miércoles, 2 de marzo de 2016

I.- INTRODUCCIÓN

La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) documentó para el año 2010 que la población urbana presentaba su mayor crecimiento en un siglo, producto de las movilizaciones humanas del campo a la ciudad. Es una verdad validada por los más diversos estudios sobre población rural y urbana, e independientemente de los resultados específicos de algunas instituciones y/o de algunos investigadores, las cifras generalmente coinciden en la tendencia de una mayor migración del campo a la ciudad.
Jaime Sobrino describe tres grandes etapas del crecimiento poblacional en México, explica las características de cada fase. En la reunión de expertos sobre Población, territorio y desarrollo sostenible,[1] presentó su documento «La urbanización en el México contemporáneo». Para Sobrino la primera fase va desde principios del siglo XX hasta 1940, concede cifras demográficas y en ese lapso de tiempo la población nacional pasó de tener 13.6 a 19.7 millones de habitantes. Desde su estudio, la fase inicial se caracterizó por tener una población rural que presentaba el 89.4% del total nacional y terminó esa fase en un 79.9%. En estos porcentajes, también equivale a decir que para 1940 la población urbana en México fue del 20.1%. Así concluyó la primera fase del proceso de urbanización nacional.
Sobrino identificó la segunda fase, desde 1940 a 1980 y describe la cifra general de población que partió en 19.7 millones en 1940 y llegó a tener una cifra nacional de 66.8 millones de habitantes en todo México para 1980. Proporciona la relación porcentual entre la población rural y la urbana en el país, la correspondiente del VI Censo General de Población de 1940 al X Censo General de Población realizado en 1980. En este lapso de tiempo, la cifra de habitantes en zonas urbanas, incluidas las causadas por migración del campo a la ciudad, pasó de un 20.1% al 51.8%.
Este crecimiento urbano requiere un cuestionamiento desde distintos enfoques teóricos y prácticos, sobre todo con respecto a los problemas que genera la concentración humana y la consecuente demanda de servicios. Podemos recurrir en primera instancia a las aportaciones de algunos autores. Michel Foucault es una buena referencia para la conjunción de la población y el territorio, pero además aborda temas culturales, y en este caso específico del agua, se refiere a la seguridad que demanda el ser humano en todo momento. Una seguridad que requiere acciones de gobierno, ya desde las medidas represivas y anacrónicas para mantener el orden, o desde la Gobernanza y gestión pública de que nos habla Luis F. Aguilar Villanueva, entendido como la relación de mutua interacción entre un gobierno democrático y sus ciudadanos.
Entre muchos otros autores, Jaime Sobrino y Foucault son dos referentes para cuestionar los modelos de gestión urbana y el abasto de agua, para analizar los problemas sociales, y en su caso, prevenirnos para nuevos retos en el futuro. En algunos casos será necesario abordar el tema desde la Gobernanza, otros desde la Nueva Gestión Pública cuando nos tengamos que referir al gerencialismo no sustentable. Desde el enfoque de la Gestión Estratégica y la Gestión de calidad,[2] para Luis F. Aguilar Villanueva es posible abordar otros temas y fenómenos sociales derivados del crecimiento urbano. Afirma que «el gobierno debe ser entonces un actor con una visión clara y socialmente compartida del futuro de la sociedad», pero además agrega cuando se refiere al gobierno, como actor principal, que «debe ser capaz de producir eficientemente servicios (seguridad, infraestructura, ambiente, salud, educación…) que contribuyan a generar y sostener la calidad de la convivencia». Los servicios son inherentes a la vida cotidiana del individuo, implica revisar los porcentajes descritos por Sobrino e interpretarlos, solamente para comparar las cifras con la gestión urbana y/o los problemas sociales derivados en el pasado, en el presente y probablemente en el futuro que nos permitan medir la calidad de vida.
Al interpretar las cifras de Sobrino, a finales de los años 80´s, casi la mitad de la población mexicana vivía en el campo (48.2%) y la otra mitad en las ciudades (51.8%), en una relación casi de 1 a 1. Es decir, la población urbana en México se incrementó en más del doble en tan sólo 40 años, pasó del 20.1% a sumar otro 31.7% de población en las zonas urbanas, hasta sumar un total de 51.2%. Inicia la relación de variables identificadas por Jaime Sobrino en población y territorio, además del estudio con relación a sus efectos de urbanización, desarrollo sustentable de los territorios y cuidado de sus recursos naturales.
Finalmente, Jaime Sobrino identificó la tercera fase del desarrollo urbano en México. Comenzó en 1980 con los 66.8 millones de habitantes que arrojó el X Censo de Población, y para efectos de su estudio cita el censo del INEGI del año 2010, con una cifra poblacional de 112.3 millones de habitantes en México. En esta tercera y última fase, la población urbana alcanzó la cifra del 62.5% con respecto al total nacional, contrastada por un 37.5% en las zonas rurales. En el comparativo de cifras y porcentajes, equivale a decir que al 2010, casi por cada persona que vive en zonas rurales, existen dos personas que viven en las zonas urbanas. Cabe hacer un argumento de precisión para explicar el grado de urbanización, en el documento que hemos citado, Sobrino define al «grado de urbanización como el porcentaje de población que vive en asentamientos humanos de 15,000 habitantes y más, relacionando la localidad al total de la población nacional». También se refiere a varias características y factores que propician la aparición de nuevas urbes en el país, y en consecuencia un mayor consumo de agua en las ciudades, entre ellas sólo cito algunas:
  • iv) consolidación de la dimensión metropolitana, propiciando un cambio en el país de ser predominantemente urbano a preferentemente metropolitano;
  • v) emergente conformación de regiones urbanas, e
  • vi) institucionalización de la planeación territorial en el país.[3]

