rosarito.
Enfatizamos, se trata de dotar a los municipios de Baja California de capacidades
operativas para enfrentar el crecimiento poblacional, la escasez del agua y el
eminente cambio climático que en mucho repercutirá en la vida cotidiana. Sin
embargo, para lograr el desarrollo local y la gestión estratégica del agua es
necesario que en las medidas adicionales se contemple el cambio de modelo
político-administrativo, dejando de lado la administración tradicional que
responde a la demanda de agua con un daño al medio ambiente, y que representa
una alternativa no sustentable. Es necesario el cambio a una gestión
estratégica para administrar la escasez y enfrentar el cambio climático.
4.3.3 La gestión hídrica eficaz con ordenación territorial y ciudades sustentables
Para CONAGUA, la falta de planeación urbana es un grave
problema para el uso óptimo del agua. No es problema único de Baja California, es
un problema de todo el país. Para poder avanzar con una gestión hídrica
eficiente, es necesario «Crear el Instituto Nacional de Planeación del
Desarrollo», como una
dependencia del ejecutivo federal.[16]
En la Iniciativa 24 de la Agenda se explica
su utilidad, es con el fin de asegurar y armonizar «las diversas políticas de
desarrollo sectoriales y territoriales del país».[17] Es
para garantizar el ordenamiento territorial, acorde a los instrumentos
nacionales de vivienda y desarrollo urbano, promoviendo ciudades con mayor
densidad, pero también para controlar lo existente y orientar el futuro crecimiento
a ciudades más seguras y sustentables.
Esta agenda nacional requiere de la concurrencia de los
estados y municipios para actuar de forma interinstitucional en temas que son
comunes, para privilegiar en todo momento el desarrollo regional, sobre todo en
esta zona metropolitana objeto de nuestro estudio. A manera de conclusión es necesario
enfatizar que la mejor ordenación territorial puede lograr ciudades sustentables
y es posible desde los gobiernos locales. En el desarrollo institucional de los
Ayuntamientos, José María Ramos García se refiere al marco legal de la gestión ambiental, afirma que es necesario
fortalecer «al
municipio como promotor del desarrollo, lo cual también exige una reforma en su
modelo organizativo».[18]
Es necesario recordar que licencias y permisos para nuevos fraccionamientos
y construcción son competencia municipal, y en ese contexto Ramos García
enfatiza que los gobiernos locales tienen más atribuciones y mayores
responsabilidades, sin embargo se requiere una forma distinta de entender la
gestión política-administrativa. Ramos también se refiere a la gestión del agua
en los Programas ambientales y la gestión
local ambiental; afirma que «los
gobiernos locales han dejado de lado la posibilidad de desarrollar una política
ambiental en temas estratégicos para el desarrollo sustentable local».[19]
Coincido, lo primero que es necesario ordenar es el crecimiento urbano, e
implica políticas públicas y sobrados esfuerzos por la ordenación del
territorio. Luego es necesario lograr la sustentabilidad de las ciudades,
aunque justo es decir que la sustentabilidad no se reduce al tema del agua y es
necesario abordar temas relacionados con los residuos sólidos, aire, ruido, transporte
y múltiples factores ambientales. En el objeto de nuestro estudio, el
crecimiento urbano va relacionado con el crecimiento de la población y el
aumento de la población que nos demanda más y más agua, modernización en las
tecnologías y actualización constante en los organismos operadores del agua,
pero por ninguna razón podemos perder de vista que nuestro problema reside en
la escasez del agua y de ahí la importancia por darle una máxima rentabilidad a
cada litro, por reciclarla a su máximo uso. Nuestra realidad es distinta a
otros lugares del país y así debemos entenderlo.
