Reconocer al agua
como un bien escaso implica darle un tratamiento estratégico y fortalecer a los
municipios en sus capacidades institucionales de gestión. Hemos enfatizado en una
administración especializada de los gobiernos locales, rehabilitarlos, hacerlos
operativos en mayor o menor capacidad, pero activos en las acciones
transversales e integrales, para que dejen de ser meros espectadores del
desarrollo regional.
Para Mauricio Merino
«la capacidad de gestión pública de los gobiernos municipales no sólo están
marcados por la carencia de recursos sino por las contradicciones ya señaladas
en su diseño institucional».[1]
En este caso, por la ausencia de acciones coordinadas porque no tienen
estructuras ni infraestructuras, tampoco cuentan con personal técnico
especializado. Para garantizar una gestión hídrica eficaz se requiere de la
concurrencia de los municipios, con responsabilidades institucionales
específicas.
En las Capacidades institucionales
de los municipios mexicanos se pregunta Enrique Cabrero Mendoza, ¿Cómo
reaccionan los municipios frente al nuevo contexto? En un nuevo contexto como
el planteado por la metropolización que exige un desarrollo sustentable, la respuesta
que nos otorga es “tejiendo nuevas redes
de alianzas con actores diversos orientados a la acción pública”.[2]
Implica alentar la participación de los gobiernos locales en zonas
metropolitanas, ayudando a las medidas integrales que podrían homologar acciones
y programas en tema del agua. Se requiere fortalecimiento municipal para lograr
la gestión hídrica eficiente, es parte de la exigencia sustentable ante la
escasez, pero sobre todo una gran participación ciudadana, desde todos los
frentes.
El Gobierno
Estatal ha demostrado su prioridad por descentralizar las facultades que le han
atribuido a las Comisiones Estatales de Servicios Públicos, pero no significa
que vayan a restituirles facultad a los Ayuntamientos para prestar los
servicios públicos del agua, de hacerlo el gobierno de Baja California cuidaría
de la ordenanza en el Artículo 115 Constitucional. Sin embargo no se ha
realizado, ni en el sexenio que lo metió como objetivo de su Plan Estatal de
Desarrollo Urbano ni la presente administración, ni en las reformas a los
decretos que hemos analizado. En todos los casos, es urgente la
descentralización y la desincorporación de las Comisiones Estatales de
Servicios Públicos para que pasen a ser administradas por los Municipios, tal
como lo establece el Plan Estatal de
Desarrollo Urbano 1998-2001. Lo más cercano fue el argumento del Gobernador
González Alcocer para la reformar la COSAE y crear la CEA (1999) y argumentar
la posibilidad de que los municipios administren el agua. La versión más
actualizada es el PSDU 2009-2013, estableció que el Sistema Estatal de
Planeación del Desarrollo se ha propuesto atender los problemas que se avecinan
en la Zona Metropolitana, y para ello es necesario la autonomía y concurrencia
de los gobiernos locales en la planeación, pero también en la implementación
por etapas, por programas regionales y sectoriales de desarrollo urbano, por
planes y programas específicos a las zonas conurbadas y/o metropolitanas,
además de la «integración de los Sistemas de Información Geográfica para los
servicios urbanos básicos, planeación urbana, catastro y agua potable)».[3]
En esta secuencia de aportaciones, la referencia más reciente está establecida
en el Plan Nacional de Desarrollo
2013-2018, marca líneas de concurrencia entre Estados y Municipios con
políticas públicas sustentables, «incluye el manejo responsable de los
recursos hídricos, el aumento de la cobertura de los servicios de agua potable,
alcantarillado y saneamiento, así como la infraestructura hidroagrícola y de
control de inundaciones».[4]
Es necesario
enfatizar la importancia de homologar marcos jurídicos, en todos los
asentamientos humanos. Ya se establecen los principios que deben regir en esta
ZM-TRT:
- Desarrollo
regional.
- Ordenamiento
territorial
Ambos principios tienen por finalidad
propiciar calidad de vida y garantizar el desarrollo sustentable en la región.
Para lograrlo es necesario garantizar el abasto de agua, acordes a las
cantidades establecidas internacionalmente como indispensables, y en
consecuencia establecer acción desde la Gestión Estratégica, con objetivos específicos,
entre los que destaca la participación de los gobiernos locales para lograr la
gestión hídrica eficaz al:
- Habilitar a los municipios con personal técnico calificado para cooperar en las políticas hídricas transversales, integrales y multisectoriales de forma activa.
- Contribuir a reducir la brecha hídrica
- Promover el sentido de responsabilidad social en el cuidado de un bien escaso
- Restablecer el equilibrio ecológico con el uso máximo del agua reciclada
- Coordinación de los ayuntamientos en zonas metropolitanas para el abasto de agua.
3.1. Tendencia del crecimiento poblacional, demanda de agua y su escasez en la zona metropolitana
El Programa Nacional de Desarrollo Urbano 2014-2018 afirma que la población
asentada en las zonas urbanas seguirá creciendo. La ciudad de Tijuana y los municipios integrantes de la zona metropolitana ya constatan esta
tendencia y sus cifras. También comprueban «la expansión desordenada»[5]
que todos los planes de desarrollo tratan de controlar o llevar a situaciones
deseables. En las múltiples demandas de los asentamientos humanos objeto de nuestro estudio, ya
es aplicable el PNDU porque refleja rumbo definido con objetivos, estrategias y
líneas de acción, todas orientadas a garantizar la calidad de vida en las
ciudades, con la característica de ser sustentables.