Sobrino nos concede su interpretación, describe las causas que propician los asentamientos humanos con características urbanas. Sin embargo, en el punto vi), él identifica una causa y es su interpretación, pero es necesario cuestionar que dicho modelo referido en la institucionalización de la planeación territorial en el país, es un modelo tradicional, es la institucionalización de una ciudad que en el siglo XXI ya no es sustentable, es cuestionable el diseño y los indicadores en calidad de vida.
Agregamos otra consecuencia del crecimiento urbano y de su inherente crecimiento poblacional. Al mismo tiempo propician un crecimiento en las demandas de consumo, entre las demandas más vitales se encuentran las de agua, aire, suelo y comida.
En ese contexto, afirma la CONAGUA que está incrementándose la demanda de agua potable y cada vez es mayor el volumen de consumo. Los gobiernos se ven obligados a traer el agua de «fuentes cada vez más lejanas», obligando a nuevas formas técnicas y administrativas para abastecer del líquido vital. Explica la dependencia federal una de las razones necesarias para recurrir a fuentes lejanas, porque las grandes ciudades acaban con las diversas fuentes de abasto local, porque el consumo en las ciudades acaba con las aguas superficiales y con las subterráneas. También advierte que el agua, como un bien, se ha convertido en escaso y que el uso en materia de agua dulce ya representa «una creciente y seria amenaza para el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente».[4]
Si bien Jaime Sobrino se refiere al agotamiento de las fuentes de abasto del agua en las ciudades, otro fenómeno que se propicia con el crecimiento urbano es el crecimiento de la brecha hídrica base, entendida como la «diferencia entre la oferta sustentable por capacidad instalada y la demanda total, expresada en volumen (metros cúbicos)». Al hacerse más grande la distancia entre la capacidad y la demanda por un consumo superior a la suma de aguas superficiales y subterráneas, se propicia una sobreexplotación de los mantos freáticos locales, de los grandes asentamientos urbanos. Generándose situaciones desde la relación población-medio ambiente, y que dañan la sustentabilidad del entorno ecológico al poner en riesgo el desarrollo del ser humano y de todas las demás especies.
En el caso específico de Baja California, el crecimiento urbano a que hace referencia Jaime Sobrino, desde nuestra tesis suponemos que ya se ha propiciado una alteración del desarrollo sustentable en materia de agua, con repercusión a todo el medio ambiente, pero el agua es un recurso estratégico y por su condición de bien escaso requiere de una innovación de gobierno para propiciar todo un modelo integral que permita una gestión hídrica eficaz[5]. Entendida como el proceso administrativo para la distribución de un bien entre su cantidad disponible y la población rural y urbana que la demanda en una determinada zona geográfica, o en una jurisdicción político-territorial. La gestión hídrica eficaz implica abordar tres áreas prioritarias para las políticas públicas sostenibles: la social, la económica y la ecológica.
Desde la gestión estratégica del agua, primero hay que explicar por qué el agua en Baja California es un recurso estratégico para la vida en esta región. La cantidad del agua disponible en Baja California ha sido rebasada por una demanda mayor, producto del crecimiento poblacional y urbano. No hay que perder de vista el propósito científico de la maestría y el aspecto científico de la presente investigación, por lo que al citar a diversos autores y diversas fuentes podemos afirmar que sí tenemos agua pero insuficiente, sin embargo como recurso es necesario racionalizarlo, y por su importancia para todas las actividades del ser humano adquiere un carácter de recurso estratégico. Además es necesario agregar que no basta con racionalizar su uso, además son necesarias diversas acciones de gobierno para agregarle a la gestión hídrica eficaz el carácter sustentable.
La escasez del agua ya fue reconocida por CONAGUA, en el Programa Hídrico Regional Visión 2030 (PHR-2030), y establece una planeación desde la visión regional para la península de Baja California. En su diagnóstico multidisciplinario reconoce la necesidad de acciones transversales para garantizar la sustentabilidad hídrica. El programa alienta la participación ciudadana, involucrando a los diversos sectores sociales para encontrar las
soluciones viables desde el punto de vista técnico, económico, social, político y ambiental para el mediano y largo plazos, con la participación de la población en general y de los actores políticos, económicos y sociales más relevantes, incluyendo a funcionarios de los tres órdenes de gobierno, empresarios, agricultores, académicos, investigadores y medios de comunicación.[6]

De acuerdo al PHR-2030, el programa se logró con la participación de diversos actores políticos, por los diferentes «usuarios del agua, especialistas, organizaciones y personas interesadas en la gestión integrada del agua, también considera las opiniones de los Consejos de Cuenca y los resultados de una serie de talleres a nivel regional». Resulta relevante considerar la aportación de Luis F. Aguilar Villanueva, cuando se refiere a los nuevos retos de la Administración Pública (AP) y afirma que la realidad obliga a enfrentar nuevos problemas y desafíos, desde una cosmogonía distinta a la del pasado, desde un universo que le da sentido a la Gobernación, [a] la (re)construcción de capacidad de gobernar del gobierno y la fundación de los modos apropiados de gobernar en las condiciones de escasez, adversidad e incertidumbre.[7]
Para garantizar todas las actividades del ser humano y del entorno natural, es necesario abordar el PHR-2030, y muchos otros, desde el enfoque de la Gestión Estratégica (GE) que nos plantea Aguilar Villanueva, en la parte donde considera necesario integrar todos los factores posibles que inciden para lograr la gestión hídrica eficaz. Necesariamente nos obligamos a revisar el crecimiento urbano y el abasto de agua desde el enfoque de la administración pública, a efectos de garantizar el vital líquido para las futuras generaciones; la tesis cumple con la formación académica en desarrollo local y con la metodología científica al acotar el objeto de estudio a la zona metropolitana Tijuana, Rosarito y Tecate.
A la escasez de agua por lluvias aisladas y pocas fuentes de abastecimiento, es necesario agregar al contexto. El fenómeno poblacional implica que el agua de primer uso se convierta en un bien cada día más escaso para la vida en la región. Es necesario entender las aguas de primer uso como aquellas que independientemente de su «fuente, natural o de almacenamientos artificiales»,[8] no hayan sido utilizadas con anterioridad.

