miércoles, 2 de marzo de 2016

3.- DESARROLLO LOCAL Y GESTIÓN ESTRATÉGICA DEL AGUA

Reconocer al agua como un bien escaso implica darle un tratamiento estratégico y fortalecer a los municipios en sus capacidades institucionales de gestión. Hemos enfatizado en una administración especializada de los gobiernos locales, rehabilitarlos, hacerlos operativos en mayor o menor capacidad, pero activos en las acciones transversales e integrales, para que dejen de ser meros espectadores del desarrollo regional.
Para Mauricio Merino «la capacidad de gestión pública de los gobiernos municipales no sólo están marcados por la carencia de recursos sino por las contradicciones ya señaladas en su diseño institucional».[1] En este caso, por la ausencia de acciones coordinadas porque no tienen estructuras ni infraestructuras, tampoco cuentan con personal técnico especializado. Para garantizar una gestión hídrica eficaz se requiere de la concurrencia de los municipios, con responsabilidades institucionales específicas.
En las Capacidades institucionales de los municipios mexicanos se pregunta Enrique Cabrero Mendoza, ¿Cómo reaccionan los municipios frente al nuevo contexto? En un nuevo contexto como el planteado por la metropolización que exige un desarrollo sustentable, la respuesta que nos otorga es “tejiendo nuevas redes de alianzas con actores diversos orientados a la acción pública”.[2] Implica alentar la participación de los gobiernos locales en zonas metropolitanas, ayudando a las medidas integrales que podrían homologar acciones y programas en tema del agua. Se requiere fortalecimiento municipal para lograr la gestión hídrica eficiente, es parte de la exigencia sustentable ante la escasez, pero sobre todo una gran participación ciudadana, desde todos los frentes.
El Gobierno Estatal ha demostrado su prioridad por descentralizar las facultades que le han atribuido a las Comisiones Estatales de Servicios Públicos, pero no significa que vayan a restituirles facultad a los Ayuntamientos para prestar los servicios públicos del agua, de hacerlo el gobierno de Baja California cuidaría de la ordenanza en el Artículo 115 Constitucional. Sin embargo no se ha realizado, ni en el sexenio que lo metió como objetivo de su Plan Estatal de Desarrollo Urbano ni la presente administración, ni en las reformas a los decretos que hemos analizado. En todos los casos, es urgente la descentralización y la desincorporación de las Comisiones Estatales de Servicios Públicos para que pasen a ser administradas por los Municipios, tal como lo establece el Plan Estatal de Desarrollo Urbano 1998-2001. Lo más cercano fue el argumento del Gobernador González Alcocer para la reformar la COSAE y crear la CEA (1999) y argumentar la posibilidad de que los municipios administren el agua. La versión más actualizada es el PSDU 2009-2013, estableció que el Sistema Estatal de Planeación del Desarrollo se ha propuesto atender los problemas que se avecinan en la Zona Metropolitana, y para ello es necesario la autonomía y concurrencia de los gobiernos locales en la planeación, pero también en la implementación por etapas, por programas regionales y sectoriales de desarrollo urbano, por planes y programas específicos a las zonas conurbadas y/o metropolitanas, además de la «integración de los Sistemas de Información Geográfica para los servicios urbanos básicos, planeación urbana, catastro y agua potable)».[3] En esta secuencia de aportaciones, la referencia más reciente está establecida en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, marca líneas de concurrencia entre Estados y Municipios con políticas públicas sustentables, «incluye el manejo responsable de los recursos hídricos, el aumento de la cobertura de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento, así como la infraestructura hidroagrícola y de control de inundaciones».[4]
Es necesario enfatizar la importancia de homologar marcos jurídicos, en todos los asentamientos humanos. Ya se establecen los principios que deben regir en esta ZM-TRT:
  • Desarrollo regional.
  • Ordenamiento territorial
Ambos principios tienen por finalidad propiciar calidad de vida y garantizar el desarrollo sustentable en la región. Para lograrlo es necesario garantizar el abasto de agua, acordes a las cantidades establecidas internacionalmente como indispensables, y en consecuencia establecer acción desde la Gestión Estratégica, con objetivos específicos, entre los que destaca la participación de los gobiernos locales para lograr la gestión hídrica eficaz al:
  • Habilitar a los municipios con personal técnico calificado para cooperar en las políticas hídricas transversales, integrales y multisectoriales de forma activa.
  • Contribuir a reducir la brecha hídrica
  • Promover el sentido de responsabilidad social en el cuidado de un bien escaso
  • Restablecer el equilibrio ecológico con el uso máximo del agua reciclada
  • Coordinación de los ayuntamientos en zonas metropolitanas para el abasto de agua.