4.3.4 Temas indispensables de la Agenda Hídrica Fronteriza en el desarrollo sustentable de la región metropolitana
Para los efectos de nuestro estudio es importante resaltar la diferencia
que significa la escasez y el déficit del agua. La Agenda del Agua hace un
comparativo, ambas situaciones problemáticas para su manejo. Por un lado, la
falta de agua en Baja California se debe a las también escasas precipitaciones,
o casi nulas, «de
apenas 176 milímetros anuales, mientras que Tabasco recibe más de 2,100
milímetros». Esto
significa que por lluvias, en un metro cuadrado de extensión territorial, en
Baja California sólo tenemos 17.6 centímetros de agua. En contraste, por cada
metro cuadrado de terreno en Tabasco, por lluvias tienen más de dos metros
cúbicos de agua disponible. Desde estos comparativos, toda nuestra gestión
estratégica del agua no debe ir orientada sólo a la administración de un bien
escaso, sino que además si es poca o mucha agua, en el caso de Baja California nos
hemos acabado la que está disponible y estamos en números rojos. En las
estrategias nacionales ya se plantean diversas iniciativas, a los temas de
desarrollo urbano, sustentabilidad y desarrollo regional, se consideran las
iniciativas denominadas de carácter transversal, en las que se además se
incluyen los temas de planeación, cultura para cuidar el agua, y la relativa al
gobierno y gobernanza.[20] A la
AA2030 le «genera
notable inquietud el abatimiento y la degradación de cuerpos de agua
superficiales y subterráneos como consecuencia de la sobreexplotación crónica a
que son sometidos»,
como sucede en esta parte del país donde lo poco que tenemos lo hemos
derrochado, y las soluciones que a la fecha se han implementado no han sido
sustentables. En consecuencia de la escasez y del déficit, acordes con los
objetivos de la Política Clorhídrica Regional, para contribuir en la política hídrica de sustentabilidad a
2030. Los retos y soluciones,[21]
desde la gestión local debemos redoblar diversos esfuerzos, menciono sólo
algunos:
- A nivel federal es necesario replantear el Artículo 115 Constitucional para darle un trato especial y separado al tema del agua y la seguridad.
- En lo local, es necesario reducir el grado de presión para cerrar, en lo posible, la brecha hídrica.
- Contribuir a restaurar el déficit en materia de agua.
- Reducir el porcentaje de la grave dependencia hídrica desde el Río Colorado.
- Operar estrategias por una gestión hídrica eficaz con una coordinación metropolitana y aplicada al ámbito local por los Ayuntamientos.
- Participación de los municipios con personal técnico, calificado en las políticas hídricas transversales, integrales y multisectoriales.
- Planeación urbana con el uso adecuado de pluviales y mayor uso del agua.
- Planeación metropolitana orientada a lograr un mayor desarrollo regional.
- Coordinarse en una mesa binacional con SANDAG en temas de planeación metropolitana y transfronteriza, prioritariamente en agua y desarrollo urbano.
- Rescatar la propuesta de la Sustantividad ambiental que se plantea en la Gestión Territorial de la Zona Metropolitana Tijuana-Tecate-Rosarito, orientada a la sustentabilidad del agua, de calidad del aire, de sustentabilidad territorial y de preservación y conservación ambiental.[22]
- Diseñar los planes hídricos estatales en el marco del desarrollo sustentable y con perspectiva de género para garantizar una mayor calidad de vida.
- Contribución de los municipios en el ordenamiento territorial con la visión de nuevos asentamientos humanos de mayor densidad, incluso en los ya existentes.
- Incluir indicadores en la gestión hídrica eficaz, donde el porcentaje al PIB por litros de agua sea uno de los referentes para el uso óptimo del agua.
Finalmente, a la AA2030 le «preocupa
un posible crecimiento de la conflictividad social por efecto de la decreciente
disponibilidad de agua».[23] En casos donde se conjuga escasez y el
déficit, es necesario un modelo
de Gestión Integral del Agua (GIA).
4.3.5 Coordinación binacional en el desarrollo regional y la gestión hídrica eficaz
En las acciones transversales
para enfrentar los retos y aplicar las soluciones propuestas del Programa Hídrico Regional Visión
2030, se reconoce que en el futuro la «regulación del agua adquiere cada vez
mayor importancia en el ámbito internacional y nacional».[24]
Se refiere a distintos lugares en el mundo, donde también el agua se convierte
en un bien estratégico para el propio desarrollo regional. La CONAGUA tiene
claro el diagnóstico a futuro en esta parte de Baja California, los escenarios
posibles que nos afectan localmente; por lo que alienta una justa distribución
del agua en ambos lados de la frontera, con la participación de los tres
niveles de gobierno para lograr la gestión hídrica eficaz, sin embargo dicha
gestión exige coordinación binacional orientada al desarrollo regional, como
una sola entidad de interés, tal como lo plantea Luís
Fernando Abitia Cuevas cuando se refiere a la Metrópoli transfronteriza integrada. La dependencia federal enfatiza
la importancia de promover los principios de coordinación, para prevenir «conflictos
entre regiones y cuencas»,[25]
tanto en lo internacional, regional y local, tres temas coincidentes con
nuestro objeto de estudio.
