La Comisión Nacional
del Agua (CONAGUA) documentó para el año 2010 que la población urbana
presentaba su mayor crecimiento en un siglo, producto de las movilizaciones
humanas del campo a la ciudad. Es una verdad validada por los más diversos
estudios sobre población rural y urbana, e independientemente de los resultados
específicos de algunas instituciones y/o de algunos investigadores, las cifras generalmente
coinciden en la tendencia de una mayor migración del campo a la ciudad.
Jaime Sobrino
describe tres grandes etapas del crecimiento poblacional en México, explica las
características de cada fase. En la reunión de expertos sobre Población,
territorio y desarrollo sostenible,[1]
presentó su documento «La urbanización en el México contemporáneo». Para
Sobrino la primera fase va desde principios del siglo XX hasta 1940, concede
cifras demográficas y en ese lapso de tiempo la población nacional pasó de
tener 13.6 a
19.7 millones de habitantes. Desde su estudio, la fase inicial se caracterizó por
tener una población rural que presentaba el 89.4% del total nacional y terminó esa
fase en un 79.9%. En estos porcentajes, también equivale a decir que para 1940
la población urbana en México fue del 20.1%. Así concluyó la primera fase del
proceso de urbanización nacional.
Sobrino identificó la
segunda fase, desde 1940 a
1980 y describe la cifra general de población que partió en 19.7 millones en
1940 y llegó a tener una cifra nacional de 66.8 millones de habitantes en todo
México para 1980. Proporciona la relación porcentual entre la población rural y
la urbana en el país, la correspondiente del VI Censo General de Población de 1940 al X Censo General de Población realizado en 1980. En este lapso de
tiempo, la cifra de habitantes en zonas urbanas, incluidas las causadas por migración
del campo a la ciudad, pasó de un 20.1% al 51.8%.
Este crecimiento
urbano requiere un cuestionamiento desde distintos enfoques teóricos y
prácticos, sobre todo con respecto a los problemas que genera la concentración
humana y la consecuente demanda de servicios. Podemos recurrir en primera
instancia a las aportaciones de algunos autores. Michel Foucault es una buena
referencia para la conjunción de la población y el territorio, pero además
aborda temas culturales, y en este caso específico del agua, se refiere a la
seguridad que demanda el ser humano en todo momento. Una seguridad que requiere
acciones de gobierno, ya desde las medidas represivas y anacrónicas para
mantener el orden, o desde la Gobernanza
y gestión pública de que nos habla Luis F. Aguilar Villanueva, entendido como
la relación de mutua interacción entre un gobierno democrático y sus ciudadanos.
Entre muchos otros
autores, Jaime Sobrino y Foucault son dos referentes para cuestionar los
modelos de gestión urbana y el abasto de agua, para analizar los problemas sociales,
y en su caso, prevenirnos para nuevos retos en el futuro. En algunos casos será
necesario abordar el tema desde la Gobernanza,
otros desde la Nueva Gestión Pública cuando
nos tengamos que referir al gerencialismo no sustentable. Desde el enfoque de la Gestión
Estratégica y la Gestión de calidad,[2] para Luis F. Aguilar Villanueva es
posible abordar otros temas y fenómenos sociales derivados del crecimiento
urbano. Afirma que «el
gobierno debe ser entonces un actor con una visión clara y socialmente compartida
del futuro de la sociedad»,
pero además agrega cuando se refiere al gobierno, como actor principal, que
«debe ser capaz de
producir eficientemente servicios (seguridad, infraestructura, ambiente, salud,
educación…) que contribuyan a generar y sostener la calidad de la convivencia». Los servicios son
inherentes a la vida cotidiana del individuo, implica revisar los porcentajes descritos por
Sobrino e interpretarlos, solamente para comparar las cifras con la gestión
urbana y/o los problemas sociales derivados en el pasado, en el presente y
probablemente en el futuro que nos permitan medir la calidad de vida.
Al interpretar las
cifras de Sobrino, a finales de los años 80´s, casi la mitad de la población
mexicana vivía en el campo (48.2%) y la otra mitad en las ciudades (51.8%), en
una relación casi de 1 a 1. Es decir, la población urbana en México se incrementó
en más del doble en tan sólo 40 años, pasó del 20.1% a sumar otro 31.7% de
población en las zonas urbanas, hasta sumar un total de 51.2%. Inicia la
relación de variables identificadas por Jaime Sobrino en población y territorio, además del estudio
con relación a sus efectos de urbanización, desarrollo sustentable de los
territorios y cuidado de sus recursos naturales.
Finalmente, Jaime Sobrino
identificó la tercera fase del desarrollo urbano en México. Comenzó en 1980 con
los 66.8 millones de habitantes que arrojó el X Censo de Población, y para
efectos de su estudio cita el censo del INEGI del año 2010, con una cifra
poblacional de 112.3 millones de habitantes en México. En esta tercera y última
fase, la población urbana alcanzó la cifra del 62.5% con respecto al total
nacional, contrastada por un 37.5% en las zonas rurales. En el comparativo de
cifras y porcentajes, equivale a decir que al 2010, casi por cada persona que
vive en zonas rurales, existen dos personas que viven en las zonas urbanas. Cabe
hacer un argumento de precisión para explicar el grado de urbanización, en el
documento que hemos citado, Sobrino define al «grado de urbanización como el
porcentaje de población que vive en asentamientos humanos de 15,000 habitantes
y más, relacionando la localidad al total de la población nacional». También se
refiere a varias características y factores que propician la aparición de
nuevas urbes en el país, y en consecuencia un mayor consumo de agua en las
ciudades, entre ellas sólo cito algunas:
- iv) consolidación de la dimensión metropolitana, propiciando un cambio en el país de ser predominantemente urbano a preferentemente metropolitano;
- v) emergente conformación de regiones urbanas, e
- vi) institucionalización de la planeación territorial en el país.[3]
Sobrino nos concede su
interpretación, describe las causas que propician los asentamientos humanos con
características urbanas. Sin embargo, en el punto vi), él identifica una causa y es su interpretación, pero es necesario
cuestionar que dicho modelo referido en la institucionalización de la
planeación territorial en el país, es un modelo
tradicional, es la institucionalización de una ciudad que en el siglo XXI ya no
es sustentable, es cuestionable el diseño y los indicadores en calidad de vida.