3.1. Tendencia del crecimiento poblacional, demanda de agua y su escasez en la zona metropolitana

El Programa Nacional de Desarrollo Urbano 2014-2018 afirma que la población asentada en las zonas urbanas seguirá creciendo. La ciudad de Tijuana y los municipios integrantes de  la zona metropolitana ya constatan esta tendencia y sus cifras. También comprueban «la expansión desordenada»[5] que todos los planes de desarrollo tratan de controlar o llevar a situaciones deseables. En las múltiples demandas de los asentamientos humanos objeto de nuestro estudio, ya es aplicable el PNDU porque refleja rumbo definido con objetivos, estrategias y líneas de acción, todas orientadas a garantizar la calidad de vida en las ciudades, con la característica de ser sustentables.
La SEDATU afirma que el estado de Baja California se encuentra con las mejores condiciones, [6] comparando con otras zonas metropolitanas del país. El PNDU también se refiere al PIB por entidad, con respecto a los porcentajes de producción a partir del porcentaje de agua en el uso social y su relación con el Producto Interno Bruto que generamos en la entidad. Baja California tendría que replantear su producción agrícola y la de productos, dos industrias completamente diferentes, con porcentajes en el consumo de agua de extremo a extremo y con aportación al PIB de Baja California, también diametralmente opuestos. La industria en Baja California consume menos del 10% del agua y generan el 32% del PIB, este es otro índice para la planeación, para la generación de empleos en las zonas urbanas y no solamente para la Zona Metropolitana objeto de estudio.
Al 2014, la población de la ZM-TRT se acerca a los 2 millones de habitantes, de 3 434 944 seres humanos que tiene todo el estado;[7] sin embargo la prospectiva es que para el 2030 se tengan más de 5 millones de habitantes (PHR-2030, p. 26), tan sólo en la ZM-TRT y Mexicali. Esta cifra es superior a un millón y medio de habitantes en la región para los próximos 15 años. Al otro lado de la frontera, SANDAG tiene una proyección del crecimiento población en esta zona y firma que por su lado, en los años 80´s del siglo pasado, San Diego creció anualmente con una población de 90 mil nuevos habitantes, lo que representaba para ellos un 3% de crecimiento, y que en los 90´s bajo a 50 mil por año. SANDAG confirma una reducción en el crecimiento poblacional, un fenómeno que sucede también en las ciudades de California, en la parte colindante y relativamente cercana de Tijuana, con la proyección que tienen esperan que en diez años tengan menos del 1% anual de crecimiento poblacional, debido a que ha bajado la tasa de fertilidad y que han ido falleciendo los que pertenecieron a la generación de los baby boom. Complementa su argumento, dice que «actualmente, Riverside County, Imperial County, Tijuana, Rosarito y Tecate están creciendo más rápido». Cabe decir que el documento de SANDAG corresponde al Revised Working Draft Regional Comprehensive Plan (RCP)[8] y corresponde al 2004. En ambos casos, la situación es la misma, exige acciones para un tiempo futuro que nos ha alcanzado y obliga a la instrumentación de acciones inmediatas.
En el modelo de gestión hídrica eficaz, el gobierno federal mexicano se refiere a la sustentabilidad, establece en el PNDU-2014-2018 que se promoverán convenios con SEMARNAT y CONAGUA con el propósito de mantener el cuidado del medio ambiente en el crecimiento de las ciudades, que su economía sea sustentable en lo económico y social, y que sus demandas más esenciales como el consumo garantizado de agua también sea sustentable.[9] Por su parte el Plan Nacional Hídrico 2014-2018 establece la prioridad de generar «el incremento de las eficiencias y capacidades técnicas, administrativas y financieras de los organismos operadores prestadores de estos servicios y la incorporación o sustitución de nuevas fuentes de abastecimiento». En términos de una gestión efectiva e interinstitucional dotaría capacidades de movilización y operación a los municipios, con gobiernos locales dotados de capacidades acordes a una realidad binacional en la frontera, se lograrían acciones transversales e interinstitucionales para actuar acordes con el Programa Ambiental Frontera 2020 en «la eficiencia operacional y de gestión de la infraestructura de agua potable y aguas residuales».[10]