La SEDATU afirma que
el estado de Baja California se encuentra con las mejores condiciones, [6]
comparando con otras zonas metropolitanas del país. El PNDU también se refiere
al PIB por entidad, con respecto a los porcentajes de producción a partir del
porcentaje de agua en el uso social y su relación con el Producto Interno Bruto
que generamos en la entidad. Baja California tendría que replantear su
producción agrícola y la de productos, dos industrias completamente diferentes,
con porcentajes en el consumo de agua de extremo a extremo y con aportación al
PIB de Baja California, también diametralmente opuestos. La industria en Baja
California consume menos del 10% del agua y generan el 32% del PIB, este es
otro índice para la planeación, para la generación de empleos en las zonas
urbanas y no solamente para la Zona Metropolitana objeto de estudio.
Al 2014, la
población de la ZM-TRT se acerca a los 2 millones de habitantes, de 3 434 944
seres humanos que tiene todo el estado;[7]
sin embargo la prospectiva es que para el 2030 se tengan más de 5 millones de
habitantes (PHR-2030, p. 26), tan sólo en la ZM-TRT y Mexicali. Esta cifra es
superior a un millón y medio de habitantes en la región para los próximos 15
años. Al otro lado de la frontera, SANDAG tiene una proyección del crecimiento
población en esta zona y firma que por su lado, en los años 80´s del siglo
pasado, San Diego creció anualmente con una población de 90 mil nuevos
habitantes, lo que representaba para ellos un 3% de crecimiento, y que en los
90´s bajo a 50 mil por año. SANDAG confirma una reducción en el crecimiento
poblacional, un fenómeno que sucede también en las ciudades de California, en
la parte colindante y relativamente cercana de Tijuana, con la proyección que
tienen esperan que en diez años tengan menos del 1% anual de crecimiento
poblacional, debido a que ha bajado la tasa de fertilidad y que han ido
falleciendo los que pertenecieron a la generación de los baby boom. Complementa su argumento, dice que «actualmente,
Riverside County, Imperial County, Tijuana, Rosarito y Tecate están creciendo
más rápido». Cabe decir que el documento de SANDAG corresponde al Revised Working Draft Regional Comprehensive
Plan (RCP)[8] y
corresponde al 2004. En ambos casos, la situación es la misma, exige acciones
para un tiempo futuro que nos ha alcanzado y obliga a la instrumentación de
acciones inmediatas.
En el modelo de
gestión hídrica eficaz, el gobierno federal mexicano se refiere a la
sustentabilidad, establece en el PNDU-2014-2018 que se promoverán convenios con
SEMARNAT y CONAGUA con el propósito de mantener el cuidado del medio ambiente
en el crecimiento de las ciudades, que su economía sea sustentable en lo
económico y social, y que sus demandas más esenciales como el consumo
garantizado de agua también sea sustentable.[9]
Por su parte el Plan Nacional Hídrico 2014-2018 establece la prioridad de
generar «el incremento de las eficiencias y capacidades técnicas, administrativas
y financieras de los organismos operadores prestadores de estos servicios y la
incorporación o sustitución de nuevas fuentes de abastecimiento». En términos
de una gestión efectiva e interinstitucional dotaría capacidades de
movilización y operación a los municipios, con gobiernos locales dotados de
capacidades acordes a una realidad binacional en la frontera, se lograrían
acciones transversales e interinstitucionales para actuar acordes con el
Programa Ambiental Frontera 2020 en «la eficiencia operacional y de gestión de
la infraestructura de agua potable y aguas residuales».[10]
3.2 La escasez y déficit del agua en el fenómeno de la Metropolización
Referimos a la problemática del agua en la ZM-TRT que hemos
definido conceptualmente, que hemos identificado en sus componentes e integrada
con los municipios de Tijuana, Rosarito y Tecate, al mismo tiempo tenemos que
referirnos al Convenio de Conurbación.[11] Sin embargo, pese a los esfuerzos no se
puede lograr ni la gobernabilidad ni la administración de varios municipios sin
que antes se realice una reforma en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, una reforma que reconozca la nueva figura de la
metropolización. Me parece que cabe agregarla en el Artículo 115 Constitucional
y al mismo tiempo reformar el Artículo 26 del mismo instrumento jurídico. Si
bien hemos referido la ZM-TRT como una zona que requiere de mayor atención en
su planeación sustentable y también hemos explicado el por qué se le ha dado
importancia, desde su fundación como estado hasta los tiempos más recientes. Existe
otro elemento más allá de los límites municipales, es una dimensión
internacional y es un enfoque que tiene que ver con una zona metropolitana que
no es dividida por la frontera de un municipio, sino por la frontera que divide
dos naciones. Al ser una dimensión de carácter internacional exige un análisis
distinto, debido a todas sus implicaciones que nos obligan a la gobernabilidad
transfronteriza. Alberto Pombo describe esta zona urbana como la más populosa,
la que tiene mayores índices de crecimiento en la frontera compartida ya que
«La población de la región se concentra en grandes áreas urbanas,
particularmente en la región de San Diego-Tijuana, donde el crecimiento se debe
en gran parte a la migración continua hacia el área metropolitana de ambos
municipios».[12]
Para Ismael Aguilar Benítez la frontera de México con los Estados Unidos de América
tiene menor disponibilidad de agua en relación a los habitantes de nuestra
nación, es como si midiéramos el agua en un valor per cápita, como si sirviera para medir la calidad de vida a partir
de la cantidad de litros de agua disponibles al año. Aguilar
Benítez nos dice porque es necesaria mayor atención al tema del agua en la zona
metropolitana. Las
incapacidades de gestión y problemas sociales tienen una dimensión comparativa.