En la publicación anual de CONAGUA se describe la Situación del Subsector Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento. El resultado de la investigación se publicó a finales del año 2010, afirma que “el uso excesivo de agua dulce” es una severa amenaza y además tiene una tendencia creciente. En el desarrollo sostenible pondera los daños colaterales, rescatamos el concepto para aplicarlo de manera indistinta, dentro de lo posible, en el desarrollo sustentable. La misma dependencia se refiere a la incapacidad local, a nivel de los municipios, para abastecerse del agua, deja abierta la posibilidad a las más distintas disciplinas académicas para estudiar la gestión local en el tema del agua. CONAGUA se refiere a los estados de la república donde los Ayuntamientos administran el servicio de agua, en el caso de Baja California la realidad es diferente porque los gobiernos municipales no tienen ni la más mínima capacidad operativa, ni técnica, ni política para abordar el tema del abasto del agua. No han operado el servicio de agua y no existe ni dependencia ni programa municipal, las acciones coordinadas con los diversos niveles de gobierno están mutiladas por la ausencia del gobierno municipal en el tema de la gestión hídrica. Este escenario obliga a la federación y al gobierno estatal a realizar acciones conjugadas con la implementación de la Gestión Estratégica (GE), a efectos de lograr la eficiencia y la eficacia en la prestación del servicio, en los organismos y recursos humanos que hacen posible llevar el agua a los distintos domicilios. Sin embargo, es necesaria la incorporación de los Ayuntamientos en la parte operativa y administrativa que hagan posible el diseño y la implementación de programas de inversión pública y privada, tecnología de punta, anticiparse a futuras demandas sociales y responder positivamente a las actuales, incluyendo la prevención a los daños ambientales. Además de alentar una mejor coordinación en la instrumentación de programas de gestión, con agencias y organismos internacionales. Asumiendo las reformas jurídicas que ello implique.
Ante la escasez, la CONAGUA distingue dos causas que impiden el abastecimiento:
·         Una por agotamiento, y la
·         Otra por contaminación.
Concluye su argumento de manera puntual. «Ante esta problemática, la administración del agua se torna un tema de capital importancia».[9]

Abordar el tema del agua y su problemática social, cuando se vuelve un bien escaso, obliga al análisis de su administración y de la gestión de gobierno. Es todo un reto que trataremos de abordar desde la visión de la administración pública, en el entendido que para abordar el tema del agua en las zonas metropolitanas al mismo tiempo debemos de referirnos a los procesos de crecimiento urbano, al crecimiento poblacional, a los estudios sobre el tema y a los diversos conceptos, como el plasmado en la afirmación de Licia Valladares y Magda Prates Coelho, en el sentido que: «En la mayoría de los países de urbanización reciente sólo acaba de iniciarse el estudio de las cuestiones urbanas».[10] Esta tesis puede ser innovadora, vanguardista, cuestionada, e incluso hasta incomprendida.

Es difícil cuantificar el daño al desarrollo sustentable si agotamos las fuentes locales para el abasto de agua, donde el bien es escaso. El reto reside en prevenir daños en el equilibrio ecológico, en restablecer el equilibrio y prevenir futuros daños al medio ambiente; en abastecer de agua a los asentamientos humanos y hacerlo sustentable. El reto se hace mayor en los estudios urbanos y los pocos estudios del agua, relacionada la disponibilidad con procesos y fenómenos causados por la urbanización.
En el caso de las ciudades de Tijuana, Rosarito y Tecate, es una zona donde convergen los elementos teóricos que hemos abordado y que además el objeto de estudio presenta características descritas por Vicente Sánchez Munguía, en el sentido de que en las últimas décadas «el crecimiento urbano y demográfico en la frontera México-Estados Unidos ha dado origen a una creciente demanda de agua en un contexto marcado por la limitada disponibilidad de fuentes alternativas para satisfacerla, tanto ahora como en el futuro».[11] Así lo describió en el taller binacional sobre Población, agua y el futuro de la frontera México-Estados Unidos.
Vicente Sánchez destaca el crecimiento de la demanda en materia de agua, y su estrecha relación con el crecimiento poblacional que a su vez también provoca nuevos espacios generadores del crecimiento urbano, enfatiza la limitada disponibilidad de agua para satisfacer la creciente demanda. Ante esta situación es necesario interpretar el problema desde distintas ópticas, para los fines de esta disertación es necesario entender el agua como un elemento estratégico y que así lo entiendan académicos, sociedad y gobierno. Además, al proponer un modelo de Gestión Integral del Agua (GIA), el agua se convierte en la parte central de la administración pública para la vida cotidiana y al mismo tiempo innova su modelo de administración. El crecimiento urbano parece ser un fenómeno inevitable e imparable, el problema no reside por completo en la conjugación del crecimiento poblacional y crecimiento urbano, el problema también reside en la falta de capacidades institucionales para alentar modelos de gestión que consideren al agua como un bien escaso y estratégico, para los mismos problemas e incluso otros más complejos.
Agrega Vicente Sánchez Munguía, en el texto de su autoría que hemos citado.
El desafío principal tiene que ver con las propias características de las instituciones y sus formas tradicionales para satisfacer la demanda de agua, la cual ya no podrá ser satisfecha sólo trayendo más agua, sino mediante una política y una gestión inteligente del recurso definido como un bien escaso.
En ese sentido, el Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN) y la Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza (COCEF) realizaron una revisión de sus procesos operativos. Describen el marco de cooperación entre las administraciones Fox-Bush, y cómo el BDAN contrató a la empresa consultora Stone & Webster Management Consultants, Inc, para realizar un diagnóstico entre ambas instituciones y seguir alentando los programas de carácter ecológico. Requerían estar acordes a una reingeniería que les permitiera realizar «análisis y evaluaciones precisas de todo el proceso de diseño, certificación/aprobación, financiamiento e instrumentación de proyectos de infraestructura para la potabilización, tratamiento de aguas residuales municipales y manejo de residuos sólidos en la región fronteriza».[12] Temas del interés para las ciudades de Baja California, que de forma casi similar presentan la misma demanda del agua, unos con mayor gravedad y otros con mayor urgencia, pero en todos los casos, la demanda del agua es la demanda de un bien escaso que aún no tiene un modelo de GE que permita la gestión hídrica eficaz.