3.2 La escasez y déficit del agua en el fenómeno de la Metropolización

Referimos a la problemática del agua en la ZM-TRT que hemos definido conceptualmente, que hemos identificado en sus componentes e integrada con los municipios de Tijuana, Rosarito y Tecate, al mismo tiempo tenemos que referirnos al Convenio de Conurbación.[11] Sin embargo, pese a los esfuerzos no se puede lograr ni la gobernabilidad ni la administración de varios municipios sin que antes se realice una reforma en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, una reforma que reconozca la nueva figura de la metropolización. Me parece que cabe agregarla en el Artículo 115 Constitucional y al mismo tiempo reformar el Artículo 26 del mismo instrumento jurídico. Si bien hemos referido la ZM-TRT como una zona que requiere de mayor atención en su planeación sustentable y también hemos explicado el por qué se le ha dado importancia, desde su fundación como estado hasta los tiempos más recientes. Existe otro elemento más allá de los límites municipales, es una dimensión internacional y es un enfoque que tiene que ver con una zona metropolitana que no es dividida por la frontera de un municipio, sino por la frontera que divide dos naciones. Al ser una dimensión de carácter internacional exige un análisis distinto, debido a todas sus implicaciones que nos obligan a la gobernabilidad transfronteriza. Alberto Pombo describe esta zona urbana como la más populosa, la que tiene mayores índices de crecimiento en la frontera compartida ya que «La población de la región se concentra en grandes áreas urbanas, particularmente en la región de San Diego-Tijuana, donde el crecimiento se debe en gran parte a la migración continua hacia el área metropolitana de ambos municipios».[12]
Para Ismael Aguilar Benítez la frontera de México con los Estados Unidos de América tiene menor disponibilidad de agua en relación a los habitantes de nuestra nación, es como si midiéramos el agua en un valor per cápita, como si sirviera para medir la calidad de vida a partir de la cantidad de litros de agua disponibles al año. Aguilar Benítez nos dice porque es necesaria mayor atención al tema del agua en la zona metropolitana. Las incapacidades de gestión y problemas sociales tienen una dimensión comparativa. En la revista Agua y Saneamiento publicada durante del tercer trimestre del año 2003, en un artículo realizado desde la CESPT se afirma que «Nuestra principal fuente de suministro de agua (94%) la constituye el Río Colorado».[13] Sin embargo, a nivel local no hay ninguna política pública por alentar la recarga de mantos acuíferos por diversos medios y por diversas tecnologías, lo que comprueba el argumento de Aguilar Benítez en el sentido de que las aguas superficiales son las que consumimos en la zona metropolitana. Esta realidad nos obliga a replantear las políticas públicas de forma transversal desde diversas dependencias. Sin embargo la importancia del agua para la ZM-TRT no fue percibida ni por la autor del artículo ni por la dependencia que publicó la revista, es Ismael Aguilar Benítez quien explica las diferencias administrativas en ambos lados de la frontera para proveer el tan vital líquido. Y si bien algunas diferencias radican en las tecnologías otras tienen que ver con los procesos de la administración pública, lo que «complica aún más el manejo del agua y los servicios urbanos del agua en la frontera. En México, se conocen pocos análisis de la manera en cómo los gobiernos locales enfrentan la gestión de los servicios públicos»,[14] este argumento de Aguilar Benítez justifica la importancia de nuestro objeto de estudio. Al tratar de dar cifras y datos con respecto a la deuda que tienen los organismos operadores de agua se puede hablar de corrupción pero no es la intención, sin embargo desde una tesis de maestría en Administración Pública, cabe decir que la corrupción tiene diferentes formas y también es aquella que significa cobrar por algo que no saben hacer o hacen mal. La importancia del agua en la ZM-TRT exige mayor atención, Aguilar Benítez retoma el sentido de «que se trata de un recurso que se tiene que compartir con el gobierno local vecino, en este caso, en un contexto internacional».[15] La pregunta radica en cuestionar si ya existe una mesa binacional de trabajo para el tema del agua en su dimensión metropolitana. Además de establecer una mesa binacional en tema de agua, es necesario coordinarse con SANDAG en políticas públicas exitosas que pudieran aplicarse.
Así mismo, es necesario enfatizar que una gestión estratégica rompe con el modelo tradicional de planeación porque su visión es de largo alcance y en el tema económico que han abordado, no han incluido una visión del desarrollo regional en la economía, cuando Tijuana tiene presencia diplomática con siete de las ocho naciones más industrializadas. La gestión estratégica nos obliga a crecer desde lo local, con visión de integración regional.

3.3 El modelo de la administración hídrica tradicional y su prospectiva a futuro

Es necesario un análisis de escenarios que contemplen litros de agua disponibles y el x número de habitantes, de acuerdo a la prospectiva en distintas fechas del futuro. Luis Aboites Aguilar y Valeria Estrada Tena advierten que para tener mayor certeza en el objeto de estudio se puede reconstruir un momento histórico, en específico. Algunos de los momentos históricos que hemos mencionado cuentan con el suficiente material documental en el Diario de los Debates del Congreso del Estado de Baja California, en los Decretos publicados en el Periódico Oficial, materiales que hemos abordado y que reflejan de manera fiel lo que llaman coyuntura. Sin embargo los citados autores también advierten que se puede perder la objetividad si se hace un análisis aislado de sus elementos, por lo que recomiendan considerar varios factores históricos y sociales para que reflejen de manera objetiva la finalidad del instrumentos jurídico, y al mismo tiempo, el proceso social y político de su tiempo y de su conjunto.[16] Es como regresamos al aparato coactivo que caracteriza al Estado y que en una interpretación pudiéramos decir que de acuerdo a Kelsen es idéntico al orden jurídico.[17] Es decir, la acción política, la ley y la administración pública son coincidentes en este caso específico, sin importar si lo planearon, si es eficiente o si tiene fallas, sobre todo porque la sociedad lo ha aceptado como un proceso de su vida cotidiana. Esta es la acción del Estado que analizamos en sus políticas públicas, desde la forma tradicional y desde la realización de una prospectiva futura que sólo se puede atender de forma eficiente desde una Gestión Estratégica. Es válido afirmar que los instrumentos del pasado solamente se preocuparon por abastecer de agua, y para abastecer la trajeron desde donde les fue posible, esa es la característica del modelo tradicional de gestión. El reto del futuro es diferente, implica que además de abastecer es necesario reducir la brecha hídrica entre la demanda y lo que puede ofertar el equilibrio sustentable en materia de agua.