Agregamos otra
consecuencia del crecimiento urbano y de su inherente crecimiento poblacional. Al
mismo tiempo propician un crecimiento en las demandas de consumo, entre las
demandas más vitales se encuentran las de agua, aire, suelo y comida.
En ese contexto, afirma
la CONAGUA que está incrementándose la demanda de agua potable y cada vez es
mayor el volumen de consumo. Los gobiernos se ven obligados a traer el agua de «fuentes
cada vez más lejanas», obligando a nuevas formas técnicas y administrativas
para abastecer del líquido vital. Explica la dependencia federal una de las
razones necesarias para recurrir a fuentes lejanas, porque las grandes ciudades
acaban con las diversas fuentes de abasto local, porque el consumo en las
ciudades acaba con las aguas superficiales y con las subterráneas. También
advierte que el agua, como un bien, se ha convertido en escaso y que el uso en
materia de agua dulce ya representa «una creciente y seria amenaza para el
desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente».[4]
Si bien Jaime Sobrino
se refiere al agotamiento de las fuentes de abasto del agua en las ciudades,
otro fenómeno que se propicia con el crecimiento urbano es el crecimiento de la
brecha hídrica base, entendida como la «diferencia entre la oferta sustentable por
capacidad instalada y la demanda total, expresada en volumen (metros cúbicos)».
Al hacerse más grande la distancia entre la capacidad y la demanda por un
consumo superior a la suma de aguas superficiales y subterráneas, se propicia
una sobreexplotación de los mantos freáticos locales, de los grandes
asentamientos urbanos. Generándose situaciones desde la relación
población-medio ambiente, y que dañan la sustentabilidad del entorno ecológico al
poner en riesgo el desarrollo del ser humano y de todas las demás especies.
En el caso
específico de Baja California, el crecimiento urbano a que hace referencia
Jaime Sobrino, desde nuestra tesis suponemos que ya se ha propiciado una
alteración del desarrollo sustentable en materia de agua, con repercusión a
todo el medio ambiente, pero el agua es un recurso estratégico y por su
condición de bien escaso requiere de una innovación de gobierno para propiciar todo
un modelo integral que permita una gestión
hídrica eficaz[5].
Entendida como el proceso administrativo para la distribución de un bien entre
su cantidad disponible y la población rural y urbana que la demanda en una
determinada zona geográfica, o en una jurisdicción político-territorial. La
gestión hídrica eficaz implica abordar tres áreas prioritarias para las
políticas públicas sostenibles: la social, la económica y la ecológica.
Desde la gestión
estratégica del agua, primero hay que explicar por qué el agua en Baja
California es un recurso estratégico para la vida en esta región. La cantidad
del agua disponible en Baja California ha sido rebasada por una demanda mayor,
producto del crecimiento poblacional y urbano. No hay que perder de vista el
propósito científico de la maestría y el aspecto científico de la presente
investigación, por lo que al citar a diversos autores y diversas fuentes
podemos afirmar que sí tenemos agua pero insuficiente, sin embargo como recurso
es necesario racionalizarlo, y por su importancia para todas las actividades
del ser humano adquiere un carácter de recurso estratégico. Además es necesario
agregar que no basta con racionalizar su uso, además son necesarias diversas
acciones de gobierno para agregarle a la gestión hídrica eficaz el carácter
sustentable.
La escasez del agua
ya fue reconocida por CONAGUA, en el Programa
Hídrico Regional Visión 2030 (PHR-2030), y establece una planeación desde
la visión regional para la península de Baja California. En su diagnóstico
multidisciplinario reconoce la necesidad de acciones transversales para
garantizar la sustentabilidad hídrica. El programa alienta la participación
ciudadana, involucrando a los diversos sectores sociales para encontrar las
soluciones viables desde el punto de vista técnico,
económico, social, político y ambiental para el mediano y largo plazos, con la
participación de la población en general y de los actores políticos, económicos
y sociales más relevantes, incluyendo a funcionarios de los tres órdenes de
gobierno, empresarios, agricultores, académicos, investigadores y medios de
comunicación.[6]
De acuerdo al
PHR-2030, el programa se logró con la participación de diversos actores
políticos, por los diferentes «usuarios del agua, especialistas, organizaciones
y personas interesadas en la gestión integrada del agua, también considera las
opiniones de los Consejos de Cuenca y los resultados de una serie de talleres a
nivel regional». Resulta relevante considerar la aportación de Luis F. Aguilar
Villanueva, cuando se refiere a los nuevos retos de la Administración Pública
(AP) y afirma que la realidad obliga a enfrentar nuevos problemas y
desafíos, desde una cosmogonía distinta a la del pasado, desde un universo que
le da sentido a la Gobernación, [a] la
(re)construcción de capacidad de gobernar del gobierno y la fundación de los
modos apropiados de gobernar en las condiciones de escasez, adversidad e
incertidumbre.[7]
Para garantizar
todas las actividades del ser humano y del entorno natural, es necesario abordar
el PHR-2030, y muchos otros, desde el enfoque de la Gestión Estratégica (GE)
que nos plantea Aguilar Villanueva, en la parte donde considera necesario integrar
todos los factores posibles que inciden para lograr la gestión hídrica eficaz. Necesariamente nos obligamos a revisar el
crecimiento urbano y el abasto de agua desde el enfoque de la administración
pública, a efectos de garantizar el vital líquido para las futuras
generaciones; la tesis cumple con la formación académica en desarrollo local y con
la metodología científica al acotar el objeto de estudio a la zona
metropolitana Tijuana, Rosarito y Tecate.
A la escasez de agua
por lluvias aisladas y pocas fuentes de abastecimiento, es necesario agregar al
contexto. El fenómeno poblacional implica que el agua de primer uso se
convierta en un bien cada día más escaso para la vida en la región. Es
necesario entender las aguas de primer uso como aquellas que independientemente
de su «fuente, natural o de almacenamientos artificiales»,[8]
no hayan sido utilizadas con anterioridad.