En la revista Agua y Saneamiento
publicada durante del tercer trimestre del año 2003, en un artículo realizado
desde la CESPT se afirma que «Nuestra principal fuente de suministro de agua
(94%) la constituye el Río Colorado».[13]
Sin embargo, a nivel local no hay ninguna política pública por alentar la
recarga de mantos acuíferos por diversos medios y por diversas tecnologías, lo
que comprueba el argumento de Aguilar Benítez
en el sentido de que las aguas superficiales son las que consumimos en la zona
metropolitana. Esta realidad nos obliga a replantear las políticas públicas de
forma transversal desde diversas dependencias. Sin embargo la importancia del
agua para la ZM-TRT no fue percibida ni por la autor del artículo ni por la
dependencia que publicó la revista, es Ismael Aguilar Benítez quien explica las
diferencias administrativas en ambos lados de la frontera para proveer el tan
vital líquido. Y si bien algunas diferencias radican en las tecnologías otras
tienen que ver con los procesos de la administración pública, lo que «complica aún más el manejo del
agua y los servicios urbanos del agua en la frontera. En México, se conocen
pocos análisis de la manera en cómo los gobiernos locales enfrentan la gestión
de los servicios públicos»,[14]
este argumento de Aguilar Benítez justifica la
importancia de nuestro objeto de estudio. Al tratar de dar cifras y datos con
respecto a la deuda que tienen los organismos operadores de agua se puede
hablar de corrupción pero no es la intención, sin embargo desde una tesis de
maestría en Administración Pública, cabe decir que la corrupción tiene
diferentes formas y también es aquella que significa cobrar por algo que no
saben hacer o hacen mal. La importancia del agua en la ZM-TRT exige mayor
atención, Aguilar Benítez retoma el sentido de «que se trata de un recurso que se tiene que compartir con el
gobierno local vecino, en este caso, en un contexto internacional».[15]
La pregunta radica en cuestionar si ya existe una mesa binacional de trabajo
para el tema del agua en su dimensión metropolitana. Además de establecer una
mesa binacional en tema de agua, es necesario coordinarse con SANDAG en
políticas públicas exitosas que pudieran aplicarse.
Así mismo, es
necesario enfatizar que una gestión estratégica rompe con el modelo tradicional
de planeación porque su visión es de largo alcance y en el tema económico que
han abordado, no han incluido una visión del desarrollo regional en la
economía, cuando Tijuana tiene presencia diplomática con siete de las ocho
naciones más industrializadas. La gestión estratégica nos obliga a crecer desde
lo local, con visión de integración regional.
3.3 El modelo de la administración hídrica tradicional y su prospectiva a futuro
Es necesario un análisis de escenarios que contemplen litros de agua
disponibles y el x número de
habitantes, de acuerdo a la prospectiva en distintas fechas del futuro. Luis
Aboites Aguilar y Valeria Estrada Tena advierten que para tener mayor certeza
en el objeto de estudio se puede reconstruir un momento histórico, en
específico. Algunos de los momentos históricos que hemos mencionado cuentan con
el suficiente material documental en el Diario de los Debates del Congreso del
Estado de Baja California, en los Decretos publicados en el Periódico Oficial,
materiales que hemos abordado y que reflejan de manera fiel lo que llaman
coyuntura. Sin embargo los citados autores también advierten que se puede
perder la objetividad si se hace un análisis aislado de sus elementos, por lo que
recomiendan considerar varios factores históricos y sociales para que reflejen
de manera objetiva la finalidad del instrumentos jurídico, y al mismo tiempo,
el proceso social y político de su tiempo y de su conjunto.[16] Es
como regresamos al aparato coactivo que caracteriza al Estado y que en una
interpretación pudiéramos decir que de acuerdo a Kelsen es idéntico al orden
jurídico.[17]
Es decir, la acción política, la ley y la administración pública son
coincidentes en este caso específico, sin importar si lo planearon, si es
eficiente o si tiene fallas, sobre todo porque la sociedad lo ha aceptado como
un proceso de su vida cotidiana. Esta es la acción del Estado que analizamos en
sus políticas públicas, desde la forma tradicional y desde la realización de una
prospectiva futura que sólo se puede atender de forma eficiente desde una
Gestión Estratégica. Es válido afirmar que los instrumentos del pasado
solamente se preocuparon por abastecer de agua, y para abastecer la trajeron
desde donde les fue posible, esa es la característica del modelo tradicional de
gestión. El reto del futuro es diferente, implica que además de abastecer es
necesario reducir la brecha hídrica entre la demanda y lo que puede ofertar el
equilibrio sustentable en materia de agua.