Tanto Sobrino como CONAGUA se refieren al Desarrollo Sostenible, lo dan como un valor entendido que prefiero definir. Recurro a la definición del informe Bruntland, de las Naciones Unidas, se refiere al deterioro acelerado del entorno humano en los recursos naturales, un deterioro que refleja consecuencias en la economía y en el desarrollo social. En Baja California adquiere connotaciones graves, en grado de estragos. En una traducción libre, puedo interpretar al desarrollo sostenible como el hecho de:
Cubrir las necesidades de la presente generación sin comprometer las posibilidades de las futuras generaciones para atender sus propias necesidades.[13]
Es la definición de desarrollo sostenible que nos concede la ONU. Sin embargo, también damos la definición de Desarrollo Sustentable, para mejor entendimiento del tema:
En materia de recursos hídricos, es el proceso evaluable mediante criterios e indicadores de carácter hídrico, económico, social y ambiental, que tiende a mejorar la calidad de vida y la productividad de las personas, que se fundamenta en las medidas necesarias para la preservación del equilibrio hidrológico, el aprovechamiento y protección de los recursos hídricos, de manera que no se comprometa la satisfacción de las necesidades de agua de las generaciones futuras.[14]

Cabe hacer un argumento de precisión, con respecto al significado de los conceptos relativos al «desarrollo sostenible » y al «desarrollo sustentable». Para los fines de nuestra tesis, de acuerdo con los argumentos de Jaime Sobrino, de Vicente Sánchez Munguía y de CONAGUA; ambos conceptos los utilizamos indistintamente para los fines que nos interesan. Para garantizar el abasto de agua en la ZM-TRT, para esta y para las futuras generaciones, es necesario entender y aplicar el concepto tal como lo define el Inciso XXI del Artículo Tercero de la Ley Nacional de Aguas Nacionales, y decir que es el mismo concepto definido en el Plan Nacional Hídrico 2014-2018 en su glosario de términos.
Desde esta perspectiva, del crecimiento urbano con desarrollo sostenible y sustentable, en un área como la Zona Metropolitana que está integrada por los municipios de Tijuana, Rosarito y Tecate (ZM-TRT), es un área geográfica y completamente acotada para el estudio. En esta región que presenta sus propias condiciones climáticas con lluvias aisladas, con poca agua, una zona del tipo árido y con agua escasa por naturaleza. ¿Cómo podemos garantizar el agua para mantener vigentes los tres factores fundamentales del desarrollo sostenible y sustentable? ¿Cómo garantizar que el sector económico tenga el agua necesaria para sus actividades productivas, agrarias e industriales, sin perjudicar la seguridad humana del sector social, ni al equilibrio ecológico del medio ambiente?
Tres factores inciden en el tema del agua: lo social, lo económico y lo ecológico. El crecimiento poblacional y urbano tiene una tendencia directamente relacionada con el crecimiento económico en esta zona geográfica; en consecuencia demandan agua para sus propias actividades, pero al tercer factor no se ha dado su debida importancia. De acuerdo con el Informe Bruntland, de las Naciones Unidas, citamos el diagrama referente al Equilibrio del Desarrollo Sostenible. Es un diagrama ilustrativo, pero no da números, su valor residen en lo referencial, en el avance teórico para lograr al desarrollo sostenible. Sin embargo es necesario cuestionarlo porque es necesario medir el impacto de afectación a partir de indicadores por cada una de las esferas. El diagrama da condiciones iguales y proporciones similares, cada una de las esferas tiene la misma importancia, pero no en todos los casos son iguales las condiciones ni los factores que intervienen, habría que fijar valores e indicadores de gestión en cada área, para medir y dimensionar el problema o la afectación, y al mismo tiempo evaluar el impacto causado por la interacción. A final de cuentas es una ecuación matemática y se requieren números en las variables.
Imagen: Equilibrio del Desarrollo Sostenible, de acuerdo con el Informe Bruntland, de las Naciones Unidas.