En la publicación
anual de CONAGUA se describe la Situación del Subsector Agua Potable,
Alcantarillado y Saneamiento. El resultado de la investigación se publicó a
finales del año 2010, afirma que “el uso excesivo de agua dulce” es una severa
amenaza y además tiene una tendencia creciente. En el desarrollo sostenible
pondera los daños colaterales, rescatamos
el concepto para aplicarlo de manera indistinta, dentro de lo posible, en el
desarrollo sustentable. La misma dependencia se refiere a la incapacidad
local, a nivel de los municipios, para abastecerse del agua, deja abierta la
posibilidad a las más distintas disciplinas académicas para estudiar la gestión
local en el tema del agua. CONAGUA se refiere a los estados de la república
donde los Ayuntamientos administran el servicio de agua, en el caso de Baja
California la realidad es diferente porque los gobiernos municipales no tienen
ni la más mínima capacidad operativa, ni técnica, ni política para abordar el
tema del abasto del agua. No han operado el servicio de agua y no existe ni
dependencia ni programa municipal, las acciones coordinadas con los diversos
niveles de gobierno están mutiladas por la ausencia del gobierno municipal en
el tema de la gestión hídrica. Este escenario obliga a la federación y al
gobierno estatal a realizar acciones conjugadas con la implementación de la Gestión
Estratégica (GE), a efectos de lograr la eficiencia y la eficacia en la
prestación del servicio, en los organismos y recursos humanos que hacen posible
llevar el agua a los distintos domicilios. Sin embargo, es necesaria la
incorporación de los Ayuntamientos en la parte operativa y administrativa que
hagan posible el diseño y la implementación de programas de inversión pública y
privada, tecnología de punta, anticiparse a
futuras demandas sociales y responder positivamente a las actuales, incluyendo
la prevención a los daños ambientales. Además de alentar una mejor coordinación
en la instrumentación de programas de gestión, con agencias y organismos
internacionales. Asumiendo las reformas jurídicas que ello implique.
Ante la escasez, la CONAGUA
distingue dos causas que impiden el abastecimiento:
·
Una
por agotamiento, y la
·
Otra
por contaminación.
Concluye su
argumento de manera puntual. «Ante esta problemática, la administración del
agua se torna un tema de capital importancia».[9]
Abordar el tema del
agua y su problemática social, cuando se vuelve un bien escaso, obliga al
análisis de su administración y de la gestión de gobierno. Es todo un reto que
trataremos de abordar desde la visión de la administración pública, en el
entendido que para abordar el tema del agua en las zonas metropolitanas al
mismo tiempo debemos de referirnos a los procesos de crecimiento urbano, al
crecimiento poblacional, a los estudios sobre el tema y a los diversos conceptos,
como el plasmado en la afirmación de Licia Valladares y Magda Prates Coelho, en
el sentido que: «En la mayoría de los países de urbanización reciente sólo
acaba de iniciarse el estudio de las cuestiones urbanas».[10]
Esta tesis puede ser innovadora, vanguardista, cuestionada, e incluso hasta
incomprendida.
Es difícil
cuantificar el daño al desarrollo sustentable si agotamos las fuentes locales
para el abasto de agua, donde el bien es escaso. El reto reside en prevenir
daños en el equilibrio ecológico, en restablecer el equilibrio y prevenir
futuros daños al medio ambiente; en abastecer de agua a los asentamientos
humanos y hacerlo sustentable. El reto se hace mayor en los estudios urbanos y
los pocos estudios del agua, relacionada la disponibilidad con procesos y
fenómenos causados por la urbanización.
En el caso de las
ciudades de Tijuana, Rosarito y Tecate, es una zona donde convergen los
elementos teóricos que hemos abordado y que además el objeto de estudio
presenta características descritas por Vicente Sánchez Munguía, en el sentido de
que en las últimas décadas «el crecimiento urbano y demográfico en la frontera
México-Estados Unidos ha dado origen a una creciente demanda de agua en un
contexto marcado por la limitada disponibilidad de fuentes alternativas para
satisfacerla, tanto ahora como en el futuro».[11]
Así lo describió en el taller binacional sobre Población, agua y el futuro de la frontera México-Estados Unidos.
Vicente Sánchez
destaca el crecimiento de la demanda en materia de agua, y su estrecha relación
con el crecimiento poblacional que a su vez también provoca nuevos espacios generadores
del crecimiento urbano, enfatiza la limitada disponibilidad de agua para
satisfacer la creciente demanda. Ante esta situación es necesario interpretar
el problema desde distintas ópticas, para los fines de esta disertación es
necesario entender el agua como un elemento estratégico y que así lo
entiendan académicos, sociedad y gobierno. Además, al proponer un modelo de Gestión Integral del Agua (GIA), el
agua se convierte en la parte central de la administración pública para la vida
cotidiana y al mismo tiempo innova su modelo de administración. El crecimiento
urbano parece ser un fenómeno inevitable e imparable, el problema no reside por
completo en la conjugación del crecimiento poblacional y crecimiento urbano, el
problema también reside en la falta de capacidades institucionales para alentar
modelos de gestión que consideren al agua como un bien escaso y estratégico,
para los mismos problemas e incluso otros más complejos.
Agrega Vicente Sánchez Munguía,
en el texto de su autoría que hemos citado.
El desafío principal tiene que ver con las propias
características de las instituciones y sus formas tradicionales para satisfacer
la demanda de agua, la cual ya no podrá ser satisfecha sólo trayendo más agua,
sino mediante una política y una gestión inteligente del recurso definido como
un bien escaso.