3.4 Alternativas propuestas para garantizar el abasto de agua

Para Alberto Pombo, Tijuana tiene pocas opciones para abastecerse de agua, pero Rosarito y Tecate no cuentan con mayores opciones. En su obra Tijuana: Agua y salud ambiental, reconoce la escasez del bien como un problema que aqueja a los asentamientos humanos en ambos lados de la línea fronteriza, Alberto Pombo aborda un abanico de opciones, de propuestas. Subrayamos con interés una práctica que ya se ejerce en la vecina ciudad de San Diego, se refiere a la conservación del agua y al éxito, un éxito que lo califica como «estrategia exitosa». Abasto y conservación de agua en un enfoque diferente:
Mientras que San Diego posee un amplio margen de maniobra en el campo de la conservación del recurso antes de que la escasez ponga en peligro la salud de la población, del lado mexicano, Tijuana posee un margen muy estrecho de maniobra en el campo de la conservación del recurso. La conservación del agua [en San Diego] ya es una estrategia exitosa.[18]
Para el especialista, el agua en la frontera es de responsabilidad compartida, además las probabilidades de abasto en el futuro se reducen a:
· Construir un segundo acueducto para traer agua de río Colorado;
· Comprar agua de Estados Unidos;
· Desalar agua de mar;
· Reclamar aguas residuales.[19]
Con respecto a su primer argumento, suponiendo que en el futuro se construye otro acueducto, Alfonso Andrés Cortez Lara describe que pueden llegar volúmenes adicionales cuando existan excesos en el Río Colorado.[20] Esta alternativa queda no es segura porque el volumen garantizado de agua no se incrementa y en caso de incrementarse es temporal y no ocurre de forma cotidiana, aún en el supuesto de contar con otro acueducto, lo único que garantiza «es el abastecimiento al año 2015 de la costa».[21]
Con respecto a la opción de comprarle agua a los Estados Unidos de América, Urbano Farías en Derecho mexicano de aguas nacionales, legislación, comentarios y jurisprudencia,[22] afirma que el agua no se puede vender.
En el marco del IV Foro Mundial del Agua también se realizó el Encuentro Mundial de Parlamentarios del Agua,[23] reconocieron la importancia y la urgencia de establecer políticas y acciones para garantizar el abasto. Se propusieron diversas acciones desde los municipios como gobiernos locales, desde los estados y las regiones, desde las acciones nacionales, y en su dimensión internacional resaltaron la importancia de establecer acciones concertadas. Sobre todo establecieron que «el agua no puede ser elemento de conflicto».[24] Cito el párrafo que justifica porque no se debe comprar, ni vender agua.
1. El agua no es una mercancía o un recurso renovable. El agua tiene un valor social, ambiental y económico. El agua es un recurso esencial y es un bien de dominio público.[25]

Con respecto a las desalinadoras, Leif Ohlsson[26] dice que para 1995 existían 7 500 plantas en todo el mundo, pero también afirma que la producción va desde el 1% al 10% del volumen requerido. En Hydropolitics afirma que para poder crear agua potable con el agua de mar se requieren grandes inversiones de capital, además de expertos técnicos y un bajo costo de combustibles considerados como fósiles o en otros casos, desde su interpretación el mejor escenario es que no cueste la producción de agua.[27] Falta analizar y agregar los costos y los daños al desarrollo sustentable, además de agregar una decisión evaluada socialmente y decidir las mejores políticas públicas para reducir costos económicos y daños al medio ambiente. Leif Ohlsson se refiere a Postel (1994), afirma que «Turning ocean water into drinking water in this way typically cost four to eight times the prices of city water today, and at least ten to twenty times what farmers pay for water».[28] Significa que para lograr agua potable con agua del mar, tiene un costo de cuatro a ocho veces el precio del agua que se paga en las ciudades, si el gobierno del estado de Baja California ha reconocido que tenemos el agua potable más cara de todo el país, al mismo tiempo reconoce que en dos de los tres municipios que integran la Zona Metropolitana son los que pagan el agua más cara. Según el Informe de la CEA a Diciembre de 2013 (p. 4).


Al citar cifras y datos disponibles en Baja California, el Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población de Tijuana 2002-2025 se refiere a las plantas desalinadoras en la costa del Pacífico. Considera al mar como “un gran potencial” para abastecer del agua potable, se refiere a los precios y dice «el costo actual de esta agua es de 2.20 dólares por metro cúbico, contra un dólar por metro cúbico de agua proveniente del Río Colorado».[29] Luego recomienda evaluar el costo beneficio. Es la única referencia a las plantas y a los costos. sin  embargo, en consecuencia es otra opción que tampoco es viable, a menos que en una acción como la instalación de plantas para el abasto de energía eléctrica y gas naturales a la parte Sur del país vecino, ahora Baja California además pretenda exportar agua potable que se genere en las hipotéticas plantas desalinadoras. Por lo tanto, si descartamos las primeras tres opciones únicamente nos queda analizar la última: la del reclamo de aguas residuales, pero es necesario ver la calidad del agua y sus componentes.