A la fecha, los sectores social y económico han demandado el agua que han requerido para su propio dinamismo, pero el resultado es un desequilibrio en el medio ambiente. Esta realidad nos obliga a diseñar e implementar nuevos modelos de planeación desde la Gestión Estratégica, al considerar el agua como un bien escaso implica darle el mismo peso al factor ecológico, de otra forma es imposible garantizar el recurso natural para las futuras generaciones. Se requiere ponderar el valor del factor ecológico ya que este campo abastece el agua, lo que obliga a considerar hasta dónde es soportable la relación ecología-social, y hasta dónde puede resultar viable lo ecológico-económico. Lograr equilibrios en el desarrollo sustentable es la única forma de garantizar el agua para las nuevas generaciones, pero se requiere considerar el agua como un bien estratégico y escaso en una aportación innovadora de la Gestión Estratégica, con un modelo de gestión integral del agua, que no sólo sea eficaz sino también eficiente. Son varias las interrogantes que motivan nuestro tema de estudio y este es el objeto para abordar el tema del agua, el agua potable que se requiere y que se consume en este momento por una población cercana a los dos millones de habitantes. Considerando los beneficios de la GE en escenarios futuros, en prospectiva implica adelantarse a los problemas.
Por la importancia que significa el agua, su ausencia es una señal de peligro que debe plasmarse con un grito popular y de fácil entendimiento: ¡Aguas! Como una señal de advertencia, de precaución, de cuidado. Se complementa el estudio con un análisis a las atribuciones Constitucionales y a las facultades de los Ayuntamientos para garantizar el abasto doméstico de tan preciado líquido, tan indispensable para la vida de todo asentamiento y de todo ser humano. Se complementa con diversos capítulos donde se aborda la gestión que realizan los gobiernos municipales y se analizan los instrumentos e instituciones que brindan el servicio de agua, en un marco estratégico debido a su marco de escasez. Es importante enfatizar en esta introducción que no sería entendible la disertación de tesis si no se complementa con los temas del desarrollo urbano sustentable, con el contexto binacional de la zona metropolitana y el uso compartido del vital líquido con la nación vecina, y que a mayor número de habitantes en la zona de estudio aumenta la demanda de agua y se agrava su escasez, por lo que es indispensable abordar el tema de forma transversal, desde la gestión de los gobiernos locales, independientemente de quién esté facultado para administrar el agua y de quién abastece el vital líquido.
El documento de tesis incluye cifras actuales y prospectivas. El presente estudio de tesis realiza algunas reflexiones sobre los problemas existentes en torno a la demanda del agua y de los procesos administrativos para abastecerla. Sin embargo, desde el enfoque de la administración pública el estudio contribuye a futuras investigaciones y será una aportación referencial para la acción gubernamental en temas sustentables de la frontera.
Las cifras y las reflexiones avisan de una eminente crisis del agua en los asentamientos humanos de la Frontera Norte de Baja California. En la reflexión se valoran los esfuerzos vertidos en los diversos momentos y por los distintos actores políticos, pero al mismo tiempo revisa las políticas públicas que se han documentado en los instrumentos de gestión que se han creado. En su parte medular plantea nuevas acciones, innovadoras y estratégicas, en el enfoque de la gestión pública desde los gobiernos locales, la intención es de plantear alternativas para el uso sustentable del vital líquido, con políticas públicas eficientes que garanticen el abasto de agua para la presente y las futuras generaciones, lo que implica abordar los distintos aspectos e integrar las tres esferas del desarrollo sustentable: ecológico, económico y social.
Esta tesis no es un documento que concluya con el tema. Al contrario, de forma provocativa abre el debate sobre los modelos de gestión, sobre el enfoque de seguridad en las ciudades que se van creando como consecuencia del crecimiento poblacional y urbano, es parte de la disertación y de su coherencia. Separar el tema del agua con respecto al crecimiento urbano y al desarrollo poblacional significa hacer más profundas las grietas que ya se tienen en temas de seguridad humana, pretender dividir los temas significa ayudar en la inseguridad del abasto de agua para las futuras generaciones. Parte del reto implica hacer un documento entendible para la academia, para los gobernantes y el público en general, además de explicar de forma clara el punto medular del problema: no tenemos más fuentes de abasto del agua a granel que el Río Colorado y a manera que crece la población disminuye la cantidad de litros disponibles por habitante. Se requiere una gestión eficiente y creativa desde los gobiernos locales, con verdaderos actores en las acciones transversales y no simples espectadores por su nula infraestructura y la ausencia de personal capacitado. Además, el reto implica fomentar la participación ciudadana en los temas más vitales de su propia existencia, tales como una eficiencia gubernamental y la sustentabilidad de recursos.
Existe un Semanario en la zona del Valle de Mexicali, comparte sus noticias con San Luis Río Colorado, Sonora. El semanario realizó una publicación de Isabel Escobosa sobre el riesgo en el desarrollo sustentable, además de que existe una amenaza por las guerras por el agua. Escobosa afirma que «Es importante tener en cuenta que a medida que las poblaciones y las exigencias de consumo crecen, se hace más difícil asegurar el suministro sostenido de recursos naturales, incluso aquellos considerados renovables».[15] Se pueden considerar las tres esferas del desarrollo sostenible para la implementación de una gestión hídrica eficaz; en lo social, ecológico y económico, además de sus interacciones y su delicado equilibrio en las áreas fundamentales del quehacer humano.

I.I El enfoque de Foucault, en la visión del Estado, para implementar la Gestión Estratégica en el diseño de la infraestructura y operatividad urbana

Si tratamos de implementar modelos de gestión que permitan el desarrollo sostenible en las ciudades de estudio, entonces es necesario evocar al concepto de la soberanía, pero también el de la cooperación y a los requerimientos necesarios para lograr, y articular, un modelo integral de gestión, estratégico y medible con indicadores. Garantizar el agua en las ciudades es un tema de seguridad, y el crecimiento urbano sin previsión del agua también es un tema de seguridad. La ausencia de una Gestión Estratégica sobre un elemento escaso y de características como un bien estratégico, también es un tema de seguridad y cuando esto sucede, entonces estoy obligado a evocar al pensamiento que expresa Michel Foucault en Seguridad, territorio y población. Específicamente al argumento que sostiene cuando se refiere al concepto de soberanía. Foucault afirma que la soberanía se ejerce dentro de los límites de un territorio. Mientras la disciplina es ejercida en las fronteras del individuo, la seguridad se ejerce sobre toda la población. En sus disertaciones sobre factores y múltiples amenazas, afirma:
So sovereignty and discipline, as well by sovereignty, discipline and security, is precisely what I want to talk about.[16]
Sus obras siempre me hicieron creer que era un (simple e inocente) sociólogo dedicado a los aspectos culturales, en ocasiones cercanos al campo de la antropología. Me parecía un ser de ideas y de análisis, así lo percibo en Las palabras y las cosas; en La Arqueología del saber; en Vigilar y Castigar. Sin embargo, cuando habla del Estado, de la planeación de las ciudades, de la seguridad, del territorio y de la población, al compararlo con los elementos de la problemática que abordamos me doy cuenta de sus aportaciones para el estudio del orden social, ya no de lo social per se, sino del orden social. Distingue las sublimes diferencias entre la seguridad como control social y la seguridad como preservación social. En su percepción todo asentamiento humano no debe considerarse en su planeación como algo estático, ni como algo controlable, ni medido ni medible, sino precisamente por todo aquello que pude suceder en cada asentamiento humano. Así lo dice Foucault
I think we can speak here of a technique that is basically organized by reference to the problem of security, that is to say, a bottom, to the problem of the series.[17]