En ese
sentido, el Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN) y la Comisión de
Cooperación Ecológica Fronteriza (COCEF) realizaron una revisión de sus
procesos operativos. Describen el marco de cooperación entre las
administraciones Fox-Bush, y cómo el BDAN contrató a la empresa consultora Stone & Webster Management Consultants,
Inc, para realizar un diagnóstico entre ambas instituciones y seguir
alentando los programas de carácter ecológico. Requerían estar acordes a una
reingeniería que les permitiera realizar «análisis y evaluaciones precisas de todo el
proceso de diseño, certificación/aprobación, financiamiento e instrumentación
de proyectos de infraestructura para la potabilización, tratamiento de aguas
residuales municipales y manejo de residuos sólidos en la región fronteriza».[12]
Temas del interés para las ciudades de Baja California, que de forma casi
similar presentan la misma demanda del agua, unos con mayor gravedad y otros
con mayor urgencia, pero en todos los casos, la demanda del agua es la demanda
de un bien escaso que aún no tiene un modelo de GE que permita la gestión hídrica eficaz.
Tanto Sobrino como
CONAGUA se refieren al Desarrollo Sostenible,
lo dan como un valor entendido que prefiero definir. Recurro a la definición del
informe Bruntland, de las Naciones Unidas, se refiere al deterioro acelerado
del entorno humano en los recursos naturales, un deterioro que refleja
consecuencias en la economía y en el desarrollo social. En Baja California
adquiere connotaciones graves, en grado de estragos. En una traducción libre,
puedo interpretar al desarrollo sostenible como el hecho de:
Cubrir las necesidades de la
presente generación sin comprometer las posibilidades de las futuras
generaciones para atender sus propias necesidades.[13]
Es la
definición de desarrollo sostenible que nos concede la ONU. Sin embargo, también
damos la definición de Desarrollo
Sustentable, para mejor entendimiento del tema:
En materia de recursos hídricos, es el proceso evaluable
mediante criterios e indicadores de carácter hídrico, económico, social y
ambiental, que tiende a mejorar la calidad de vida y la productividad de las
personas, que se fundamenta en las medidas necesarias para la preservación del
equilibrio hidrológico, el aprovechamiento y protección de los recursos
hídricos, de manera que no se comprometa la satisfacción de las necesidades de
agua de las generaciones futuras.[14]
Cabe hacer un argumento de precisión, con respecto al
significado de los conceptos relativos al «desarrollo sostenible » y al
«desarrollo sustentable». Para los fines de nuestra tesis, de acuerdo con los
argumentos de Jaime Sobrino, de Vicente Sánchez Munguía y de CONAGUA; ambos
conceptos los utilizamos indistintamente para los fines que nos interesan. Para
garantizar el abasto de agua en la ZM-TRT, para esta y para las futuras generaciones,
es necesario entender y aplicar el concepto tal como lo define el Inciso XXI
del Artículo Tercero de la Ley
Nacional de Aguas Nacionales, y decir que es el mismo concepto definido en el Plan Nacional Hídrico 2014-2018 en su
glosario de términos.
Desde esta perspectiva, del crecimiento urbano con
desarrollo sostenible y sustentable, en un área como la Zona Metropolitana que
está integrada por los municipios de Tijuana, Rosarito y Tecate (ZM-TRT), es un área geográfica y completamente acotada para el
estudio. En esta región que presenta sus propias condiciones climáticas con
lluvias aisladas, con poca agua, una zona del tipo árido y con agua escasa por
naturaleza. ¿Cómo podemos garantizar el agua para mantener vigentes los tres
factores fundamentales del desarrollo sostenible y sustentable? ¿Cómo
garantizar que el sector económico tenga el agua necesaria para sus actividades
productivas, agrarias e industriales, sin perjudicar la seguridad humana del
sector social, ni al equilibrio ecológico del medio ambiente?
Tres factores inciden en el tema del agua: lo social, lo
económico y lo ecológico. El crecimiento poblacional y urbano tiene una tendencia
directamente relacionada con el crecimiento económico en esta zona geográfica;
en consecuencia demandan agua para sus propias actividades, pero al tercer
factor no se ha dado su debida importancia. De acuerdo con el Informe Bruntland, de las Naciones Unidas, citamos el
diagrama referente al Equilibrio del Desarrollo Sostenible. Es un diagrama ilustrativo,
pero no da números, su valor residen en lo referencial, en el avance teórico
para lograr al desarrollo sostenible. Sin embargo es necesario cuestionarlo porque
es necesario medir el impacto de afectación a partir de indicadores por cada
una de las esferas. El diagrama da
condiciones iguales y proporciones similares, cada una de las esferas tiene la
misma importancia, pero no en todos los casos son iguales las condiciones ni
los factores que intervienen, habría que fijar valores e indicadores de gestión
en cada área, para medir y dimensionar el problema o la afectación, y al mismo
tiempo evaluar el impacto causado por la interacción. A final de cuentas es una
ecuación matemática y se requieren números en las variables.
Imagen: Equilibrio del Desarrollo Sostenible, de acuerdo con
el Informe Bruntland, de las Naciones Unidas.
A la fecha, los sectores social y económico han demandado el
agua que han requerido para su propio dinamismo, pero el resultado es un
desequilibrio en el medio ambiente. Esta realidad nos obliga a diseñar e
implementar nuevos modelos de planeación desde la Gestión Estratégica, al
considerar el agua como un bien escaso implica darle el mismo peso al factor
ecológico, de otra forma es imposible garantizar el recurso natural para las
futuras generaciones. Se requiere ponderar el valor del factor ecológico ya que
este campo abastece el agua, lo que obliga a considerar hasta dónde es
soportable la relación ecología-social, y hasta dónde puede resultar viable lo
ecológico-económico. Lograr equilibrios en el desarrollo sustentable es la única
forma de garantizar el agua para las nuevas generaciones, pero se requiere
considerar el agua como un bien estratégico y escaso en una aportación
innovadora de la Gestión Estratégica, con un modelo de gestión integral del
agua, que no sólo sea eficaz sino también eficiente. Son varias las
interrogantes que motivan nuestro tema de estudio y este es el objeto para
abordar el tema del agua, el agua potable que se requiere y que se consume en
este momento por una población cercana a los dos millones de habitantes. Considerando
los beneficios de la GE en escenarios futuros, en prospectiva implica adelantarse
a los problemas.