3.5 Relaciones internacionales en la frontera y gestión hídrica ante el eminente cambio climático

Marco Antonio Samaniego López describe la importancia del agua en nuestro estado. En Agua y frontera en el norte de México, la transformación del Río Colorado y su impacto en el desarrollo capitalista, 1900-1920, dice que «La historia del agua tiene particular trascendencia en la península de Baja California, pues es uno de los temas de mayor significación para comprender la vida de los diferentes grupos que han poblado la región».[30] Explica la importancia del agua con una descripción de momentos y movimientos armados por el tema del agua, al mismo tiempo aborda la vida productiva en la industria y en el campo. Da sustento para analizar la relación histórica entre los dos países en el tema, para entender mejor la relación internacional en la frontera[31] y lograr una mejor gestión hídrica ante el eminente cambio climático.
Es necesario fortalecer la relación binacional en temas de vida metropolitana, analizar los fenómenos provocados por asentamientos humanos y su actividad que traspasa todas las fronteras. El único camino es la mesa binacional en temas de agua y desarrollo urbano, a efectos de acercarnos a un desarrollo más simétrico. El Programa de Conservación y Manejo, Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado tiene un capítulo que aborda las condiciones y la problemática del Río Colorado. En el texto citado «se hace una breve revisión acerca de la situación que guarda el Río Colorado en los Estados Unidos, cuyas políticas de manejo y administración del agua repercuten de manera directa sobre los volúmenes y calidad de agua que recibe México».[32] Algunos problemas causados por estados de la Unión América repercuten en el carácter binacional, relacionado con y por el agua. Entre varios puntos, cito dos por su importancia:
  • Necesidad de planeación hacia el futuro que impliquen los usos ecológicos y la participación de las comunidades. Es necesaria una superestructura institucional que permita unir a las numerosas agencias interinstitucionales, federales y estatales que trabajan en aspectos parciales del manejo del río.
  • El inesperado cambio climático global permanece fuera de los planes en la administración del agua, situación que puede ser catastrófica en el largo plazo.[33]

En la zona de Tijuana, como ciudad central para el proceso metropolitano, y de su interacción con San Diego; aquí existe la promesa de una civilización que perdure al paso de los siglos, pero de acuerdo con Leif Ohlsson la civilización y progreso cultural solamente nacen cuando el ser humano logra la capacidad de hacer que el agua trabaje para la especie humana,[34] más allá de una u otra nación, en el sentido del ser humano que es universal. De ahí la importancia de planear la gestión hídrica eficaz, desde las relaciones internacionales, pero sin perder de vista el cambio climático y sus severas repercusiones.
Con respecto a la gran dependencia del agua superficial en la zona metropolitana, en las Conclusiones del documento sobre aguas subterráneas, José L. Trava y Jesús Román Calleros, hacen alusión a la importancia de contar con un sistema binacional que se dedique a la investigación de los recursos hidráulicos fronterizos. De tal manera que
[…] tendría como objetivos estudiar y llevar control de los problemas relacionados con el agua en la frontera, produciendo reportes que serían destinados a facilitar los esfuerzos de los gobiernos de Estados Unidos y México, en búsqueda de soluciones a los problemas del agua en la frontera.[35]

3.6 La cooperación internacional en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018

El agua en la frontera es tema binacional y de responsabilidad compartida, es una de las cinco prioridades establecidas en el Programa Ambiental México-Estados Unidos: Frontera 2020. En el Acceso a Agua Limpia y Segura establece una meta que «se basa en los éxitos y las lecciones aprendidas del Programa Frontera 2012».[36] En esa experiencia exitosa a nivel binacional se plantean algunos retos, transversales e integrales, para atender la falta de acceso al agua potable que representa un riesgo significativo a la salud pública y el medio ambiente de las comunidades fronterizas. Es importante prepararse para el impacto del cambio climático porque afecta las precipitaciones y aumentará la duración de las sequías, incrementando los retos de disponibilidad de agua.[37] El programa ambiental establece objetivos para garantizar el agua como un derecho, propone realizar proyectos financiados por el «Programa de Infraestructura de Agua Potable y Saneamiento en la Frontera México–Estados Unidos».[38] Tiene valor estratégico en la planeación y en la gestión hídrica eficaz, ya que a diferencia de los otros instrumentos, aparece la construcción de infraestructura de forma coordinada y, en algunos casos de forma conjunta. Complementa con medidas binacionales, para lograr el consenso, la aprobación y publicación de decretos necesarios para «vedar, reglamentar y reservar agua con la participación social a través de los Consejos de Cuenca y órganos auxiliares».[39] Además de los «estudios de disponibilidad de aguas subterráneas; mejora de la medición de flujos superficiales; erradicación de especies invasoras y medidas para mejorar la eficiencia».[40]
Desde este marco conceptual para la gestión ambiental en la frontera, otro de los pasos es compararlo con el PND 2013-2018 y ver sus coincidencias. La obra más reciente es la Presa Las Auras (2013) en Tecate, realizada para contribuir en garantizar el abasto de agua. En ese sentido, la mayor parte de las inversiones se aplican a las obras de infraestructura hidráulica de uso urbano, para la prestación de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento.[41] La coincidencia con los objetivos binacionales implica un México con responsabilidad global,[42] que entienda los mecanismos de cooperación en temas de gestión estratégica,[43] y convertirlo en políticas públicas locales. Un artículo publicado en la revista Central Municipal, afirma que «En la frontera coinciden las facultades y atribuciones de los gobiernos locales, la seguridad nacional, relaciones internacionales y diplomacia». Transcribo la parte medular para garantizar el abasto de agua y el desarrollo sustentable en la región:
El agua del Río Colorado es un elemento estratégico, de su agua depende el futuro de las ciudades en ambos lados de la frontera, lo que lleva el tema del agua y del servicio que pudieran prestar los municipios, a un tema propio de las relaciones internacionales, al ejercicio diplomático ejercido por las naciones, por los gobiernos locales de la frontera y por la sociedad que va y viene de manera cotidiana. En resumen, en todos los casos se trata de mantener el equilibrio de poder, la soberanía, la autodeterminación y toda la vida social de la frontera Tijuana-San Diego dentro de un gran reto: la corresponsabilidad social.[44]