Podemos hablar de la zona metropolitana, de su crecimiento población y del agua disponible, pero basados en una técnica organizada y referenciada por el problema de la seguridad, es una perspectiva amplia, más allá del tema de los buenos y de los malos. La seguridad implica el diseño de la ciudad, desde las vías de comunicación hasta la garantía del diario vivir de todos los individuos de las zonas urbanas y rurales, ya sean residentes o en tránsito. Esa es la seguridad que solamente la visión del Estado puede proporcionar, para prevenir las amenazas urbanas que pudiéramos comparar con los miasmas, cuando en otros tiempos se entendían como cosas malignas causadas por aguas estancadas, pero también por cuerpos enfermos o materias contaminadas. Michel Foucault se refiere a ellas, en Ciudad, población y territorio habla de la seguridad en las ciudades, en el pasado se creía que las epidemias eran causadas por aguas estancadas, por secreciones de cuerpos enfermos y por cuerpos contaminados que hoy pudiéramos comparar con elementos contaminados, pero también con las enfermedades que pudiera causar la ausencia del agua en zonas urbanas. En el tema, por su parte, Jorge Márquez Valderrama en su obra Ciudad, miasmas y microbios: la irrupción de la ciencia pasteriana en Antioquia,[18] en su disertación nos lleva al capítulo Ciudad civilización y medicina urbana, también cita a Foucault y sus conceptos de “biopolítica” y “medicina urbana”. Nos concede un pie de página que nos remite a la Historia de la sexualidad, Volumen I, de Foucault, en especial al capítulo Derecho de muerte y poder sobre la vida. Lo menciono sólo para entender la importancia del ser humano para los aparatos gubernamentales, y conjugarlo con la Gestión Estratégica.
¿Por qué tengo que hablar de seguridad en un apartado sobre la infraestructura urbana? Porque el agua se convierte en un elemento estratégico ante la escasez y si bien han existido planes y programas de gobierno, a la fecha no hay ningún programa local que detenga el deterioro ambiental provocado por la sobreexplotación del vital líquido, y hacer todos los esfuerzos por prevenir su agotamiento es un tema de seguridad.
Veamos algunos instrumentos, cuestionémoslos hasta lograr un modelo innovador, integral y sobretodo eficiente para garantizar el desarrollo sustentable. Así, el Programa Estatal Hídrico de Baja California 2008-2013 se desarrolló acorde con el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, en materia hídrica pretendió sentar las bases para planear hasta el año 2030, incluyendo las actualizaciones e instrumentos que en el transcurso del tiempo se fueran dando, como el PND 2013-2018, El Programa Hídrico Regional Visión 2030, Región Hidrológico-Administrativa I Península de Baja California, y el Programa Ambiental México-Estados Unidos: Frontera 2020. Lo hemos citado con anterioridad, el agua es un recurso estratégico, de seguridad nacional y de seguridad humana, por lo que aquí es coincidente con los argumentos de Foucault, respecto a la seguridad, territorio y población. Foucault se refiere a las series, son categorías de análisis, las enuncia: medio ambiente, transporte, vías de comunicación, trabajos, casas… x litros de agua, x personas.
An indefinite series of mobile elements: circulation, x number of carts, x numbers of passers-by, x numbers of thieves, x numbers of miasmas, and so on. An indefinite series of events will occur: so many boats will berth; so many carts will arrive, and so on. An equally an indefinite series of accumulating units: how many inhabitants, how many houses, and so on. I think the management of the series that, because they are open series can be controlled by an estimate of probabilities, is pretty much essential characteristic of the mechanism of security.[19]

Al referirnos a la seguridad y a la infraestructura urbana, la planeación urbana de la Zona Metropolitana debe tener el interés superior que trasciende al tiempo. Es cierto que en Abasto en la ciudad de Tijuana, 40 años de la CESPT, Marisol Vázquez Medina nos da los porcentajes de consumo de agua por sector, y por su parte el Programa Estatal Hídrico sólo nos da 2 elementos fundamentales para la población, y para la seguridad de la población:
Baja California cuenta con una población actual de 2,998,900 habitantes y disponibilidad de 3 336 millones de metros cúbicos (Mm3) por año, que se distribuyen 84 por ciento para la agricultura, 8 por ciento para uso público urbano y 8 por ciento para la industria.[20]

En la referencia del PEH 2008-2013 destaca el número de población en la entidad (que es temporal) y una cifra de volumen de agua que no va a aumentar, sino más bien va a mantenerse y en el peor escenario pudiera disminuir (Ver Anexo 5). Desde nuestro análisis la población seguirá creciendo y considerando las fuentes hidrológicas hasta ahora conocidas el volumen disponible para el abasto de agua no lo hará, independientemente del uso que se le dé, e inclusive por calentamiento global y daño al equilibrio ecológico pudiera disminuir. Aquí evoco nuevamente a Foucault y su noción de seguridad, él identificó cuatro aparatos de seguridad, pero reconoce que pueden existir otros que pudieron haber escapado a su percepción, también los llamó dispositivos:
Uno: espacios de seguridad.
Dos: lo aleatorio, lo impredecible, lo incierto.
Tres: las formas de normalización (algo parecido a la sociología del desastre cuando estudia la sociedad antes de un evento, cuando el evento, su recuperación y el regreso a la normalidad que se tenía).
Cuatro: la correlación entre las técnicas de seguridad y la población, ambas como objetos y sujetos de los mencionados mecanismos de seguridad.