Por la importancia que significa el agua, su ausencia es una
señal de peligro que debe plasmarse con un grito popular y de fácil entendimiento:
¡Aguas! Como una señal de advertencia, de precaución, de cuidado. Se
complementa el estudio con un análisis a las atribuciones Constitucionales y a
las facultades de los Ayuntamientos para garantizar el abasto doméstico de tan
preciado líquido, tan indispensable para la vida de todo asentamiento y de todo
ser humano. Se complementa con diversos capítulos donde se aborda la gestión
que realizan los gobiernos municipales y se analizan los instrumentos e
instituciones que brindan el servicio de agua, en un marco estratégico debido a
su marco de escasez. Es importante enfatizar en esta introducción que no sería
entendible la disertación de tesis si no se complementa con los temas del
desarrollo urbano sustentable, con el contexto binacional de la zona metropolitana
y el uso compartido del vital líquido con la nación vecina, y que a mayor
número de habitantes en la zona de estudio aumenta la demanda de agua y se
agrava su escasez, por lo que es indispensable abordar el tema de forma
transversal, desde la gestión de los gobiernos locales, independientemente de
quién esté facultado para administrar el agua y de quién abastece el vital líquido.
El documento de tesis incluye cifras actuales y prospectivas.
El presente estudio de tesis realiza algunas reflexiones sobre los problemas
existentes en torno a la demanda del agua y de los procesos administrativos
para abastecerla. Sin embargo, desde el enfoque de la administración pública el
estudio contribuye a futuras investigaciones y será una aportación referencial para
la acción gubernamental en temas sustentables de la frontera.
Las cifras y las reflexiones avisan de una eminente crisis del
agua en los asentamientos humanos de la Frontera Norte de Baja California. En
la reflexión se valoran los esfuerzos vertidos en los diversos momentos y por
los distintos actores políticos, pero al mismo tiempo revisa las políticas
públicas que se han documentado en los instrumentos de gestión que se han
creado. En su parte medular plantea nuevas acciones, innovadoras y estratégicas,
en el enfoque de la gestión pública desde los gobiernos locales, la intención es
de plantear alternativas para el uso sustentable del vital líquido, con
políticas públicas eficientes que garanticen el abasto de agua para la presente
y las futuras generaciones, lo que implica abordar los distintos aspectos e
integrar las tres esferas del desarrollo sustentable: ecológico, económico y
social.
Esta tesis no es un documento que concluya con el tema. Al
contrario, de forma provocativa abre el debate sobre los modelos de gestión,
sobre el enfoque de seguridad en las ciudades que se van creando como
consecuencia del crecimiento poblacional y urbano, es parte de la disertación y
de su coherencia. Separar el tema del agua con respecto al crecimiento urbano y
al desarrollo poblacional significa hacer más profundas las grietas que ya se
tienen en temas de seguridad humana, pretender dividir los temas significa
ayudar en la inseguridad del abasto de agua para las futuras generaciones.
Parte del reto implica hacer un documento entendible para la academia, para los
gobernantes y el público en general, además de explicar de forma clara el punto
medular del problema: no tenemos más fuentes de abasto del agua a granel que el
Río Colorado y a manera que crece la población disminuye la cantidad de litros
disponibles por habitante. Se requiere una gestión eficiente y creativa desde
los gobiernos locales, con verdaderos actores en las acciones transversales y
no simples espectadores por su nula infraestructura y la ausencia de personal
capacitado. Además, el reto implica fomentar la participación ciudadana en los
temas más vitales de su propia existencia, tales como una eficiencia
gubernamental y la sustentabilidad de recursos.
Existe un Semanario en la zona del Valle de Mexicali, comparte
sus noticias con San Luis Río Colorado, Sonora. El semanario realizó una
publicación de Isabel Escobosa sobre el riesgo
en el desarrollo sustentable, además de que existe una amenaza por las guerras
por el agua. Escobosa afirma que «Es importante tener en cuenta que a medida
que las poblaciones y las exigencias de consumo crecen, se hace más difícil
asegurar el suministro sostenido de recursos naturales, incluso aquellos
considerados renovables».[15]
Se pueden considerar las tres esferas del desarrollo sostenible para la
implementación de una gestión hídrica eficaz; en lo social, ecológico y
económico, además de sus interacciones y su delicado equilibrio en las áreas
fundamentales del quehacer humano.
I.I El enfoque de Foucault, en la visión del Estado, para implementar la Gestión Estratégica en el diseño de la infraestructura y operatividad urbana
Si tratamos de implementar modelos de gestión que permitan el desarrollo
sostenible en las ciudades de estudio, entonces es necesario evocar al concepto
de la soberanía, pero también el de la cooperación y a los requerimientos
necesarios para lograr, y articular, un modelo integral de gestión, estratégico
y medible con indicadores. Garantizar el agua en las ciudades es un tema de
seguridad, y el crecimiento urbano sin previsión del agua también es un tema de
seguridad. La ausencia de una Gestión Estratégica sobre un elemento escaso y de
características como un bien estratégico, también es un tema de seguridad y cuando
esto sucede, entonces estoy obligado a evocar al pensamiento que expresa Michel
Foucault en Seguridad, territorio y
población. Específicamente al argumento que sostiene cuando se refiere al concepto de
soberanía. Foucault afirma que la soberanía se ejerce dentro de los límites de
un territorio. Mientras la disciplina es ejercida en las fronteras del
individuo, la seguridad se ejerce sobre toda la población. En sus disertaciones sobre factores y múltiples amenazas, afirma:
So sovereignty and discipline, as well by sovereignty,
discipline and security, is precisely what I want to talk about.[16]
Sus obras siempre me hicieron
creer que era un (simple e inocente) sociólogo dedicado a los aspectos
culturales, en ocasiones cercanos al campo de la antropología. Me parecía un
ser de ideas y de análisis, así lo percibo en Las palabras y las cosas; en La
Arqueología del saber; en Vigilar y