En ese sentido, el
PHR-2030 enfatiza «en el reconocimiento y fortalecimiento de los derechos y
obligaciones que existen entre los usuarios y la gestión de los recursos
hídricos compartidos».[26]
Tal como sucede en esta región mexicana de Baja California y Sonora con
respecto al agua derivada del Río Colorado. A manera de conclusión, en la zona
objeto de nuestro estudio es necesario mantener el vigor de nuestra actividad
cotidiana y alentar una mayor integración al desarrollo regional, en los
aspectos económico y social, pero no es posible seguir manteniendo nuestro
potencial sin una coordinación binacional que nos permita una gestión hídrica eficaz,
la cooperación internacional no es el eje principal, pero es un elemento
indispensable por las características que compartimos en este asentamiento.
Es importante
enfatizar nuestra realidad, se trata de un fenómeno humano asentado en dos
países y no podemos tomar decisiones unilaterales, en ninguno de los dos lados
de la frontera. Por sus mutuas interacciones e interdependencias, es necesario
lograr la sustentabilidad del medio ambiente, con el agua como elemento
principal de todo el ecosistema compartido. Así lo entiende la AA2030 al
establecer las «reglas y principios legales [que] están orientadas a prevenir
conflictos y a promover la cooperación»,[27]
sin embargo las estrategias hay que llevarlas al campo de la planeación en
materia de agua y lograr en conjunto la gestión hídrica eficaz, sobre todo
porque si una parte resuelve su problema, la parte no resuelta de la región
fronteriza se convierte en parte del problema para la propia gestión hídrica.
De ahí la importancia para la cooperación y el desarrollo.
En el caso de Baja
California, la AA2030 establece estrategias de carácter regional. En esta parte
del país debemos entenderlas como temas de la agenda binacional de la Zona
Metropolitana y/o de los gobiernos locales. Para la gestión estratégica del
agua, nos falta:
- Fortalecer el proceso de formulación, seguimiento y evaluación de los programas hídricos de largo plazo por cada región hidrológica y orientados a la sustentabilidad hídrica;
- Desarrollar sistemas regionales de información para reforzar la óptima gestión del agua por cuenca y acuífero.
- El cambio climático no respeta fronteras y es necesario atender situaciones que pudieran afectar el desarrollo sustentable, por mayores sequías y déficit hídrico.
- La seguridad humana ha rebasado a la seguridad nacional, en ambos lados de la frontera. Es necesario atender la seguridad del ser humano cuidando todas las fuentes de agua necesarias para la frontera, y la garantía de abasto y distribución.
- Habilitar a los municipios para que participen en los programas locales de prevención, orientados a la seguridad, desarrollo y derechos humanos.
- Capacitar personal de los municipios para que los gobiernos locales asuman el riesgo social ante la escasez del agua en la frontera y su prevención de crisis social.
- Propiciar una mayor colaboración internacional con un alto sentido humano, incentivando a las organizaciones civiles en temas del cuidado del agua.
- Propiciar infraestructura para el mejor aprovechamiento de aguas residuales, y operada municipalmente para el abasto de los sectores productivos.
Aunado a los puntos descritos, es necesario que los planes de desarrollo municipal, estatal y sectorial, estén alineando con la estrategia nacional e integren en su contenido lo referente al agua y la coordinación binacional. En esas mesas de trabajo puede prevalecer el sentido del mercado, de su oferta y demanda en bienes, servicios, consumo y fuerza laboral; sin embargo en Baja California estamos obligados al análisis de las ventajas comparativas de la aportación al PIB por porcentaje en consumo de agua. El sector agrícola es el que más inversión requiere en tecnología para lograr el desarrollo sustentable, un financiamiento que puede lograrse con la participación del sector público y privado. El Estado está obligado a garantizar que el sector agrícola reduzca su consumo de agua y mantenga el mismo porcentaje del PIB, o con el mismo porcentaje de consumo aumente su porcentaje del PIB,[28] también en términos comparativos. Otro de los temas es el alto costo del agua en la industria, es imperante implementar tecnología para optimizar el uso del agua, en su caso reducir los costos por agua de segundo uso y aumentar la productividad. En todos los casos, es necesario aplicar el criterio que a mayor consumo mayor costo en agua de primer uso.
Finalmente,
subrayamos la necesidad de trabajar institucionalmente en el valor agregado que
hemos identificado en el Plan
indicativo para el desarrollo competitivo y sustentable de la región
transfronteriza México-Estados Unidos. A manera conclusión enfatizamos la
necesidad de una gestión local que utilice el contenido del Programa Ambiental México-Estados Unidos:
Frontera 2020, pero que también recurra a otros instrumentos e
instituciones internacionales, a efectos de lograr incorporar nuevas
tecnologías en las aguas subterráneas y lograr la gestión hídrica eficaz.