3.7 Contaminación, Seguridad y Sustentabilidad en algunos instrumentos de gestión para el abasto de agua

La Comisión Estatal del Agua realizó un diagnóstico de los principales problemas que nos aquejan en la entidad, entre ellos están la inseguridad de abastecimiento futuro a las zonas urbanas y rurales, la baja eficiencia de los sistemas de agua potable, la sobreexplotación de los acuíferos, la contaminación y una deficiente cultura del agua.[45]
La sobreexplotación de los mantos acuíferos significa que en el subsuelo de la zona metropolitana existe menos del 5% del total del agua requerida por una población de casi 2 millones de personas, y como ya lo hemos referido se tiene una proyección de casi 4 millones de habitantes para las ciudades fronterizas de la Baja California en los próximos quince años, aumenta al 95% de abasto externo y es una dependencia casi total.
En la zona metropolitana se encuentra el 5% del agua que se consume, pero es prioritario el cuidado de las cuencas hidrológicas, de hecho Gian Carlo Delgado recomienda la atención a nivel de cuencas. Existe contaminación en diversas modalidades, por ejemplo las plantas recicladoras de autos usados en Tijuana, en algunos casos están instaladas sobre el lecho de los arroyos, el Cañón de la Pedrera y otras vertientes como el Arroyo Alamar son un buen ejemplo, además del cauce de la Presa Abelardo L. Rodríguez y otros cauces como el Cañón de Los Laureles, por mencionar lugares de Tijuana donde se desperdicia el agua y no existen estudios.  Ante “el fracaso de la planeación urbana”, se han establecido asentamientos humanos en lechos de arroyos, con actos que ponen en riesgo la vida de los individuos y al mismo tiempo se provocan mayores efectos contaminantes por las aguas vertidas a los causes. Es una situación que se agrava con los fenómenos naturales como las sequías e inundaciones. El PNH 2008-2013 aborda el desarrollo y la sustentabilidad, también considera al agua como un recurso estratégico de seguridad nacional, pero enfatiza que «las decisiones deben tomarse con la participación ciudadana».[46] En ese sentido de previsión, la Comisión Nacional del Agua y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, han creado la Agenda del Agua 2030, en la que ya expresan un sentir ciudadano, producto de los foros de participación:
[…] uno de los reclamos más recurrentes en los foros de participación para la construcción de la Agenda fue el de la falta de presencia de la Comisión Nacional del Agua como autoridad responsable de cumplir y hacer cumplir la legislación y normatividad en materia de aguas nacionales. Se percibe como una debilidad del Estado Mexicano, y como una actitud contradictoria de sus postulados de preservar el recurso vital, estratégico, garante del desarrollo y de seguridad nacional.[47]
Se percibe una debilidad del Estado Mexicano, deja sin previsión y sin cuidado un elemento estratégico para la vida nacional, no sólo para la región de la ZM-TRT. El futuro crecimiento poblacional y el porcentaje que tenga acceso al agua potable es un tema exclusivo de la seguridad nacional, sobre todo cuando la población está presentando tasas de crecimiento por encima de otras ciudades o zonas urbanas, y al mismo tiempo presenta fenómenos migratorios incontrolables. En ese sentido de la explosión poblacional, Leif Ohlsson en Hydropolitics dice que la población en el Tercer Mundo se incrementará en 3.6 billones de personas entre 1990 y 2030, además hay que abastecer de agua a la industria y a la agricultura. La situación nos lleva al campo político derivado del consumo de agua.[48]