Castigar. Sin embargo, cuando habla del Estado, de la planeación de las
ciudades, de la seguridad, del territorio y de la población, al compararlo con
los elementos de la problemática que abordamos me doy cuenta de sus
aportaciones para el estudio del orden social, ya no de lo social per se, sino del orden social. Distingue las sublimes
diferencias entre la seguridad como control social y la seguridad como
preservación social. En su percepción todo asentamiento humano no debe
considerarse en su planeación como algo estático, ni como algo controlable, ni
medido ni medible, sino precisamente por todo aquello que pude suceder en cada
asentamiento humano. Así lo dice Foucault
I think we can speak here of a
technique that is basically organized by reference to the problem of security,
that is to say, a bottom, to the problem of the series.[17]
Podemos hablar de la
zona metropolitana, de su crecimiento población y del agua disponible, pero
basados en una técnica organizada y referenciada por el problema de la
seguridad, es una perspectiva amplia, más allá del tema de los buenos y de los malos. La seguridad implica el diseño de la ciudad, desde las vías
de comunicación hasta la garantía del diario vivir de todos los individuos de
las zonas urbanas y rurales, ya sean residentes o en tránsito. Esa es la
seguridad que solamente la visión del Estado puede proporcionar, para prevenir
las amenazas urbanas que pudiéramos comparar con los miasmas, cuando en otros
tiempos se entendían como cosas malignas causadas por aguas estancadas, pero
también por cuerpos enfermos o materias contaminadas. Michel Foucault se
refiere a ellas, en Ciudad, población y
territorio habla de la seguridad en las ciudades, en el pasado se creía que
las epidemias eran causadas por aguas estancadas, por secreciones de cuerpos
enfermos y por cuerpos contaminados que hoy pudiéramos comparar con elementos
contaminados, pero también con las enfermedades que pudiera causar la ausencia
del agua en zonas urbanas. En el tema, por su parte, Jorge Márquez Valderrama
en su obra Ciudad, miasmas y microbios:
la irrupción de la ciencia pasteriana en Antioquia,[18]
en su disertación nos lleva al capítulo Ciudad
civilización y medicina urbana, también cita a Foucault y sus conceptos de
“biopolítica” y “medicina urbana”. Nos concede un pie de página que nos remite
a la Historia de la sexualidad,
Volumen I, de Foucault, en especial al capítulo Derecho de muerte y poder sobre la vida. Lo menciono sólo para
entender la importancia del ser humano para los aparatos gubernamentales, y
conjugarlo con la Gestión Estratégica.
¿Por qué tengo que
hablar de seguridad en un apartado sobre la infraestructura urbana? Porque el
agua se convierte en un elemento estratégico ante la escasez y si bien han
existido planes y programas de gobierno, a la fecha no hay ningún programa local
que detenga el deterioro ambiental provocado por la sobreexplotación del vital
líquido, y hacer todos los esfuerzos por prevenir su agotamiento es un tema de
seguridad.
Veamos algunos
instrumentos, cuestionémoslos hasta lograr un modelo innovador, integral y
sobretodo eficiente para garantizar el desarrollo sustentable. Así, el Programa Estatal Hídrico de Baja California
2008-2013 se desarrolló acorde con el Plan
Nacional de Desarrollo 2007-2012, en materia hídrica pretendió sentar las
bases para planear hasta el año 2030, incluyendo las actualizaciones e
instrumentos que en el transcurso del tiempo se fueran dando, como el
PND 2013-2018, El Programa
Hídrico Regional Visión 2030, Región Hidrológico-Administrativa I Península de
Baja California, y el Programa Ambiental México-Estados Unidos: Frontera 2020. Lo hemos citado con anterioridad,
el agua es un recurso estratégico, de seguridad nacional y de seguridad humana,
por lo que aquí es coincidente con los argumentos de Foucault, respecto a la
seguridad, territorio y población. Foucault se refiere a las series, son
categorías de análisis, las enuncia: medio ambiente, transporte, vías de comunicación,
trabajos, casas… x litros de agua, x personas.
An indefinite series of mobile
elements: circulation, x number of carts, x numbers of passers-by, x numbers of
thieves, x numbers of miasmas, and so on. An indefinite series of events will
occur: so many boats will berth; so many carts will arrive, and so on. An
equally an indefinite series of accumulating units: how many inhabitants, how
many houses, and so on. I think the management of the series that, because they
are open series can be controlled by an estimate of probabilities, is pretty
much essential characteristic of the mechanism of security.[19]
Al referirnos a la
seguridad y a la infraestructura urbana, la planeación urbana de la Zona
Metropolitana debe tener el interés superior que trasciende al tiempo. Es
cierto que en Abasto en la ciudad de
Tijuana, 40 años de la CESPT, Marisol Vázquez Medina nos da los porcentajes
de consumo de agua por sector, y por su parte el Programa Estatal Hídrico sólo nos
da 2 elementos fundamentales para la población, y para la seguridad de la
población:
Baja California cuenta con una población actual de 2,998,900
habitantes y disponibilidad de 3 336 millones de metros cúbicos (Mm3)
por año, que se distribuyen 84 por ciento para la agricultura, 8 por ciento
para uso público urbano y 8 por ciento para la industria.[20]
En la referencia del
PEH 2008-2013 destaca el número de población en la entidad (que es temporal) y
una cifra de volumen de agua que no va a aumentar, sino más bien va a
mantenerse y en el peor escenario pudiera disminuir (Ver Anexo 5). Desde
nuestro análisis la población seguirá creciendo y considerando las fuentes
hidrológicas hasta ahora conocidas el volumen disponible para el abasto de agua
no lo hará, independientemente del uso que se le dé, e inclusive por
calentamiento global y daño al equilibrio ecológico pudiera disminuir. Aquí
evoco nuevamente a Foucault y su noción de seguridad, él identificó cuatro
aparatos de seguridad, pero reconoce que pueden existir otros que pudieron
haber escapado a su percepción, también los llamó dispositivos:
Uno: espacios de
seguridad.
Dos: lo aleatorio,
lo impredecible, lo incierto.
Tres: las formas de
normalización (algo parecido a la sociología del desastre cuando estudia la
sociedad antes de un evento, cuando el evento, su recuperación y el regreso a
la normalidad que se tenía).