4.3.6 Retos y soluciones en la gestión hídrica eficaz al año ≥ 2030
Jaime Sobrino ha
concedido cifras con respecto a los porcentajes de población que ya vive en el
campo y la ciudad. De acuerdo a datos que concede, con respecto al año 2010 el 62.5%
de la población ya vivía en zonas urbanas, a nivel nacional; contra un 37.5%
asentado en zonas rurales. Por cada persona viviendo en zonas rurales, aproximadamente
hay dos personas en las zonas urbanas, independientemente del grado de
urbanización que tengan los asentamientos humanos. Podemos decir que de acuerdo
a esta tendencia, si hoy estamos en cifras parecidas de 2 a 1, en futuros
próximos se pudiera tener una relación de 4 persona en zonas urbanas contra 1
asentada en zonas rurales.
En muchos de los casos,
la dimensión urbana ya pasa a metropolitana, como lo afirma Jaime Sobrino
cuando se refiere al territorio. En estos escenarios, se agrava el abasto de
agua para las ciudades, como lo hemos citado acaban con los mantos freáticos
del lugar donde se asientan. En relación al futuro crecimiento de esta
población, la proporción de agua por persona al ser distribuida, siempre va a
disminuir en la cantidad que le toca. El reto es mantener por lo menos la cantidad
disponible que hoy tenemos, pero con un número mayor de personas, con una gestión
hídrica eficaz que sea capaz de lograr políticas públicas que incrementen el
volumen de agua disponible, sin tener que recurrir con total dependencia al agua
del Río Colorado. La máxima utilización, racionar, es una alternativa.
Todos los planes con respecto al agua y al desarrollo sustentable tienen
un alcance el año 2030, sin embargo la fecha ya está encima. ¿Qué sigue después
del 2030 en términos de gestión estratégica? Para esa fecha se pronostican 5
millones de habitantes en esta parte del país y el PNDU 2014-2018 ya trazó 3 estrategias transversales. Para
darles mayor alcance es necesario habilitar a los municipios en temas de agua,
orientados a lograr:
- Democratizar la Productividad; Todos los productores requieren agua.
- Gobierno Cercano y Moderno: El municipio debe estar cerca de la gente
- Perspectiva de Género: Se le debe dar prioridad al desarrollo de mujeres.
Parte de los retos y
soluciones implica alcanzar el Índice de Competitividad Social (ICS) a que se
refiere el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Hemos plasmado
la importancia para que las nuevas sociedades de esta zona geográfica sean
capaces de alcanzar tres elementos que le dan vigor al desarrollo regional y
que se compone por tres dimensiones:
salud, educación e ingreso y condiciones laborales. Para lograrlo
requerimos agua, para seguir siendo competitivos, para tener calidad de vida. Es necesario una mejor gestión municipal que no
sea asistencialista ni ocurrente, sino que sea parte de su prioridad lograr la
sustentabilidad y no sólo para el 2030, además de propiciar la participación
social de los individuos en el desarrollo institucional de la zona
metropolitana. Estoy convencido, para lograr una gestión hídrica eficaz más
allá del año 2030 es necesario cuidar un recurso fundamental para nuestra
futura existencia. Así mismo, el PNDU 2014-2018
contiene un elemento indispensable en el desarrollo institucional de los gobiernos
locales para lograr la gestión hídrica eficaz. Para la SEDATU es necesario que
los programas y planes de desarrollo reconozcan el ciclo integral del agua y lo metan como política pública dentro de
su propia gestión de gobierno.
José L. Trava y Jesús Román Calleros se han referido a la dependencia que
tiene esta zona metropolitana al agua superficial, en Conclusiones
del documento sobre aguas subterráneas abordan la
coordinación binacional en materia hídrica, pero sobre todo en el ciclo hidrológico en la región fronteriza.[29]
¿Por qué es necesario el ciclo integral del agua para la planeación y la
gestión hídrica eficiente más allá del año 2030? Cuando nos referimos al ciclo integral del agua nos referimos a Facua, es una organización social
española, de corte progresista y democrática, interesada en los asuntos
públicos, para esta organización «No puede hablarse de una gestión eficiente y eficaz
del recurso si no se aborda dicha gestión de forma unitaria e integral en todas
sus fases, desde la captación hasta la depuración».[30]
Esto significa desde el momento en que se extrae agua de los acuíferos o se
toma del punto de entrega del Río Colorado, se utiliza y se regresa al mar el
agua negra una vez que ha sido tratada (o no). En Baja California no estamos
siendo eficientes en el tratamiento del agua residual, y aunque su tratamiento
es tema de otras investigaciones, sí podemos afirmar que existen deficiencias
en la forma de tratarla, que la poca agua tratada se tira al mar sin haberla
recuperado por completo y en muchos de los casos, contaminando. Aquí es donde
son necesarias las obras de infraestructura en los municipios, con la más alta
tecnología para aumentar la oferta sustentable de forma técnica y factible.