Cito a Foucault como referencia, porque basado en su concepto de seguridad puedo sostener mi argumento y sustentar mi disertación con la misma inocencia sociológica. Para mí, entender la estrecha relación que tiene la población, desarrollo urbano, ordenación del territorio, abasto de agua y facultades de los gobiernos; aquí en esta parte, aquí es donde la seguridad no queda sujeta al cambio político. Aquí es la visión del Estado, es la visión y es la acción en pleno de la seguridad más completa.
…that is to say, the emergence not only of the notion, but also of the reality of population. Population is undoubtedly an idea and a reality that is absolutely modern in relation to the functioning of political power, but also in relation to knowledge and political theory.[21]

Por otra parte, coincidentes con nuestra disertación, el Programa Sectorial de Desarrollo Urbano 2009-2013 (PSDU 2009-2013), del Gobierno Estatal, aborda la importancia de contar con una legislación adecuada para el ordenamiento territorial a escala regional, y para los asentamientos humanos. Cita dos documentos para ordenar una ciudad, uno es previo al 2004, y el otro es posterior a la publicación  del PSDU, es del 2010.
El decreto que emite la Declaratoria para el reconocimiento de la zona conurbada de Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito, en el 2004, se establece una ordenanza en materia de desarrollo sustentable, y el reconocimiento de «una sola unidad geográfica, económica y social, para efectos de planear y regular de manera conjunta y coordinada el desarrollo de los centros de población comprendidos dentro de los límites que para tal efecto dicte el Congreso del Estado, dentro de los territorios de los municipios de Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito».[22] Este es un argumento que valida mi definición de zona metropolitana, sobre todo cuando ha fallado la planeación, cuando exige políticas públicas para ordenar con protección al medio ambiente, dentro de lo sustentable hizo falta gobernanza. Además de un reconocimiento Constitucional Federal y al mismo tiempo una Reforma al Artículo 115.
El otro instrumento, del 2010, es el que se refiere al Reglamento de zonificación y usos de suelo del centro de población de Tijuana, Baja California; por medio de esta disposición se pretendió «llevar a cabo la planeación, regulación y zonificación del centro de población de Tijuana, de conformidad a la Ley de Desarrollo Urbano de Baja California».[23] Cabe mencionar, y enfatizar, que si bien el reglamento se refiere a la ordenación del territorio, no va acompañado de un reglamento de construcción porque no existe y además es necesario crear uno. Cabe decir que otros municipios han aplicado programas y planes pero este es el más coincidente con los fines del diseño urbano integral.
El Programa Sectorial de Desarrollo Urbano 2009-2013 dice que desde el 2008[24] el gobierno de Baja California ha venido trabajando en la elaboración del Código Urbano, para integrar los temas relacionados con la vida en las ciudades, además pretende integrar lo referente a costas y franjas fronterizas, definiendo zonas perfectamente acotadas para su estudio, gobierno y administración. Enfatiza que se pretende «la sistematización de programas regionales y sectoriales de desarrollo urbano, planes y programas de zonas conurbadas y/o metropolitanas».[25] Se incluyen: la redes geodésicas para los Sistemas de Información Geográfica que permitan contar con bases de datos confiables para optimizar los servicios urbanos que deberían depender del Ayuntamiento, en temas como:
·       La planeación urbana;
·       La base catastral con fines recaudatorios, y
·       El servicio de agua potable que le debe corresponder a los Ayuntamientos por Mandato Constitucional;
·        El cuidado del equilibrio ecológico; y
·        La garantía del desarrollo sustentable.
A la fecha, son temas que con excepción del Catastro, no todos están completamente en manos de los municipios. Por lo tanto, se requiere que los Ayuntamientos tengan coordinación con el gobierno estatal y la federación en temas urbanos, considerando el abasto garantizado de agua como un tema prioritario dentro de la Gestión Estratégica, además de la preservación ecológica y la garantía del desarrollo sustentable. No significa que los municipios atendieron el tema prioritario que representa el abasto de agua, porque ni siquiera se han dado cuenta del eminente problema en el futuro.
No existe un Plan Estatal de Desarrollo Urbano integral que garantice el equipamiento, a la infraestructura urbana para garantizar la seguridad integral dentro de cada municipio de la Zona Metropolitana, ni mucho menos existe la garantía para administrar el agua de una forma eficiente y por separado. A la fecha, lo único que existe es el Programa Estatal de Desarrollo Urbano que emitió el Gobierno del Estado, con sus limitantes y sus buenas intenciones. Es decir no existe una respuesta al qué, pero existe el cómo, un cómo cuestionable por el tipo de políticas públicas pero existe. En la elaboración de una Gestión Estratégica debe acompañarse el Plan (qué) de un Programa (cómo), además del Financiamiento (con qué) y la Participación Ciudadana (con quiénes), incluyendo un cronograma de actividades, con metas y tiempo establecidos (cuándo). Es la visión integral para adelantarse a los problemas por venir. Para Luis F. Aguilar Villanueva no basta con planear, hay que adelantarse a los hechos.
Salvo una zona de la ciudad de Tijuana, la colindante con los asentamientos vecinos de San Diego, California, los demás municipios en la entidad todavía no están traslapados aunque están en constante crecimiento y su traslape es cuestión de menos de 20 años. En consecuencia es necesario comenzar con el diseño metropolitano de Baja California, orientado para hacer coincidir el diseño urbano y la construcción de la infraestructura de un municipio a otro. En la construcción de la infraestructura metropolitana es necesario ponderar las vialidades, carreteras, transporte público, energía, asentamientos humanos, policía preventiva, gobernabilidad democrática, participación ciudadana, asambleísmo comunitario, abasto garantizado de agua. Es necesario que la infraestructura sirva a los demás municipios porque todo ello es una cuestión de seguridad.
Esta visión de Michel Foucault refleja la razón que le concede razón de existencia al mismo Estado. En la obra que estamos citando de Foucault, Seguridad, población y territorio, se refiere a “un conjunto de mecanismos por medio de los cuales se realizan las funcionas biológicas más básicas y luego se convierten en la razón de ser, o en el objeto, de la política estratégica de poder.” Es decir, en la Gestión Estratégica que permita el diseño de las ciudades y una planeación dinámica, siempre en movimiento, Foucault identifica la noción del “cuidado del ser”. Identifica tres componentes: La actitud general con respecto a uno mismo, a los otros y al mundo. Desde nuestra interpretación y desde su obra, podemos decir que su visión está orientada a las funciones del Estado en relación con la naturaleza. En ese sentido, con respecto al abasto garantizado del agua y de la imperante necesidad de una gestión hídrica eficiente en la ZM-TRT, concluimos con la referencia a dos puntos establecidos en el Programa Nacional de Desarrollo Urbano:
  • Controlar la expansión de las manchas urbanas y consolidar las ciudades para mejorar la calidad de vida de los habitantes.
  • Consolidar un modelo de desarrollo urbano que genere bienestar para los ciudadanos, garantizando la sustentabilidad social, económica y ambiental. [26]