3.4 Alternativas propuestas para garantizar el abasto de agua
Para Alberto Pombo, Tijuana tiene pocas opciones para abastecerse de agua,
pero Rosarito y Tecate no cuentan con mayores opciones. En su obra Tijuana: Agua y salud ambiental, reconoce
la escasez del bien como un problema que aqueja a los asentamientos humanos en
ambos lados de la línea fronteriza, Alberto Pombo aborda un abanico de
opciones, de propuestas. Subrayamos con interés una práctica que ya se ejerce
en la vecina ciudad de San Diego, se refiere a la conservación del agua y al
éxito, un éxito que lo califica como «estrategia exitosa». Abasto y
conservación de agua en un enfoque diferente:
Mientras que San Diego posee un amplio
margen de maniobra en el campo de la conservación del recurso antes de que la
escasez ponga en peligro la salud de la población, del lado mexicano, Tijuana
posee un margen muy estrecho de maniobra en el campo de la conservación del
recurso. La conservación del agua [en San Diego] ya es una estrategia exitosa.[18]
Para el
especialista, el agua en la frontera es de
responsabilidad compartida, además las probabilidades de abasto en el
futuro se reducen a:
· Construir
un segundo acueducto para traer agua de río Colorado;
· Comprar
agua de Estados Unidos;
· Desalar
agua de mar;
Con
respecto a su primer argumento, suponiendo que en el futuro se construye otro
acueducto, Alfonso Andrés Cortez Lara describe que pueden llegar volúmenes
adicionales cuando existan excesos en el Río Colorado.[20] Esta alternativa
queda no es segura porque el volumen garantizado de agua no se incrementa y en
caso de incrementarse es temporal y no ocurre de forma cotidiana, aún en el
supuesto de contar con otro acueducto, lo único que garantiza «es el
abastecimiento al año 2015 de la costa».[21]
Con respecto a la opción de comprarle agua a los Estados Unidos de América,
Urbano Farías en Derecho mexicano de
aguas nacionales, legislación, comentarios y jurisprudencia,[22]
afirma que el agua no se puede vender.
En el marco del IV Foro Mundial del Agua
también se realizó el Encuentro Mundial
de Parlamentarios del Agua,[23]
reconocieron la importancia y la urgencia de establecer políticas y acciones para
garantizar el abasto. Se propusieron diversas acciones desde los municipios
como gobiernos locales, desde los estados y las regiones, desde las acciones
nacionales, y en su dimensión internacional resaltaron la importancia de
establecer acciones concertadas. Sobre todo establecieron que «el agua no puede
ser elemento de conflicto».[24]
Cito el párrafo que justifica porque no se debe comprar, ni vender agua.
1. El agua no es una mercancía o un
recurso renovable. El agua tiene un valor social, ambiental y económico. El
agua es un recurso esencial y es un bien de dominio público.[25]
Con respecto a las desalinadoras, Leif Ohlsson[26]
dice que para 1995 existían 7 500 plantas en todo el mundo, pero también afirma
que la producción va desde el 1% al 10% del volumen requerido. En Hydropolitics afirma que para poder
crear agua potable con el agua de mar se requieren grandes inversiones de
capital, además de expertos técnicos y un bajo costo de combustibles
considerados como fósiles o en otros casos, desde su interpretación el mejor
escenario es que no cueste la producción de agua.[27]
Falta analizar y agregar los costos y los daños al desarrollo sustentable,
además de agregar una decisión evaluada socialmente y decidir las mejores
políticas públicas para reducir costos económicos y daños al medio ambiente. Leif
Ohlsson se refiere a Postel (1994), afirma que «Turning ocean water into drinking water in this way typically cost four
to eight times the prices of city water today, and at least ten to twenty times
what farmers pay for water».[28]
Significa que para
lograr agua potable con agua del mar, tiene un costo de cuatro a ocho veces el
precio del agua que se paga en las ciudades, si el gobierno del estado de Baja
California ha reconocido que tenemos el agua potable más cara de todo el país,
al mismo tiempo reconoce que en dos de los tres municipios que integran la Zona
Metropolitana son los que pagan el agua más cara. Según el Informe de la CEA a
Diciembre de 2013 (p. 4).
Al citar cifras y
datos disponibles en Baja California, el
Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población de Tijuana 2002-2025
se refiere a las plantas desalinadoras en la costa del Pacífico. Considera al
mar como “un gran potencial” para abastecer del agua potable, se refiere a los
precios y dice «el costo actual de esta agua es de 2.20 dólares por metro
cúbico, contra un dólar por metro cúbico de agua proveniente del Río Colorado».[29]
Luego recomienda evaluar el costo beneficio. Es la única referencia a las
plantas y a los costos. sin embargo, en
consecuencia es otra opción que tampoco es viable, a menos que en una acción
como la instalación de plantas para el abasto de energía eléctrica y gas
naturales a la parte Sur del país vecino, ahora Baja California además pretenda
exportar agua potable que se genere en las hipotéticas plantas desalinadoras.