Cuatro: la
correlación entre las técnicas de seguridad y la población, ambas como objetos
y sujetos de los mencionados mecanismos de seguridad.
Cito a Foucault como referencia,
porque basado en su concepto de seguridad puedo sostener mi argumento y
sustentar mi disertación con la misma inocencia sociológica. Para mí, entender
la estrecha relación que tiene la población, desarrollo urbano, ordenación del
territorio, abasto de agua y facultades de los gobiernos; aquí en esta parte,
aquí es donde la seguridad no queda sujeta al cambio político. Aquí es la
visión del Estado, es la visión y es la acción en pleno de la seguridad más
completa.
…that is to say, the emergence not
only of the notion, but also of the reality of population. Population is
undoubtedly an idea and a reality that is absolutely modern in relation to the
functioning of political power, but also in relation to knowledge and political
theory.[21]
Por otra parte,
coincidentes con nuestra disertación, el Programa Sectorial de Desarrollo Urbano 2009-2013 (PSDU 2009-2013), del Gobierno Estatal, aborda la
importancia de contar con una legislación adecuada para el ordenamiento
territorial a escala regional, y para los asentamientos humanos. Cita dos
documentos para ordenar una ciudad, uno es previo al 2004, y el otro es
posterior a la publicación del PSDU, es
del 2010.
El decreto que emite
la Declaratoria para el reconocimiento de la zona conurbada de Tijuana, Tecate
y Playas de Rosarito, en el 2004, se establece una ordenanza en materia de
desarrollo sustentable, y el reconocimiento de «una sola unidad geográfica,
económica y social, para efectos de planear y regular de manera conjunta y
coordinada el desarrollo de los centros de población comprendidos dentro de los
límites que para tal efecto dicte el Congreso del Estado, dentro de los
territorios de los municipios de Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito».[22]
Este es un argumento que valida mi definición de zona metropolitana, sobre todo
cuando ha fallado la planeación, cuando exige políticas públicas para ordenar
con protección al medio ambiente, dentro de lo sustentable hizo falta
gobernanza. Además de un reconocimiento Constitucional Federal y al mismo
tiempo una Reforma al Artículo 115.
El otro instrumento,
del 2010, es el que se refiere al Reglamento de zonificación y usos de suelo
del centro de población de Tijuana, Baja California; por medio de esta
disposición se pretendió «llevar a cabo la planeación, regulación y
zonificación del centro de población de Tijuana, de conformidad a la Ley de
Desarrollo Urbano de Baja California».[23]
Cabe mencionar, y enfatizar, que si bien el reglamento se refiere a la
ordenación del territorio, no va acompañado de un reglamento de construcción
porque no existe y además es necesario crear uno. Cabe decir que otros
municipios han aplicado programas y planes pero este es el más coincidente con
los fines del diseño urbano integral.
El Programa Sectorial de Desarrollo Urbano
2009-2013 dice que desde
el 2008[24]
el gobierno de Baja California ha venido trabajando en la elaboración del Código
Urbano, para integrar los temas relacionados con la vida en las ciudades,
además pretende integrar lo referente a costas y franjas fronterizas,
definiendo zonas perfectamente acotadas para su estudio, gobierno y
administración. Enfatiza que se
pretende «la sistematización de programas regionales y sectoriales
de desarrollo urbano, planes y programas de zonas conurbadas y/o
metropolitanas».[25] Se
incluyen: la redes geodésicas para los Sistemas de Información Geográfica que
permitan contar con bases de datos confiables para optimizar los servicios
urbanos que deberían depender del Ayuntamiento, en temas como:
· La planeación urbana;
· La base catastral con fines recaudatorios, y
· El servicio de agua potable que le debe corresponder a
los Ayuntamientos por Mandato Constitucional;
· El cuidado del equilibrio ecológico; y
· La garantía del desarrollo sustentable.
A la fecha,
son temas que con excepción del Catastro, no todos están completamente en manos
de los municipios. Por lo tanto, se requiere que los Ayuntamientos tengan
coordinación con el gobierno estatal y la federación en temas urbanos,
considerando el abasto garantizado de agua como un tema prioritario dentro de
la Gestión Estratégica, además de la preservación ecológica y la garantía del
desarrollo sustentable. No significa que los municipios atendieron el tema
prioritario que representa el abasto de agua, porque ni siquiera se han dado
cuenta del eminente problema en el futuro.
No existe un Plan Estatal de Desarrollo Urbano integral que garantice el
equipamiento, a la infraestructura urbana para garantizar la seguridad integral
dentro de cada municipio de la Zona Metropolitana, ni mucho menos existe la
garantía para administrar el agua de una forma eficiente y por separado. A la
fecha, lo único que existe es el Programa Estatal de Desarrollo Urbano que
emitió el Gobierno del Estado, con sus limitantes y sus buenas intenciones. Es
decir no existe una respuesta al qué,
pero existe el cómo, un cómo cuestionable por el tipo de
políticas públicas pero existe. En la elaboración de una Gestión Estratégica
debe acompañarse el Plan (qué) de un Programa (cómo), además del Financiamiento
(con qué) y la Participación Ciudadana (con quiénes), incluyendo un cronograma
de actividades, con metas y tiempo establecidos (cuándo). Es la visión integral
para adelantarse a los problemas por venir. Para Luis F. Aguilar Villanueva no
basta con planear, hay que adelantarse a los hechos.
Salvo una zona de la
ciudad de Tijuana, la colindante con los asentamientos vecinos de San Diego,
California, los demás municipios en la entidad todavía no están traslapados
aunque están en constante crecimiento y su traslape es cuestión de menos de 20
años. En consecuencia es necesario comenzar con el diseño metropolitano de Baja
California, orientado para hacer coincidir el diseño urbano y la construcción
de la infraestructura de un municipio a otro. En la construcción de la
infraestructura metropolitana es necesario ponderar las vialidades, carreteras,
transporte público, energía, asentamientos humanos, policía preventiva,
gobernabilidad democrática, participación ciudadana, asambleísmo comunitario,
abasto garantizado de agua. Es necesario que la infraestructura sirva a los
demás municipios porque todo ello es una cuestión de seguridad.