3.8 Porcentajes del uso del agua disponible y sustentabilidad del equilibrio ecológico

Contamos con datos y cifras, con argumentos de precisión con respecto al volumen del agua disponible, del crecimiento poblacional y de la reducción en la cantidad de agua por persona. Las siguientes cifras son en relación al abasto y consumo de agua proveniente del Río Colorado, en proporciones de consumo que se realizan cotidianamente:
En Baja California se tiene asignado un volumen de agua de 3,350 millones de metros cúbicos anuales aproximados, según la Comisión Estatal del Agua, este volumen permite hacer frente a las necesidades de los diferentes sectores a los que se destina: 92% al uso agrícola y pecuario, 8% al uso urbano, industrial y otros. Y precisamente de este último porcentaje el 85% es consumido en las cabeceras municipales, es decir, en los centros urbanos más importantes el Estado, donde se observan altos ritmos de demanda.[49]
Esta cifra “asignada” de 3 350 millones de metros cúbicos pudiera parecer contradictoria con el Tratado de 1944 que establece la cantidad de 1,850 millones de metros cúbicos de agua provenientes del Río Colorado y consideradas como aguas superficiales. La cantidad del Río Colorado de 1 850 millones, sumados a los 1 100 millones de metros cúbicos de fuentes subterráneas nos dan un total aproximado de 2 950 millones de litros de agua por año y son sustentables, sin embargo la demanda es de 3 400 millones de agua anualmente y ha provocado sobreexplotación, daños al equilibrio y desarrollo sustentable, con una brecha o déficit de agua de 450 hm3. De acuerdo al párrafo que hemos citado en el PEDU, ¿de dónde sacan la diferencia al volumen mencionado? El Plan Hídrico Regional 2030 se refiere a las Cuencas y acuíferos en equilibrio, concede cifras y hace definiciones: «La oferta subterránea es de 1,100 hm3». Lo que equivale a 1,100 millones de metros cúbicos y que sumados nos dan:
El total de oferta sustentable por capacidad instalada, superficial y subterránea, [y que] es de 2,900 hm3 y se demanda un volumen cercano a los 3,400 hm3, mayor al escurrimiento medio anual. Es importante mencionar que en la Región se consume la totalidad del volumen importado del Río Colorado.
Esto se traduce en la llamada “situación base” y se entiende como «la oferta superficial sustentable por capacidad instalada, es decir, el volumen de agua que se puede entregar al usuario final a través de la infraestructura, [y que] es de aproximadamente 1,800 hm3». El agua proveniente del Río Colorado llega por completo al usuario en Baja California. Sigue explicando el PHR-2030 que «La oferta subterránea es de 1,100 hm3, que representa 88% de la recarga natural». Sacando cifras al 100%, entonces significa que el 100% de la recarga natural es de 1,250 hm3. En términos de porcentajes, afirma el PHR que el agua proveniente del Río Colorado «representa 53% del escurrimiento medio anual». Es decir, si el agua proveniente del Río Colorado es el 53% de la media anual, entonces la suma total de agua disponible, superficiales y subterráneas, es de aproximadamente 3,396 hm3. El PEDU 2009-2013 afirma que la cifra de demanda es de 3,400 hm3 y supera al escurrimiento medio anual, con lo que se inicia una brecha hídrica y una sobreexplotación.
Se puede apreciar perfectamente en la siguiente gráfica del PHR
Imagen tomada del PHR-2030[50]

El PHR-2030 afirma que «para satisfacer el volumen de demanda de agua, se sobreexplota un volumen cercano a los 300 hm3 y se toma en cuenta el volumen que se debe destinar a la preservación de los ecosistemas acuáticos cercano a los 200 hm3»[51] lo que se puede ver en la anterior imagen, en color amarillo. También dice que con apego al Tratado de 1944 un total de «199 hm3 de aguas subterráneas destinadas a las ciudades, se quedan en San Luis Rio Colorado, Sonora», nos dan una cantidad igual del caudal.[52]
Hasta este momento se ha podido responder a la demanda, con una brecha hídrica que ya altera el equilibrio, que ya es señal de alerta, pero la cantidad de agua disponible sigue disminuyendo por el aumento poblacional en los asentamientos humanos y se pone en riesgo el equilibrio ecológico ante la falta de acciones efectivas y de acción social.