Sobre todo si recordamos que de acuerdo al PHR-2030 en Tijuana y Tecate será
necesario aumentar más del 50% de esta oferta sustentable en los próximos 15
años, sólo para atender la demanda del volumen recomendados de entre los 1 000
a 2 000 m3 de agua por cada persona al año. Sin olvidar que de acuerdo con la CESPT, al 2007 ya se daban 200
litros al día por habitante (l/d/h), por debajo de los 220 l/d/h que establecen
sus normas técnicas para las zonas urbanas de Tijuana y Rosarito. Y que en el
caso de Tecate, de los 291 l/d/h solamente podían tener 253. En ambos casos ya
se presentaba una baja considerable y creciente. En Baja California se
tiene una
disponibilidad anual promedio de 989.82 m³/hab., significa que al año 2013 ya
no alcanzábamos lo recomendado por la ONU.
Cuando Marco Antonio Samaniego López escribió lo referente a El control del Río Colorado como factor
histórico. La necesidad de estudiar la relación tierra/agua,[31]
sentó las bases para abordar otros campos con su perspectiva. la misma relación
tierra-agua, es la que tiene nuestra zona de estudio, tanto en lo geográfico
como en la parte conceptual de las
políticas públicas en la gestión local que permitan una gestión estratégica
del agua, una serie de acciones y programas necesarios para cuidar del vital líquido,
para darle su máxima rentabilidad y para reciclar la más agua que sea posible, siempre acordes con
los Ecosistemas del Milenio. Es
necesario aumentar el reciclaje del agua, de continuar con nuestro mismo ritmo, para el 2030
solamente tendríamos la capacidad de renovar el agua en niveles promedio de 2.74
m³/hab/año. Cifra catalogada en condición
de escasez grave.[32]
A
manera de conclusión, es necesario sacar prospectivas y escenarios, la
resiliencia es una forma natural de restaurar un entorno ecológico, me refiero
al límite que tiene la cantidad total del agua para abastecer a un grupo social
determinado, he decidido llamarlo el Índice Saldaña, para definir que el
volumen total del agua disponible siempre debe ser mayor a los 100 l/d por
persona. Sujetos a lo que afirmen los especialistas, podemos decir que es el
mínimo disponible para evitar el colapso de las esferas ecológica, económica y
social, porque de romper el equilibrio se perdería el atractivo y comenzaría a
despoblarse está zona metropolitana, o por efectos de la resiliencia social
regresar a un punto de equilibrio, debido a la relación tierra-agua, y la gran
dependencia que han provocado con respecto al agua proveniente del Río
Colorado.
Al comparar la gráfica de Marisol Vázquez Medina, referente
a la proyección de la oferta-demanda del agua, a partir del 2019 entramos en
crisis. Desde su interpretación juega con las variables: Acueducto Río
Colorado-Tijuana (ARCT); Pozos Tijuana; Pozos La Misión; Conexión de
Emergencia; Incremento del ARCT; y la Demanda. Sin embargo, es necesario
meterle otras variables, como otras fuentes de abasto, el reúso con
infraestructura municipal, el menor consumo de agua en la agricultura, la
educación de los niños en temas de su futuro. Otro gran porcentaje de
soluciones residen en las concepciones teóricas de los especialistas que hemos
citado, ya en tema específicamente hídrico, en la gestión local a través del
desempeño institucional de los gobiernos municipales, en la gobernanza, en la
gestión estratégica, en el antecedente histórico, en las acciones
transversales, interinstitucionales, coordinadas en indicadores y modelos de
gestión, en la visión, en la cooperación internacional, en la planeación
binacional. En suma, todos estos temas hacen posible la gestión hídrica eficaz
en la frontera y juntos pueden generar una menor dependencia con respecto al
agua del Río Colorado.