Esta visión de
Michel Foucault refleja la razón que le concede razón de existencia al mismo
Estado. En la obra que estamos citando de Foucault, Seguridad, población y territorio, se refiere a “un conjunto de
mecanismos por medio de los cuales se realizan las funcionas biológicas más
básicas y luego se convierten en la razón de ser, o en el objeto, de la
política estratégica de poder.” Es decir, en la Gestión Estratégica que permita
el diseño de las ciudades y una planeación dinámica, siempre en movimiento,
Foucault identifica la noción del “cuidado del ser”. Identifica tres
componentes: La actitud general con respecto a uno mismo, a los otros y al
mundo. Desde nuestra interpretación y desde su obra, podemos decir que su
visión está orientada a las funciones del Estado en relación con la naturaleza.
En ese sentido, con respecto al abasto garantizado del agua y de la imperante
necesidad de una gestión hídrica eficiente en la ZM-TRT, concluimos con la referencia
a dos puntos establecidos en el Programa
Nacional de Desarrollo Urbano:
- Controlar la expansión de las manchas urbanas y consolidar las ciudades para mejorar la calidad de vida de los habitantes.
- Consolidar un modelo de desarrollo urbano que genere bienestar para los ciudadanos, garantizando la sustentabilidad social, económica y ambiental. [26]
[1]
Jaime Sobrino, La urbanización en el México contemporáneo, Reunión de expertos sobre Población,
territorio y desarrollo sostenible, ONU y CEPAL, Santiago, Chile, Agosto
de 2011.
[2]
Luis F. Aguilar Villanueva, Gobernanza y gestión pública, Fondo de
Cultura Económica, 2006, p. 20.
[3] Jaime
Sobrino, Op. Cit., pp. 1-12.
[4] Cfr. Situación del Subsector Agua Potable,
Alcantarillado y Saneamiento. Comisión Nacional del Agua,
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, 2010.
[5] Programa Hídrico Regional Visión 2030,
Región Hidrológico-Administrativa I Península de Baja California, Comisión
Nacional del Agua, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Gobierno
Federal, 2012, p. 10.
[7]
Luis F. Aguilar Villanueva, Op. Cit., p. 13.
[8] N. E. Dicha definición está tomada del
Glosario de Términos, del Plan Nacional
Hídrico 2014-2018, Comisión Nacional del Agua, Secretaría de Medio Ambiente
y Recursos Naturales, México, D. F., 2014.
[9] Cfr.
Situación del Subsector Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento, Op. Cit.
[10] Licia Valladares y Magda Prates
Coelho, La investigación urbana en América Latina, tendencias actuales y
recomendaciones, Gestión de las Transformaciones Sociales-MOST, Documentos
de debate Nº 4, UNESCO. [s. f.]
Consultado el 21 de
Septiembre de 2011.
[11] Vicente Sánchez Munguía, La demanda de
agua en la región fronteriza México-Estados Unidos y los desafíos
institucionales, en Alfonso Andrés Cortez Lara, Scott Whiteford, Manuel
Chávez Márquez (Coordinadores) Seguridad, agua y desarrollo en la frontera
México-Estados Unidos, Colegio de la Frontera Norte, Michigan State
University, 2005. p. 197.
[12]
Banco de Desarrollo de América del Norte y Comisión de Cooperación Ecológica
Fronteriza, Conclusiones sobre las
ineficiencias de los procesos y las relaciones entre organismos con opciones y
alternativas para su solución, Revisión de los Procesos Operativos –
Informe sobre la Tarea 4, Septiembre de 2004, pp. 1-36
Consultado el 21 de Septiembre de 2011.
[14] Plan Nacional Hídrico 2014-2018, Op. Cit., p. 98.
[15]
Isabel Escobosa, ¡Sin agua, nada hay!, La UABC en el Campo, Semanario El Pionero, expresión de Mexicali, San Luis
Río Colorado y su valle, Año XI Núm. 606, Semana del 3 al 9 de Julio del
2010, Mexicali, Baja California, p. 6.
[18] Jorge Márquez Valderrama, Ciudad, miasmas y microbios: la irrupción
de la ciencia pasteriana en Antioquia, Editorial Universidad de Antioquia,
Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Universidad Nacional de
Colombia. Medellín, 2005, p. 75.
[20]
Programa Estatal Hídrico 2008-2013, Secretaría de Infraestructura y
Desarrollo Urbano, Secretaría de Fomento Agropecuario y la Comisión Estatal del
Agua del Gobierno de Baja California, 2008, p. 12.
[22] Cfr. Periódico Oficial del Estado de
Baja California, Decreto del Poder
Ejecutivo del Acuerdo mediante el cual se declara reconocida la zona conurbada
de Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito. Véase el considerando segundo que
a la letra dice: «Que el Plan Estatal de Desarrollo de Baja California […] fomentar el
desarrollo urbano que impulse una intensa vinculación entre los sectores
público y privado, que permita garantizar dentro de un marco de
sustentabilidad, el desarrollo ordenado e integral de la sociedad, con
infraestructura, reservas territoriales y dotación de agua suficiente para
atender las demandas de crecimiento […]».
Tomo CXI, No. 12, 12 de Marzo de 2004, pp. 1-6.
[23] Cfr. Periódico Oficial del Estado de
Baja California, Reglamento de
zonificación y usos de suelo del centro de población de Tijuana Baja California.
Véase el Artículo Segundo que a la letra dice tener por finalidad: «establecer
las normas mediante las cuales el Ayuntamiento ejercerá sus atribuciones para
zonificar el centro de población y determinar las correspondientes provisiones,
usos, destinos de áreas y predios…».
Tomo CVII, No. 38, 3 de Septiembre de 2010, pp. 19-150.
[24] Cfr. Plan
Estatal de Desarrollo Urbano 1998-2001, Secretaría de Asentamientos
Humanos y Obras Públicas del Estado, Gobierno de Baja California, 1998.
[25] Programa Sectorial de Desarrollo Urbano
2009-2013, SIDUE, Gobierno de Baja California, 2009, p. 13.
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