[1] Mauricio Merino, Los gobiernos municipales de México: el problema del diseño institucional, en Roberto M. Constantino Toto (coordinador), Agua, Seguridad Nacional e Instituciones; Conflictos y riesgo para el diseño de las políticas públicas, Senado de la República, LIX Legislatura, Instituto de Investigaciones Legislativas, Universidad Autónoma Metropolitana, 1ª Edición, 2006. p. 303.
[2] Enrique Mendoza Cabrero, Acción pública y desarrollo local, Fondo de Cultura Económica, México, 2006, pp. 42-46. «En la medida que el enfoque de análisis de la acción pública asume una naturaleza ligada a la acción colectiva en un espacio social determinado[] el desarrollo local depende en buena parte de las empresas del territorio, indudablemente que las autoridades locales desempeñan, también un papel muy relevante. El papel de los gobiernos locales se puede expresar en diversas estrategias como, por ejemplo, convertirse en “buscador” de subvenciones, desreglamentar y liberalizar la actividad empresarial local, buscar una autonomía fiscal local o crear la infraestructura local necesaria para el desarrollo».
[3] Programa Sectorial de Desarrollo Urbano 2009-2013, Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano, Gobierno de Baja California, 2008, p. 13.
[4] Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, Op. Cit., 86.
[5] Idem.
[6] Véase: Presenta promedio nacional el mayor avance en el Índice de Competitividad Social 2012, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-México, Julio, 2013.
Consultado: 10 de Noviembre de 2014.
[7] Apuntes de población de Baja California y sus municipios, Comité de Planeación para el Desarrollo, Gobierno Estatal de Baja California, Mexicali, Enero de 2014, p. 2.
[8] Véase: Revised Working Draft Regional Comprehensive Plan (RCP), The San Diego Association of Governments, SANDAG, pp. 19-26.
Consultado: 10 de Noviembre de 2014.
[9] Cfr. Estrategia 2.1 para crear instrumentos normativos para el desarrollo de ciudades ambientalmente sustentables, en Programa Nacional de Desarrollo Urbano 2014-2018, SEDATU Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), 2014.
[10] Programa Ambiental México-Estados Unidos: Frontera 2020, Op. Cit., p. 16.
[11] Gestión Territorial de la Zona Metropolitana Tijuana-Tecate-Rosarito, Op. Cit., p. 7.
[12] Alberto Pombo, Tijuana: Agua y salud ambiental, El COLEF; 2003, p. 25.
[13] Hermilia Tinoco, Hacia la sustentabilidad de los servicios públicos, Agua y Saneamiento, Órgano Oficial de la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México, Año 3, Número 9, 2003; p 14-17.
[14] Ismael Aguilar Benítez, Op. Cit., p. 2.
[15] Ídem.
[16] Luis Aboites Aguilar, Valeria Estrada Tena, Op. Cit., p. 32.
[17] Hans Kelsen, Op. Cit., p. 122.
[18] Alberto Pombo, Op. Cit., p. 35.
[19] Ídem.
[20] Alfonso Andrés Cortez Lara, Dinámicas y conflicto por las aguas transfronterizas del Río Colorado: El proyecto All-American Canal y la sociedad hidráulica del Valle de Mexicali, Frontera Norte, Vol. II, Núm. 21, Enero-Junio de 1999, p. 38.
[21] Programa Sectorial de Desarrollo Urbano 2009-2013, Op. Cit., p. 27.
[22] Urbano Farías, Op. Cit., p. 16.
[23] Informe Final del IV Foro Mundial del Agua, Comisión Nacional del Agua, México, 2006, p. 225.
[24] Ídem.
[25] Ibíd, p. 224.
[26] Leif Ohlsson, Hydropolitics, conflicts over water as a development constrain, Op. Cit. p. 17.
[27] Ídem.
[28] Ídem.
[29] Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población de Tijuana, B. C. 2002-2025, XVIII Ayuntamiento Constitucional de Tijuana, Baja California, 2002, p. 174.
[30] Marco Antonio Samaniego López, Agua y frontera en el norte de México, la transformación del Río Colorado y su impacto en el desarrollo capitalista, 1900-1920, Frontera Norte, El COLEF, Vol. 10, Julio-Diciembre, 1998, p. 10.
[31] Marco Antonio Samaniego López, Agua y frontera en el norte de México, la transformación del Río Colorado y su impacto en el desarrollo capitalista, 1900-1920, p. 37.
[32] Programa de Conservación y Manejo, Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, 2007, p. 303.
[33] Ídem.
[34] Leif Ohlsson, Op. Cit., pp. 1-28.
[35] José Luis Trava Mancilla, et. al., (Compiladores), Manejo ambientalmente adecuado del agua, la frontera México-Estados Unidos, El Colegio de la Frontera Norte, primera edición, Tijuana, 1991, p. 140.
[36] Programa Ambiental México-Estados Unidos: Frontera 2020, Op. Cit., p. 20.
[37] Ídem.
[38] Ídem.
[39] Ibíd., pp. 20-21.
[40] Ídem.
[41] Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, Op. Cit., p. 134.
[42] Ibíd., p. 149.
[43] Ibíd., pp. 149-150.
[44] Véase el artículo de Bernardo de Jesús Saldaña Téllez, El abasto de agua potable en los municipios de Baja California, En la frontera coinciden las facultades y atribuciones de los gobiernos locales, la seguridad nacional, relaciones internacionales y diplomacia, Revista Central Municipal, Agosto 2013, pp. 52-53.
[45] Programa Estatal Hídrico 2008-2013, Op. Cit., p. 17.
[46] Ídem, pp. 8-9.
[47] Agenda del Agua 2030, Op. Cit., p. 48.
[48] Leif Ohlsson, Hydropolitics, conflicts over water as a development constrain, University Press Dhaka, Zed Books, London & New Jersey, 1995. p. 11.
[49] Programa Sectorial de Desarrollo Urbano 2009-2013, Op. Cit., p. 27.
[50] Programa Hídrico Regional Visión 2030, Op. Cit., p. 38.
[51] Ídem.
[52] Ibíd., 21.

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