Por lo tanto, si descartamos las primeras tres opciones únicamente nos queda
analizar la última: la del reclamo de aguas residuales, pero es necesario ver
la calidad del agua y sus componentes.
3.5 Relaciones internacionales en la frontera y gestión hídrica ante el eminente cambio climático
Marco Antonio
Samaniego López describe la importancia del agua en nuestro estado. En Agua y frontera en el norte de México, la
transformación del Río Colorado y su impacto en el desarrollo capitalista,
1900-1920, dice que «La historia del agua tiene particular trascendencia en
la península de Baja California, pues es uno de los temas de mayor
significación para comprender la vida de los diferentes grupos que han poblado
la región».[30]
Explica la importancia del agua con una descripción de momentos y movimientos
armados por el tema del agua, al mismo tiempo aborda la vida productiva en la
industria y en el campo. Da sustento para analizar la relación histórica entre
los dos países en el tema, para entender mejor la relación internacional en la
frontera[31]
y lograr una mejor gestión hídrica ante el eminente cambio climático.
Es necesario
fortalecer la relación binacional en temas de vida metropolitana, analizar los
fenómenos provocados por asentamientos humanos y su actividad que traspasa
todas las fronteras. El único camino es la mesa binacional en temas de agua y
desarrollo urbano, a efectos de acercarnos a un desarrollo más simétrico. El Programa de Conservación y Manejo, Reserva
de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado tiene un
capítulo que aborda las condiciones y la problemática del Río Colorado. En el
texto citado «se hace una
breve revisión acerca de la situación que guarda el Río Colorado en los Estados
Unidos, cuyas políticas de manejo y administración del agua repercuten de
manera directa sobre los volúmenes y calidad de agua que recibe México».[32] Algunos problemas causados por estados de la Unión
América repercuten en el carácter binacional, relacionado con y por el agua.
Entre varios puntos, cito dos por su importancia:
- Necesidad de planeación hacia el futuro que impliquen los usos ecológicos y la participación de las comunidades. Es necesaria una superestructura institucional que permita unir a las numerosas agencias interinstitucionales, federales y estatales que trabajan en aspectos parciales del manejo del río.
- El inesperado cambio climático global permanece fuera de los planes en la administración del agua, situación que puede ser catastrófica en el largo plazo.[33]
En la zona de Tijuana, como
ciudad central para el proceso metropolitano, y de su interacción con San
Diego; aquí existe la promesa de una civilización que perdure al paso de los
siglos, pero de acuerdo con Leif Ohlsson la civilización y progreso cultural
solamente nacen cuando el ser humano logra la capacidad de hacer que el agua
trabaje para la especie humana,[34]
más allá de una u otra nación, en el sentido del ser humano que es universal.
De ahí la importancia de planear la gestión hídrica eficaz, desde las
relaciones internacionales, pero sin perder de vista el cambio climático y sus
severas repercusiones.
Con respecto a la gran dependencia del agua superficial en la zona
metropolitana, en las Conclusiones del
documento sobre aguas subterráneas, José L. Trava y Jesús Román Calleros,
hacen alusión a la importancia de contar con un sistema binacional que se
dedique a la investigación de los recursos hidráulicos fronterizos. De tal
manera que
[…] tendría como objetivos estudiar y
llevar control de los problemas relacionados con el agua en la frontera,
produciendo reportes que serían destinados a facilitar los esfuerzos de los
gobiernos de Estados Unidos y México, en búsqueda de soluciones a los problemas
del agua en la frontera.[35]
3.6 La cooperación internacional en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018
El agua
en la frontera es tema binacional y de responsabilidad compartida, es una de
las cinco prioridades establecidas en el Programa Ambiental México-Estados Unidos: Frontera 2020. En el Acceso a
Agua Limpia y Segura establece
una meta que «se basa en los éxitos y las lecciones aprendidas del Programa
Frontera 2012».[36]
En esa experiencia exitosa a nivel binacional se plantean algunos retos,
transversales e integrales, para atender la falta de acceso al agua potable que
representa un riesgo significativo a la salud pública y el medio ambiente de las
comunidades fronterizas. Es importante prepararse para el impacto del cambio
climático porque afecta las precipitaciones y aumentará la duración de las
sequías, incrementando los retos de disponibilidad de agua.[37] El programa ambiental establece
objetivos para garantizar el agua como un derecho, propone realizar proyectos financiados por el «Programa de Infraestructura de Agua
Potable y Saneamiento en la Frontera México–Estados Unidos».[38] Tiene
valor estratégico en la planeación y en la gestión hídrica eficaz, ya que a
diferencia de los otros instrumentos, aparece la construcción de
infraestructura de forma coordinada y, en algunos casos de forma conjunta. Complementa