A manera de
conclusión final, planear hasta el 2030 ya no es visión estratégica y desde la
gobernanza es necesario lograr la gestión de calidad. Es indispensable contar
con especialistas en la dirección de los organismos encargados de la administración
del agua y no con políticos en el cargo. La característica es técnica y
especializada, es la indispensable para la estrategia, la administración,
gestión y e instrumentaciones de planeación y programas binacionales con un
alcance de por lo menos al año 2100, donde lo sustentable sea el eje rector
para garantizar la actividad económica y calidad de vida de la población en
esta zona del país. La visión estratégica y la gobernanza democrática son dos
elementos que al conjugarlos propician un desarrollo institucional de los
Ayuntamientos, y al habilitarlos con personal técnico e infraestructura son excelentes
para la gestión hídrica eficiente en esta parte del país. La gestión hídrica eficaz
es como la literatura de B. Traven; no podemos gastarnos toda el agua porque
sino después del 2030 ya no tendremos nada que gastar.[33]
[1]
Cfr. Bruno Traven, Canasta de cuentos mexicanos, Selector,
2ª Edición, 2003, p. 9.
[2] José
María Ramos García, Gobiernos locales en
México: hacia una agenda de gestión estratégica de desarrollo, LX
Legislatura de la Cámara de Diputados, Fundación Instituto Universitario de
Investigación José Ortega y Gasset, COLEF, Miguel Ángel Porrúa, 2007, p. 82.
[3]
Ibíd. 94.
[4]
Agenda del Agua 2030, Op.
Cit., p. 12.
[5]
Ibíd, p. 13.
[6]
Idem.
[7]
Ibíd, p. 14.
[8] Idem.
[9] Ibíd, p. 8.
[10] Idem.
[11] Idem.
[12] José
María Ramos García, Gobiernos locales en
México: hacia una agenda de gestión estratégica de desarrollo, Op. Cit., p. 89.
[13]
Agenda del Agua 2030, Op.
Cit., p. 49.
[14]
Op. Cit., p. 14.
[15]
Véase: Periódico Oficial del Gobierno de Baja California, Decreto del
Gobernador Constitucional del Estado de Baja California, Alejandro González
Alcocer, por medio del cual se “Crea la Comisión Estatal del Agua (CEA)”,
aprobada a los 02 días del mes de Marzo de 1999, Número 10, Tomo CVI del 3 de
Marzo de 1999, Mexicali, pp. 2-10.
[16]
Agenda del Agua 2030, Op.
Cit., p. 7.
[17]
Op. Cit. p. 55.
[18] José
María Ramos García, Gobiernos locales en
México: hacia una agenda de gestión estratégica de desarrollo, Op. Cit., p. 168.
[19]
Op. Cit., p. 183.
[20]
Agenda del Agua 2030, Op.
Cit., p. 55.
[21]
Programa Hídrico Regional Visión 2030,
Op. Cit., pp. 31-36.
[22]
Véase: Gestión Territorial de la Zona
Metropolitana Tijuana-Tecate-Rosarito, Op.
Cit.,
p. 7.
[23]
Agenda del Agua 2030, Op.
Cit., p. 14.
[24]
Véase: Programa Hídrico Regional Visión
2030, Op. Cit., p. 103.
[25] Op. Cit., p. 104.
[26]
Ibíd., p. 103.
[27]
Idem.
[28]
Nota del autor. Argumento y comparativo sustentado de acuerdo y cifras y daros
del PHR-2030 al 2008.
[29] José
Luis Trava Mancilla, et. al.,
(Compiladores), Manejo ambientalmente
adecuado del agua, la frontera México-Estados Unidos, El Colegio de la
Frontera Norte, primera edición, Tijuana, 1991, p. 140.
[30]
Véase: El ciclo integral del agua,
Facua-Sevilla, Consumidores en acción, EMASESA-Metropolitana, S. F.
[31] Cfr. Marco Antonio Samaniego López, El
control del Río Colorado como factor histórico. La necesidad de estudiar la
relación tierra/agua, Frontera Norte, Vol. 20, Número 40, Julio-Diciembre,
2008.
[32] Plan Estratégico Metropolitano 2012-2034,
Op. Cit., p. 32.
[33]
Véase: Roberto M. Constantino Toto (coordinador), Agua, Seguridad Nacional e Instituciones; Conflictos y riesgo para el
diseño de las políticas públicas, Senado de la República, LIX Legislatura,
Instituto de Investigaciones Legislativas, Universidad Autónoma Metropolitana,
1ª Edición, 2006.
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