[1] Jaime Sobrino, La urbanización en el México contemporáneo, Reunión de expertos sobre Población, territorio y desarrollo sostenible, ONU y CEPAL, Santiago, Chile, Agosto de 2011.
[2] Luis F. Aguilar Villanueva, Gobernanza y gestión pública, Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 20.
[3] Jaime Sobrino, Op. Cit., pp. 1-12.
[4] Cfr. Situación del Subsector Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento. Comisión Nacional del Agua, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, 2010.
[5] Programa Hídrico Regional Visión 2030, Región Hidrológico-Administrativa I Península de Baja California, Comisión Nacional del Agua, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Gobierno Federal, 2012, p. 10.
[6] Ídem.
[7] Luis F. Aguilar Villanueva, Op. Cit., p. 13.
[8] N. E. Dicha definición está tomada del Glosario de Términos, del Plan Nacional Hídrico 2014-2018, Comisión Nacional del Agua, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, México, D. F., 2014.
[9] Cfr. Situación del Subsector Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento, Op. Cit.
[10] Licia Valladares y Magda Prates Coelho, La investigación urbana en América Latina, tendencias actuales y recomendaciones, Gestión de las Transformaciones Sociales-MOST, Documentos de debate Nº 4, UNESCO. [s. f.]
Consultado el 21 de Septiembre de 2011.
[11] Vicente Sánchez Munguía, La demanda de agua en la región fronteriza México-Estados Unidos y los desafíos institucionales, en Alfonso Andrés Cortez Lara, Scott Whiteford, Manuel Chávez Márquez (Coordinadores) Seguridad, agua y desarrollo en la frontera México-Estados Unidos, Colegio de la Frontera Norte, Michigan State University, 2005. p. 197.
[12] Banco de Desarrollo de América del Norte y Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza, Conclusiones sobre las ineficiencias de los procesos y las relaciones entre organismos con opciones y alternativas para su solución, Revisión de los Procesos Operativos – Informe sobre la Tarea 4, Septiembre de 2004, pp. 1-36
[13] Cfr. Report of the World Commission on Environment and Development, United Nations, 1987.
Consultado el 21 de Septiembre de 2011.
[14] Plan Nacional Hídrico 2014-2018, Op. Cit., p. 98.
[15] Isabel Escobosa, ¡Sin agua, nada hay!, La UABC en el Campo, Semanario El Pionero, expresión de Mexicali, San Luis Río Colorado y su valle, Año XI Núm. 606, Semana del 3 al 9 de Julio del 2010, Mexicali, Baja California, p. 6.
[16] Michel Foucault, Op. Cit., p. 12.
[17] Op. Cit., p. 20.
[18] Jorge Márquez Valderrama, Ciudad, miasmas y microbios: la irrupción de la ciencia pasteriana en Antioquia, Editorial Universidad de Antioquia, Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Universidad Nacional de Colombia. Medellín, 2005, p. 75.
[19] Michel Foucault, Op. Cit., p. 20.
[20] Programa Estatal Hídrico 2008-2013, Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano, Secretaría de Fomento Agropecuario y la Comisión Estatal del Agua del Gobierno de Baja California, 2008, p. 12.
[21] Michel Foucault, Op. Cit., p. 11.
[22] Cfr. Periódico Oficial del Estado de Baja California, Decreto del Poder Ejecutivo del Acuerdo mediante el cual se declara reconocida la zona conurbada de Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito. Véase el considerando segundo que a la letra dice: «Que el Plan Estatal de Desarrollo de Baja California […] fomentar el desarrollo urbano que impulse una intensa vinculación entre los sectores público y privado, que permita garantizar dentro de un marco de sustentabilidad, el desarrollo ordenado e integral de la sociedad, con infraestructura, reservas territoriales y dotación de agua suficiente para atender las demandas de crecimiento […]». Tomo CXI, No. 12, 12 de Marzo de 2004, pp. 1-6.
[23] Cfr. Periódico Oficial del Estado de Baja California, Reglamento de zonificación y usos de suelo del centro de población de Tijuana Baja California. Véase el Artículo Segundo que a la letra dice tener por finalidad: «establecer las normas mediante las cuales el Ayuntamiento ejercerá sus atribuciones para zonificar el centro de población y determinar las correspondientes provisiones, usos, destinos de áreas y predios». Tomo CVII, No. 38, 3 de Septiembre de 2010, pp. 19-150.
[24] Cfr. Plan Estatal de Desarrollo Urbano 1998-2001, Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas del Estado, Gobierno de Baja California, 1998.
[25] Programa Sectorial de Desarrollo Urbano 2009-2013, SIDUE, Gobierno de Baja California, 2009, p. 13.
[26] Cfr. Programa Nacional de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio 2001-2006.

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