con medidas binacionales, para lograr el consenso, la aprobación y publicación
de decretos necesarios para «vedar, reglamentar y reservar agua con la
participación social a través de los Consejos de Cuenca y órganos auxiliares».[39] Además
de los «estudios de disponibilidad de aguas subterráneas; mejora de la medición
de flujos superficiales; erradicación de especies invasoras y medidas para
mejorar la eficiencia».[40]
Desde este
marco conceptual para la gestión ambiental en la frontera, otro de los pasos es
compararlo con el PND 2013-2018 y ver sus coincidencias. La obra más reciente es la Presa Las Auras (2013) en
Tecate, realizada para contribuir en garantizar el abasto de agua. En ese
sentido, la mayor parte de las inversiones se aplican a las obras de
infraestructura hidráulica de uso urbano, para la prestación de los servicios
de agua potable, alcantarillado y saneamiento.[41] La coincidencia con los objetivos
binacionales implica un México con responsabilidad global,[42]
que entienda los mecanismos de cooperación en temas de gestión estratégica,[43]
y convertirlo en
políticas públicas locales. Un artículo publicado en la revista Central
Municipal, afirma que «En la frontera coinciden las facultades y atribuciones
de los gobiernos locales, la seguridad nacional, relaciones internacionales y
diplomacia». Transcribo la parte medular para garantizar el abasto de agua y el
desarrollo sustentable en la región:
El agua del Río Colorado es un elemento estratégico, de su agua depende el
futuro de las ciudades en ambos lados de la frontera, lo que lleva el tema del
agua y del servicio que pudieran prestar los municipios, a un tema propio de
las relaciones internacionales, al ejercicio diplomático ejercido por las
naciones, por los gobiernos locales de la frontera y por la sociedad que va y
viene de manera cotidiana. En resumen, en todos los casos se trata de mantener
el equilibrio de poder, la soberanía, la autodeterminación y toda la vida
social de la frontera Tijuana-San Diego dentro de un gran reto: la
corresponsabilidad social.[44]
3.7 Contaminación, Seguridad y Sustentabilidad en algunos instrumentos de gestión para el abasto de agua
La Comisión Estatal del Agua realizó un diagnóstico de los principales
problemas que nos aquejan en la entidad, entre ellos están la inseguridad de
abastecimiento futuro a las zonas urbanas y rurales, la baja eficiencia de los
sistemas de agua potable, la sobreexplotación de los acuíferos, la
contaminación y una deficiente cultura del agua.[45]
La
sobreexplotación de los mantos acuíferos significa que en el subsuelo de la
zona metropolitana existe menos del 5% del total del agua requerida por una
población de casi 2 millones de personas, y como ya lo hemos referido se tiene
una proyección de casi 4 millones de habitantes para las ciudades fronterizas
de la Baja California en los próximos quince años, aumenta al 95% de abasto
externo y es una dependencia casi total.
En la zona metropolitana se encuentra el 5% del agua que se consume, pero
es prioritario el cuidado de las cuencas hidrológicas, de hecho Gian Carlo
Delgado recomienda la atención a nivel de cuencas. Existe contaminación en
diversas modalidades, por ejemplo las plantas recicladoras de autos usados en
Tijuana, en algunos casos están instaladas sobre el lecho de los arroyos, el
Cañón de la Pedrera y otras vertientes como el Arroyo Alamar son un buen
ejemplo, además del cauce de la Presa Abelardo L. Rodríguez y otros cauces como
el Cañón de Los Laureles, por mencionar lugares de Tijuana donde se desperdicia
el agua y no existen estudios. Ante “el
fracaso de la planeación urbana”, se han establecido asentamientos humanos en
lechos de arroyos, con actos que ponen en riesgo la vida de los individuos y al
mismo tiempo se provocan mayores efectos contaminantes por las aguas vertidas a
los causes. Es una situación que se agrava con los fenómenos naturales como las
sequías e inundaciones. El PNH 2008-2013 aborda el desarrollo y la
sustentabilidad, también considera al agua como un recurso estratégico de
seguridad nacional, pero enfatiza que «las decisiones deben tomarse con la
participación ciudadana».[46]
En ese sentido de previsión, la Comisión Nacional del Agua y la Secretaría de
Medio Ambiente y Recursos Naturales, han creado la Agenda del Agua 2030, en la que ya expresan un sentir ciudadano,
producto de los foros de participación:
[…] uno de los reclamos más recurrentes
en los foros de participación para la construcción de la Agenda fue el de la
falta de presencia de la Comisión Nacional del Agua como autoridad responsable
de cumplir y hacer cumplir la legislación y normatividad en materia de aguas
nacionales. Se percibe como una debilidad del Estado Mexicano, y como una
actitud contradictoria de sus postulados de preservar el recurso vital,
estratégico, garante del desarrollo y de seguridad nacional.[47]
Se percibe
una debilidad del Estado Mexicano, deja sin previsión y sin cuidado un elemento
estratégico para la vida nacional, no sólo para la región de la ZM-TRT. El
futuro crecimiento poblacional y el porcentaje que tenga acceso al agua potable
es un tema exclusivo de la seguridad nacional, sobre todo cuando la población
está presentando tasas de crecimiento por encima de otras ciudades o zonas
urbanas, y al mismo tiempo presenta fenómenos migratorios incontrolables. En
ese sentido de la explosión poblacional, Leif Ohlsson en Hydropolitics dice que la población en el Tercer Mundo se
incrementará en 3.6 billones de personas entre 1990 y 2030, además hay que
abastecer de agua a la industria y a la agricultura. La situación nos lleva al
campo político derivado del consumo de agua.[48]
3.8 Porcentajes del uso del agua disponible y sustentabilidad
del equilibrio ecológico
Contamos con datos y cifras, con argumentos de precisión con respecto al
volumen del agua disponible, del crecimiento poblacional y de la reducción en
la cantidad de agua por persona. Las siguientes cifras son en relación al
abasto y consumo de agua proveniente del Río Colorado, en proporciones de
consumo que se realizan cotidianamente:
En Baja California se tiene asignado un volumen de agua
de 3,350 millones de metros cúbicos anuales aproximados, según la Comisión
Estatal del Agua, este volumen permite hacer frente a las necesidades de los
diferentes sectores a los que se destina: 92% al uso agrícola y pecuario, 8% al
uso urbano, industrial y otros. Y precisamente de este último porcentaje el 85%
es consumido en las cabeceras municipales, es decir, en los centros urbanos más
importantes el Estado, donde se observan altos ritmos de demanda.[49]
Esta cifra “asignada” de 3 350 millones de metros cúbicos pudiera
parecer contradictoria con el Tratado de 1944 que establece la cantidad de
1,850 millones de metros cúbicos de agua provenientes del Río Colorado y
consideradas como aguas superficiales. La cantidad del Río Colorado de 1 850
millones, sumados a los 1 100 millones de metros cúbicos
de fuentes subterráneas nos dan un total aproximado de 2 950 millones de litros
de agua por año y son sustentables, sin embargo la demanda es de 3 400 millones
de agua anualmente y ha provocado sobreexplotación, daños al equilibrio y
desarrollo sustentable, con una brecha o déficit de agua de 450 hm3. De acuerdo al párrafo que hemos citado en el PEDU, ¿de
dónde sacan la diferencia al volumen mencionado? El Plan Hídrico Regional 2030
se refiere a las Cuencas y acuíferos en
equilibrio, concede cifras y hace
definiciones: «La
oferta subterránea es de 1,100 hm3». Lo que equivale a 1,100
millones de metros cúbicos y que sumados nos dan:
El total de oferta sustentable por capacidad instalada,
superficial y subterránea,
[y que] es de 2,900 hm3 y se
demanda un volumen cercano a los 3,400 hm3, mayor al escurrimiento
medio anual. Es importante mencionar que en la Región se consume la totalidad
del volumen importado del Río Colorado.
Esto se traduce en la llamada “situación base” y se entiende como «la
oferta superficial sustentable por capacidad instalada, es decir, el volumen de
agua que se puede entregar al usuario final a través de la infraestructura, [y
que] es de aproximadamente 1,800 hm3». El agua proveniente del Río
Colorado llega por completo al usuario en Baja California. Sigue explicando el
PHR-2030 que «La oferta subterránea es de
1,100 hm3, que representa 88% de la recarga natural». Sacando cifras
al 100%, entonces significa que el 100% de la recarga natural es de 1,250 hm3.
En términos de porcentajes, afirma el PHR que el agua proveniente del Río
Colorado «representa 53% del escurrimiento medio anual». Es decir, si el agua
proveniente del Río Colorado es el 53% de la media anual, entonces la suma
total de agua disponible, superficiales y subterráneas, es de aproximadamente
3,396 hm3. El PEDU 2009-2013 afirma que la cifra de demanda es de
3,400 hm3 y supera al escurrimiento medio anual, con lo que se
inicia una brecha hídrica y una sobreexplotación.
Se puede apreciar perfectamente
en la siguiente gráfica del PHR
Imagen
tomada del PHR-2030[50]
El PHR-2030 afirma que «para satisfacer el volumen de demanda de agua, se sobreexplota un volumen cercano a los 300 hm3 y se toma en cuenta el volumen que se debe destinar a la preservación de los ecosistemas acuáticos cercano a los 200 hm3»[51] lo que se puede ver en la anterior imagen, en color amarillo. También dice que con apego al Tratado de 1944 un total de «199 hm3 de aguas subterráneas destinadas a las ciudades, se quedan en San Luis Rio Colorado, Sonora», nos dan una cantidad igual del caudal.[52]
Hasta este momento se ha podido responder a la demanda, con una brecha
hídrica que ya altera el equilibrio, que ya es señal de alerta, pero la
cantidad de agua disponible sigue disminuyendo por el aumento poblacional en
los asentamientos humanos y se pone en riesgo el equilibrio ecológico ante la
falta de acciones efectivas y de acción social.
[1] Mauricio Merino, Los gobiernos municipales de México: el problema del diseño institucional, en
Roberto M. Constantino Toto (coordinador), Agua,
Seguridad Nacional e Instituciones; Conflictos y riesgo para el diseño de las
políticas públicas, Senado de la República, LIX Legislatura, Instituto de
Investigaciones Legislativas, Universidad Autónoma Metropolitana, 1ª Edición,
2006. p. 303.
[2]
Enrique Mendoza Cabrero, Acción pública y desarrollo local, Fondo de
Cultura Económica, México, 2006, pp. 42-46. «En la medida que el enfoque de análisis de la acción pública asume una
naturaleza ligada a la acción colectiva en un espacio social determinado[…] el desarrollo local depende en buena parte
de las empresas del territorio, indudablemente que las autoridades locales
desempeñan, también un papel muy relevante. El papel de los gobiernos locales
se puede expresar en diversas estrategias como, por ejemplo, convertirse en
“buscador” de subvenciones, desreglamentar y liberalizar la actividad
empresarial local, buscar una autonomía fiscal local o crear la infraestructura
local necesaria para el desarrollo».
[3]
Programa Sectorial de Desarrollo Urbano 2009-2013, Secretaría de
Infraestructura y Desarrollo Urbano, Gobierno de Baja California, 2008, p. 13.
[4]
Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, Op.
Cit., 86.
[5]
Idem.
[6]
Véase: Presenta promedio nacional el
mayor avance en el Índice de Competitividad Social 2012, Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo-México, Julio, 2013.
Consultado: 10 de Noviembre de 2014.
[7] Apuntes de población de Baja California y
sus municipios, Comité de Planeación para el Desarrollo, Gobierno Estatal
de Baja California, Mexicali, Enero de 2014, p. 2.
[8] Véase: Revised Working Draft Regional Comprehensive Plan
(RCP), The San Diego Association of Governments, SANDAG, pp.
19-26.
Consultado: 10 de
Noviembre de 2014.
[9] Cfr. Estrategia 2.1 para crear
instrumentos normativos para el desarrollo de ciudades ambientalmente
sustentables, en Programa Nacional de
Desarrollo Urbano 2014-2018, SEDATU Secretaría de Desarrollo Agrario,
Territorial y Urbano (SEDATU), 2014.
[10] Programa Ambiental México-Estados Unidos:
Frontera 2020, Op. Cit., p. 16.
[12]
Alberto Pombo, Tijuana: Agua y salud
ambiental, El COLEF; 2003, p. 25.
[13]
Hermilia Tinoco, Hacia la sustentabilidad
de los servicios públicos, Agua y Saneamiento, Órgano Oficial de la
Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México, Año 3, Número
9, 2003; p 14-17.
[14]
Ismael Aguilar Benítez, Op. Cit., p. 2.
[15] Ídem.
[18]
Alberto Pombo, Op. Cit., p. 35.
[19] Ídem.
[20]
Alfonso Andrés Cortez Lara, Dinámicas y
conflicto por las aguas transfronterizas del Río Colorado: El proyecto
All-American Canal y la sociedad hidráulica del Valle de Mexicali, Frontera
Norte, Vol. II, Núm. 21, Enero-Junio de 1999, p. 38.
[21] Programa Sectorial de Desarrollo Urbano
2009-2013, Op. Cit., p. 27.
[22]
Urbano Farías, Op. Cit., p. 16.
[27] Ídem.
[28] Ídem.
[29] Programa de Desarrollo Urbano del Centro de
Población de Tijuana, B. C. 2002-2025, XVIII Ayuntamiento Constitucional de
Tijuana, Baja California, 2002, p. 174.
[30]
Marco Antonio Samaniego López, Agua y
frontera en el norte de México, la transformación del Río Colorado y su impacto
en el desarrollo capitalista, 1900-1920, Frontera Norte, El COLEF, Vol. 10,
Julio-Diciembre, 1998, p. 10.
[31]
Marco Antonio Samaniego López, Agua y
frontera en el norte de México, la transformación del Río Colorado y su impacto
en el desarrollo capitalista, 1900-1920, p. 37.
[32] Programa de Conservación y Manejo, Reserva
de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Comisión Nacional de Áreas Naturales
Protegidas, 2007, p. 303.
[35] José
Luis Trava Mancilla, et. al.,
(Compiladores), Manejo ambientalmente
adecuado del agua, la frontera México-Estados Unidos, El Colegio de la
Frontera Norte, primera edición, Tijuana, 1991, p. 140.
[36]
Programa Ambiental México-Estados Unidos:
Frontera 2020, Op. Cit., p. 20.
[37] Ídem.
[38] Ídem.
[39] Ibíd., pp. 20-21.
[40] Ídem.
[41]
Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, Op.
Cit., p. 134.
[42]
Ibíd., p. 149.
[43] Ibíd., pp. 149-150.
[44]
Véase el artículo de Bernardo de Jesús Saldaña Téllez, El abasto de agua potable en los municipios de Baja California, En la
frontera coinciden las facultades y atribuciones de los gobiernos locales, la
seguridad nacional, relaciones internacionales y diplomacia, Revista
Central Municipal, Agosto 2013, pp. 52-53.
También disponible en: http://issuu.com/centralmunicipal/docs/revista_agosto_baja_2?e=4925574/4270190
[46] Ídem, pp. 8-9.
[48] Leif Ohlsson, Hydropolitics, conflicts over water as a development constrain, University Press Dhaka, Zed Books, London & New Jersey, 1995. p.
11.
[49] Programa Sectorial de Desarrollo Urbano
2009-2013, Op. Cit., p. 27.
[51] Ídem.
[52] Ibíd., 21.
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